Aunque John Grisham sea más conocido por novelas archifamosas como el Informe Pelícano, The Firm o The Client, algunos somos grandes admiradores de su primera novela, Tiempo de matar (A Time to Kill) que en poco se parece a las otras. Con su trama lenta e intensa, esta historia sobre un juicio en la América profunda con grandes connotaciones raciales nos recuerda por momentos a la maravillosa “Matar a un ruiseñor” de Harper Lee.
Por eso, la aparición de una secuela de su primera novela, ni más ni menos que 24 años más tarde, ha sido para muchos todo un acontecimiento. Sycamore Row, publicada a finales del 2013 y que desgraciadamente no se ha traducido al español en el momento de escribir estas líneas, es sin duda una dignísima continuación de Tiempo de Matar.
La historia es distinta, es decir, no se trata de una segunda parte, pero vuelven a aparecer muchos de los mismos personajes, destacando Jake Brigance, el brillante abogado defensor de causas perdidas que acaba ganando. Y ciertamente la historia es completamente distinta.
Del un sórdido caso de asesinato de la primera novela, pasamos a la defensa de un testamento. El hombre más rico del condado, enfermo de cáncer, decide quitarse la vida, pero poco antes de hacerlo, redacta un nuevo testamento, desheredando a su familia y dejando toda su fortuna a su cuidadora negra.
Por carta, el fallecido encarga a Brigance la defensa de su última voluntad. Se trata por tanto de otra novela con juicio de fondo y en la que existen sucesivos elementos sorpresa que van haciendo que la trama cambie con frecuencia de dirección.
Es sin duda una lectura más que recomendable y en la que no faltan las menciones culinarias, muchas de ellas influenciadas por la maravillosa cocina del Sudeste de los Estados Unidos. La acción transcurre en la ciudad de Clanton, Alabama, que es zona de maizales y donde el pan de maíz (corn bread) es un clásico.La harina de maíz confiere a los panes, tortas, o bizcochos con que se cocina un sabor muy característico y exquisito. Para evitar que el sabor sea demasiado fuerte se suele mezclar con harina de trigo, que con su aporte de gluten que le dará más consistencia, esponjosidad y elasticidad a nuestra elaboración. Si no lo has hecho nunca, te recomendamos y mucho que empieces a usar harina de maíz en algunos de tus creaciones panaderas, pasteleras y también en tus rebozos. Seguro que te sorprende.