Creo que uno no necesita rascarse la cabeza para pensar en el mejor momento, de lo que para muchos consideran la peor película de toda la saga. Háganse un favor, vean el video de la batalla final y dense por satisfechos. Créanme que no se pierden de nada interesante.
Aún con el reciente lanzamiento de la nueva versión en 3D, no considero necesario pagar por un filme que deja demasiado que desear. Esta cosa es 100 minutos de relleno, en donde tienes que soportar intrigas políticas de un senado intergaláctico, lo bueno es que a la mitad existe una peligrosa carrera en donde el mini Darth Vader participa para ganar su libertad, de lo contrario pueden poner su reloj despertador para los últimos instantes que valen la pena.
La batalla de Qui-Gon Jinn y Obi-Wan, contra Darth Maul, es una de las mejores que tienen que ofrecer esta nueva trilogía. No solo hace uso de los efectos visuales que tanto admira George Lucas para tapar sus deficiencias como escritor, si no que logra brindar emoción a un lucha con espadas de luz como jamás habíamos visto. Ahora, antes de que empiecen los tomatazos, debo de aclarar: Lucas sabe crear conceptos, personajes, ideas de este fantástico mundo; pero deja mucho que desear cuando los personajes tienen que pronunciar sus horribles diálogos. Son tan malos, que ni el grandioso Liam Neeson puede esquivarlos.
Esta breve batalla sería una sombra que perseguiría los siguientes intentos por tan siquiera igualarla en términos de espectáculo o emoción. El principal problema fueron lo patético que resultaron los villanos de las siguientes secuelas, en donde apenas Count Dooku (Christopher Lee) logra asomar cabeza con su supuesta pelea a muerte con Yoda. Luego tenemos a Grievous, quien se volvió en un concepto mal empleado por la tecnología que se supone iba a brindarnos algo de que asombro y terminó siendo en una caricatura borrosa de partes metálicas con palos fluorescentes, como si su verdadera profesión haya sido el de pela papas.
Sin emitir demasiado diálogo, Darth Maul logró cimentar su presencia con un excelente diseño, mirada amenazante y compostura de perro de caza hambriento. Ahora sí, que con su simple presencia fue suficiente para mantenernos atentos. No se si haya sido lo correcto el haberlo matado tan pronto, quizás se hubiera vuelto más temible con el paso del tiempo, o peor, considerando que no emitió dialogo alguno, no quiero pensar en las incoherencias que habría de decir ( Spoilers: ¿Será porque se ha vuelto tan famoso, que lo revivieron en la serie animada?)
Lo más triste, es que sin esa pelea al final, nada de lo que sucede en esta película tiene relevancia. Claro que uno tenía interés en conocer la transformación de Anakin Skywalker a Darth Vader, pero no de esta forma, suficiente fue aceptar que el era el protagonista y no su hijo Luke, para todavía soportar aventuras de un niño que fue concebido por midiclorianos.
Espero que en un futuro no muy lejano, haya alguien capaz de editar las tres películas en una sola, para evitarnos la pena de tanto relleno que no sirve para nada. Eso es lo que debió de haber hecho George Lucas, en vez de seguir jugando con la imagen de sus películas, como lo ha venido haciendo cada cinco años.