Hace un par de semanas estuve viendo en el teatro "El mercader de Venecia" de William Shakespeare, escrita en 1598 y representada por primera vez en 1600. Se representa ahora en el Teatro Alcázar de Madrid en la versión de Rafael Pérez Sierra y bajo la dirección de Denis Rafter. En el reparto, cuyas interpretaciones son fantásticas, aparecen, entre otros: Manuel Regueiro, Ángel García Suárez, Édgar S. Millán, Jorge Lucas, César Sánchez, Ricardo Vicente y Marta Hazas.
La obra es una mezcla entre tragedia y comedia que refleja la lucha entre el bien y el mal, el amor y el odio, el placer y el sufrimiento. Sobre Shakespeare, su director, afirma: "Su grandeza reside en la gran elocuencia poética, su estructura teatral y el entendimiento sobre el ser humano".
Muchas enseñanzas tiene esta obra para la vida, en general, y el mundo de la empresa, en particular. Apunto sólo algunas:
1. Da la impresión de que el ser humano avanza mucho por "fuera" pero poco o nada por "dentro". Tenemos mejor tecnología, mejor transporte, mejor de casi todo... pero las grandezas y miserias del ser humano siguen siendo las mismas hoy que hace siglos.
2. Uno de los mayores enemigos (peligrosísimo) del ser humano es el rencor, las ansias de venganza, porque como decía Cippolla en casos como esos "uno es capaz de hundirse con tal de hundir al contrario". El orgullo hay que dejarlo en casa y también tener cuidado (mucho cuidado) con los "prontos" y los "calentones". Pasadas unas horas las cosas se ven de manera diferente.
3. En el mundo de la empresa nada es fácil. Habitualmente uno piensa que las aventuras empresariales en las que se embarca van a ir bien pero luego la experiencia demuestra que muchas veces se van al traste y algunas de ellas ni siquiera son capaz de arrancar. La incertidumbre, los competidores, el cansancio... hacen que muchos proyectos hagan aguas.
4. Ser justo (o intentar ser justo) es fundamental, aunque nada sencillo. Para emitir juicios con equilibrio hay que separar muy bien "corazón" y "cabeza" y tener una visión global e integral de las jugadas. Un juez para emitir sentencia de manera justa tiene que estar muy pegado a la realidad. No basta saber de leyes.
5. El ser humano es, de manera resumida, la búsqueda de dos objetivos que, paradójicamente, son contradictorios: reto y comodidad. Cuando el día a día nos absorbe, desearíamos tener más calma, pero cuando la vida es demasiado fácil, nos resulta sosa, insípida y el cuerpo nos pide marcha.
En resumen, una obra muy recomendable que merece la pena ir a ver y disfrutar.