Los expertos de la industria automotriz miran con sentimientos encontrados los nuevos proyectos sobre movilidad eléctrica, pero ahora que los precios del combustible están más altos que nunca es cuando no debemos perder de vista el hecho de que las materias primas se agotarán en algún momento en un futuro no muy lejano.
Mientras en Alemania, por ejemplo, tienen como meta para 2020 que un millón de coches eléctricos circulen por sus carreteras. En otros países, como en Francia, hay muchos incentivos económicos y fiscales para la compra de un vehículo eléctrico. En cambio, en EEUU y Asia, el concepto de movilidad eléctrica ya está mucho más asentado que en Europa.
Aquí en España los incentivos son tres, el plan integral de impulso al vehículo eléctrico 2010-2014 que subvenciona la compra de estos vehículos, el proyecto MOVELE, que impulsará la introducción en un plazo de dos años de 2.000 vehículos eléctricos así como la instalación de 500 puntos de recarga para estos vehículos, y, por último, el incentivo sobre el impuesto de matriculación.
A pesar de todas estas políticas de impulso para la estimulación de los coches híbridos y eléctricos el mercado sigue estancado, y esto se debe, principalmente, a que el mercado se encuentra en otra parte. Solo en Japón, las grandes empresas de automóviles celebran con éxito sus innovaciones. Honda, por ejemplo, participa en ambos mercados activamente con modelos como el Honda Accord 2012, de motor convencional o el Honda CR-Z, de motor híbrido.
Toyota, por su parte, también ha dado el salto al sector hibrido con el nuevo Toyota Highlander. Honda por su parte, todavía no ha dado el salto al mercado eléctrico en el sector del 4×4, pero dispone de grandes novedades en sus propuestas como el botón EDON del CR-V que permite una conducción más ecológica.
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