El Hospital Universitario Reina Sofía, de Cordoba, ha editado recientemente una guía para padres en la que explica en qué consiste el método canguro. Las redactoras son quienes más conocen el tema: enfermeras, pediatras y neonatólogas de dicho centro sanitario, a las que se unen un enfermero y un matrón para demostrar que también los hombres se han puesto al día en el cuidado de los bebés.
La guía se puede descargar en este enlace y os resumimos los puntos principales:
1. El método canguro o MMC (Método Madre Canguro) es muy recomendable para bebés prematuros.
2. Consiste en mantenerlos en contacto piel con piel con su madre o padre, reforzando el vínculo afectivo. Además, facilita la lactancia materna, ayuda al desarrollo neuromotor del recién nacido y sirve de transición a los padres para habituarse a las responsabilidades de cuidar al bebé en el hogar.
3. Se recomienda realizarlo durante no menos de 50 minutos seguidos, siendo preferible extenderlo a más de 2 horas diarias. Evidentemente, requiere una predisposición a hacerlo por parte de la madre o del padre, y un buen estado de salud (la madre debe estar repuesta del parto). El apoyo del resto de la familia es también básico para el quehacer doméstico, permitiendo a la madre dedicar esas horas en exclusiva a su bebé.
4. Es aconsejable continuar con el contacto piel con piel cuando se abandona el hospital, realizándolo en casa hasta el primer año. Es un plazo suficiente para corregir las posibles alteraciones auditivas, visuales o de neurodesarrollo que haya podido padecer. No es únicamente bueno para prematuros sino también para bebés nacidos a término o al salir de cuentas. ¿Quién decide hasta cuando debe durar?… El bebé. Se retorcerá, llorará y rechazará la posición. Para hacer la transición más pausada, se puede retomar el contacto piel con piel en ciertas ocasiones: un día frío, después del baño, para reconfortarlo…
5. Beneficios: Los latidos del corazón de la madre y su respiración crean unos ritmos y un ambiente que rememoran al bebé su pasado intrauterino. Con ellos, el bebé acompasa las constantes vitales a las de la madre: el ritmo cardíaco, el respiratorio, la temperatura corporal, la glucemia, la estimulación inmunológica, la tolerancia al dolor… Además, el contacto favorece la lactancia materna. Otras bondades son que reduce el llanto, mejora los periodos de sueño, reduce la sobreexcitación por estímulos ambientales (luz, ruidos), y la energía no consumida gracias a esta relajación se traduce en crecimiento y ganancia de peso.
6. ¿Cómo hacerlo? Con ropa amplia, de algodón y lavada sin aditivos, que permita cobijar en su interior al recién nacido en contacto con la madre y le sirva de sujeción. Una camiseta elástica es lo recomendable. El padre o madre irá duchado, sin perfume y en el caso femenino sin sujetador. El bebé irá desnudito, en posición vertical de rana sobre el pecho de la madre. Se buscará la posición más cómoda para los dos y un ambiente adecuado, con luz ténue y temperatura agradable.
7. El bebé puede seguir el método aunque precise asistencia respiratoria. Lo importante es que sea estable hemodinámicamente. En todos los casos, se mantendrá una enfermera cerca y se monitorizará el tratamiento.