Algunos de los métodos y técnicas desarrollados en el siglo XX para mejorar la calidad de vida de las personas hacen énfasis en la alimentación, la salud física o el bienestar emocional. Solo unas pocas técnicas completas, como el Método DeRose, llegan a una síntesis total brindando una respuesta holística. El Método DeRose propone mejorar el estilo de vida de una persona incorporando ejercicios físicos de reeducación postural que mejoran la tonicidad muscular, la respiración, la flexibilidad, la concentración, pautas de alimentación sana, relaciones humanas libres de estrés y técnicas para mejorar el autoconocimiento. Los adeptos al Método DeRose también valoran el acopio cultural que se puede hacer al entrar en contacto con otras sociedades y lugares del mundo (por ello suelen aprender varios idiomas).
Los beneficios del Método DeRose pueden comprobarse desde las primeras clases con los instructores de esta técnica. Las clases pueden ser grupales o individuales. En cada una de las modalidades del Método DeRose se trabajan distintos aspectos. Los estudiantes también pueden sugerir temáticas de su interés o puntos débiles a trabajar en las clases.
El Método DeRose surgió a mediados del siglo XX y consiste en una unificación de teorías y técnicas de culturas antiguas con valor para el hombre moderno. Las personas que se suelen interesar en los beneficios del Método DeRose, por lo general, tienen inquietudes espirituales y son aficionadas a la meditación. Entre el público que llega hasta este método también encontramos personas que desean mejorar su rendimiento físico, mejorar su salud y potenciar las posibilidades ocultas para un mejor desempeño en deportes, habilidades artísticas y ejercicios en general. Por último, están aquellos que solo buscan mejorar su estilo de vida a partir de una inquietud interna que los lleva a mejorar como seres humanos (son los más interesados en el crecimiento personal).