La verdad es que no se si reir o llorar. O ponerme feliz porque se “descubran” estos métodos “innovadores” con los que muchos se hacen millonarios (en USA sobretodo) y que famosos y famosas adoptan como religión. Si, le hacen la competencia a Estivill, entonces he decidido ponerme contenta. Son cinco pasos que, según Harvey Karp, activan el reflejo calmante con el que todos los niños nacen. Puede aliviar cólicos, mejorar el sueño, disminuir las pataletas, cultivar la paciencia y, en definitiva, hacer a padres e hijos más felices. Se trata de “El bebé más feliz” (“The happiest baby”), una técnica desarrollada por el pediatra estadounidense Harvey Karp, la cual ha resultado ser tan exitosa, que incluso famosas como la cantante Madonna o la actriz Michelle Pfeiffer la aprendieron para aplicarla cuando se convirtieron en madres.
Karp es un conocido médico, especialista en desarrollo infantil y profesor universitario, cuyo trabajo ha sido traducido a más de 20 idiomas. Según explica en su sitio web, su método está basado en la idea de que los bebés no están completamente preparados para enfrentar al mundo, ya que nacen tres meses antes por lo que necesitan un cuarto trimestre extra para ser cargados, mecidos y cuidados.
Asimismo, el pediatra sostiene que todos los niños vienen al mundo con lo que él denomina un “reflejo calmante”, el cual no está activo cuando el bebé está intranquilo o llorando, pero que es posible “encender” cuando su técnica es bien aplicada.
“Usar la técnica correcta es muy importante, porque los reflejos sólo funcionan cuando se activa de la forma correcta (…) Asimismo, ‘encender’ el reflejo calmante generalmente falla, a menos que los cinco pasos se lleven a cabo de la forma correcta”, afirma.
Los cinco pasos del método propuesto por Harvey Karp son bastante sencillos:
- Envolver al bebé con una manta o “tuto”.
- Ponerlo de costado (esto mientras está en los brazos, porque en la cuna siempre debe estar acostado sobre su espalda).
- Hacer sonidos suaves (del tipo shshshsh).
- Mecerlo.
- Ofrecerle algo para chupar, como su dedo o un chupete.
“Cuando estos pasos se realizan perfectamente bien, el efecto es casi mágico”, asegura el médico, quien además garantiza que con ellos el bebé dormirá entre una y tres horas extras cada noche.
Cómo aplicar la técnica
“El bebé más feliz” puede ser aprendido por los padres tanto antes como después de la llegada del bebé. Eso sí, la idea es comenzar a aplicarlo cuando el niño tenga entre una y dos semanas de edad.
Es una especie de entrenamiento, para el cual se utiliza el llamado “ruido blanco”, una mezcla de tonos altos y bajos que imitan el sonido que los bebés escuchan dentro del vientre materno. “Es una poderosa herramienta para encender el reflejo calmante”, afirma Karp.
De esta manera, cuando el niño está recibiendo su última comida del día, debe escucharse este “ruido blanco” como música de fondo. Luego, cuando termine, la madre -o el padre- debe envolverlo con una manta o “tuto”, dejando sólo su cabeza libre.
Según el pediatra estadounidense, envolver a los niños les da seguridad y tranquilidad. Además, asegura que esta práctica no interfiere con su desarrollo motor, ya que sólo debe utilizarse durante la siesta o por la noche. Eso sí, aconseja nunca envolverlos con las piernas apretadas o rectas, tampoco sobreabrigarlos, usar géneros grandes o gruesos, cubrirles el rostro o hacerlos dormir sobre su vientre. Lo ideal es envolverlos sólo hasta los cuatro meses y dejar de hacerlo cuando los bebés son capaces de voltearse solos.
Una vez realizado el primer paso, y sin importar si se quedó dormido en brazos, el bebé debe ser acostado en su cuna. En ese momento, Karp sugiere hacer que el niño abra un poco sus ojos, aunque sea por algunos segundos y luego vuelva a cerrarlos. Y si empieza a quejarse, los recomendable es mecer la cuna con movimientos pequeños y rápidos, por un período de 20 segundos hasta que el bebé se duerma de nuevo.
“Después de una o dos semanas de realizar esta rutina, el bebé automáticamente dormirá mejor y logrará calmarse a sí mismo”, indica el médico.
“Estas técnicas pueden ayudar a cualquier padre a ser tan hábil como la mejor persona para calmar niños, aprenderá a tranquilizar a su bebé en minutos y, en consecuencia, podrá sentirse descansado, más capaz de funcionar en la alimentación y en el cuidado de su bebé, y más exitoso en su rol de padre”, asegura en su sitio web Vivienne Rogan, una ex enfermera, actual doula y quien desde 2008 está certificada para enseñar la técnica de Harvey Karp.
“Incluso el más inquieto de los bebés se puede calmar en minutos”, agrega, y señala que el método no tiene nada que ver con tener un don especial, sino que con entender por qué los recién nacidos lloran.
Basada en la nota pulicada por emol.com