Revista Psicología

El miedo a no hacer nada: una nueva fobia

Por Clotilde Sarrió Arnandis @Gestalt_VLC

A punto de empezar mis vacaciones, cuando faltan siete día para que comience agosto, he buscado un artículo de esos que guardo en la recámara, a la espera de recuperarlo un mes en el que no he tenido tiempo de escribir. Sin embargo, no he encontrado ninguno que me pareciera adecuado para la época vacacional que casi tenemos encima.

El miedo a no hacer nada: una nueva fobia

El miedo a no hacer nada: una nueva fobia

Las vacaciones son un periodo en el que apetece ejercer el derecho a no hacer nada, una idea que me ha apetecido convertir en un artículo reivindicativo del derecho al descanso, a la diversión y al ocio, un artículo dedicado sobre todo a esas personas a quienes les cuesta mucho desprenderse de sus obligaciones y actividades, tanto que llegan a aburrirse los fines de semana o  cuando están de vacaciones.

Disponer de vacaciones es un privilegio que no todos pueden, o no saben, disfrutar en su justa medida. Esto es debido a la influencia que soportamos por parte de una sociedad que nos impone la necesidad de ser productivos, así como a la falsa idea de tener siempre una ocupación que atender si queremos que nuestro valor personal sea reconocido.

Socialmente, suele suceder que estar atareado se convierta en un tanto positivo que eleva en muchos peldaños  a quienes no disponen de siquiera de un segundo para atendernos cuando les telefoneamos, les preguntamos como están y nos responden: “voy corriendo”, “ocupado a tope”, “no puedo ni parar a comer”…

Sin embargo, ha habido épocas en las que disponer de tiempo libre era mal visto por considerar que el éxito era proporcional al tiempo que cada cual dedicaba a sus actividades. Se admiraba a quienes dormían pocas horas y comían un sándwich en su despacho porque no tenía tiempo. Sin embargo, la tendencia actual ha invertido estos valores y hoy se consideran privilegiados quienes más tiempo libre disponen para sus actividades lúdicas.

No obstante, el cliché de antiguos patrones sigue impregnando a personas con personalidades predispuestas a no saber disfrutar del tiempo libre. Por este motivo, son muchos quienes trabajan durante el tiempo que deberían dedicar a ellos y a sus familias.

En casos extremos, y en personalidades predispuestas, esto produce una sensación de vacío interior ante las situaciones de ocio en las que disfrutar del tiempo libre debería ser un placer y, sin embargo, se convierte en un un miedo, un estado de ansiedad conocido con el nombre de ociofobia, un proceso patológico que si bien no aparece como tal en el manual diagnóstico DSM-5, no sería extraño que más tarde o temprano se incorporara.

¿Qué es la ociofobia?

Podemos definir la ociofobia como un trastorno de ansiedad cuyas crisis suelen debutar en forma de ansiedad anticipatoria mediante síntomas que sobrevienen sobre todo en las vísperas de las vacaciones y los fines de semana.

La principal angustia del ociofóbico surge por el miedo irracional a no tener todo su tiempo planificado y ocupado.

Además de ansiedad, quien sufre la ociofobia tiende a sentirse culpable, pues interpreta su tiempo libre como una pérdida de la ocasión de hacer algo productivo. La sola idea de sentir (o poder sentir) aburrimiento les angustia y reaccionan autoimponiéndose unas agendas repletas de actividades (un segundo trabajo, estudios de materias innecesarias, másteres, asistencia a charlas y conferencias…).

El más horrible infierno de un ociofóbico sería imaginarse sentado en un confortable sillón, leyendo o escuchando música. Es tal la ansiedad que les genera la idea de unas vacaciones que llegan a prescindir de ellas con las consiguientes consecuencias en su entorno familiar.

¿Qué ocasiona el miedo al tiempo libre?

Buena parte de culpa de esta creencia irracional la tiene tanto la sociedad industrializada como la educación recibida desde la infancia o la predisposición individual a comportarse con una responsabilidad desmesurada.

Cuando la ociofobia va mas allá de ser un rasgo y adquiere rango de trastorno, quien la padece vive inmerso en una autoimposición que le hace sufrir y reprocharse no tener su tiempo totalmente ocupado, sintiéndose entonces como unos vagos carentes de valor personal.

Consecuencias de la ociofobia

  • El ociofóbico contempla el tiempo libre como una amenaza porque desconoce la sensación de relajarse.
  • La simple idea de no tener nada que hacer un fin de semana puede generarle una crisis de ansiedad.
  • Su exceso de tareas le predispone a perder relaciones y a discutir, cada vez con más frecuencia, con quienes las siguen manteniendo.

¿Que hacer ante la ociofobia?

Es recomendable ser capaces de dedicar al menos una hora al día a no hacer nada. Tan solo sentarse y mirar la pared hasta aburrirse con la intención de combatir el miedo a no hacer nada. 

Para ello, es necesario ejercitarse en un aprendizaje encaminado a permitirse ese no hacer nada, e interiorizar la convicción de que el aburrimiento puede ser un modo eficaz de desconectar del estrés y de los propios miedos. 

Lo que no suele tenerse en cuenta en estos casos es que «no hacer nada»,  paradójicamente implica estar haciendo algo, un detalle que suele sorprender a mis pacientes cuando se lo hago ver.

El plan de reconducción  para superar la ociofobia debe incluir la reflexión de todas esas circunstancias (a todos nos ha ocurrido en infinidad de ocasiones) en las que los planes preestablecidos no han podido realizarse y, sin embargo, descubrimos que la improvisación de un plan sustitutivo suele conducir a situaciones mucho más placenteras.

También es importante dejar de contemplar el ocio como una obligación y dejarse llevar más por no hacer nada.

Finalizaré el artículo con una frase del Blaise Pascal:

«Todos los males de los hombres vienen de una sola cosa:
de no saber quedarse tranquilos en una habitación
»


Clotilde Sarrió – Terapia Gestalt Valencia

Licencia de Creative Commons Este artículo está escrito por Clotilde Sarrió Arnandis y se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España

Imagen: Picography


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