Revista Cultura y Ocio

El miedo hace al lobo más grande de lo que es.

Publicado el 11 noviembre 2014 por El Sol De Madrid Rubén Olmeda @elsoldemadrid

Es una frase que encierra mucha sabiduría, sobretodo para los que en muchas ocasiones hemos pasado miedo. Porque creo que el miedo es al ser humano lo que la alegría o la tristeza, un sentimiento que rara vez se controla. Lo que si se puede hacer es combatirlo, luchar contra él.

Una persona sin miedo no es un valiente, es un zumbado, un loco, un tipo peligroso porque no es consciente de la realidad, alguien que puede llevarte a un precipicio porque dice que si te caes no te haces nada. Por lo tanto huyamos de los que no temen, pero admiremos a los que luchan contra sus miedos.

La sociedad siempre ha estado llena de miedos, el ataque a la aldea por parte de otra tribu, la sequía, el exceso de lluvias, el nacimiento de varones para asegurar el futuro de la defensa, la veneración a deidades totémicas que te castigan si te relajas en las ofrendas, el vasallaje propio hacia el líder local, la participación en guerras, etc. Miedos justificados en su mayoría porque estaba en juego el pellejo de uno mismo, no había bromas, si no llovía no se comía y tu familia se moría. Si el Rey te mandaba a la guerra te jodías y te ponías a llenar de flechas el carcaj temblando porque lo mismo volvías, pero lo más seguro es que no volvieras intacto.

Pero la sociedad moderna se ablanda, nacen temores nuevos, provocados por la AUTOCENSURA, el miedo a hacer cualquier cosa porque te va a pasar algo tan grave como que te van a despedir. El miedo al despido se ha convertido en el mayor temor y es cierto que es muy razonable temerlo, es cierto que es un drama. Puedo entender el miedo en un trabajador que gana un salario modesto, con el que no puede ahorrar y le asusta el horizonte del próximo pago de la hipoteca. Entiendo que ese trabajador no luche contra ese miedo, no combata eso, porque no le compensa ni va en su responsabilidad hacerlo. La sociedad le pide que haga bien su trabajo y sea buen ciudadano, pero poco más. A esa persona la entiendo.

Lo que no puedo entender es el político que tiene miedo, el político (Diputado, Concejal, asesor o lo que sea) que ostenta un cargo de representación de los demás en un determinado sitio de importancia para el futuro de la comunidad, de la sociedad. Un señor que llega a ese sillón aupado por votos (no entremos ahora en si le votan a él o a las siglas de su partido) y con la obligación de velar siempre por el interés de todos, de la sociedad. El político no está ahí para velar por su culo, por su nómina o por su futuro laboral, está para cumplir con su deber. Si cumpliendo con su deber, mejora su nómina, mejora su futuro laboral y además su culo está calentito…mejor que mejor. Pero no está ahí para subsistir, como la mayoría de trabajadores, que trabajan para comer.

El político está para cumplir una obligación y si tiene miedo, lo combate, si tiene miedo tiene que luchar contra él, porque por eso está él y no otro. Por eso vamos todos cada 4 años a poner un papel en una urna y por eso pagamos impuestos, por eso ese señor tiene escolta y un estatus especial en el ordenamiento jurídico, por eso está protegido. Para que tome decisiones que le pueden perjudicar personalmente, pero que benefician al conjunto de la sociedad. Por eso un político cobra lo que cobra y tiene los complementos que tiene, porque (entre otras cosas) no debería temer el pago de la hipoteca del mes siguiente. ¡Ah, claro! El problema viene cuando se ha comprado una casa de 2 millones de euros y la hipoteca son 4.000€ al mes, vale, en ese caso entiendo el miedo, pero te jodes, nadie te obligó a hacerlo, en ningún sitio te dijeron que el puesto era vitalicio, sabías que tarde o temprano tendrías que irte y dar paso a otros políticos.

Robar, extorsionar, ser infiel o mentir, son vicios inherentes al ser humano. Estaban ahí hace miles de años y ahí siguen. No vamos a cambiarlos ahora, pero podemos combatirlos. Podemos luchar contra ellos, podemos señalar a los que se dejan vencer por sus debilidades.

Ladrones que roban porque cobardes callan, corruptos que cobran comisiones ilegales porque cobardes callan, acosadores sexuales que abusan de empleados porque cobardes callan y extorsionadores que amenazan a trabajadores decentes porque cobardes callan. Ése es el problema de la sociedad moderna, el problema de España.

Cuando escucho “pero Rubén, como voy a hacer eso tío, que me cesan al día siguiente” o cuando escucho “yo ahí no pongo mi nombre porque paso de que me corten la cabeza” o incluso “cómo iba a decir nada hombre, si hubiera dicho algo habrían ido a por mí”. Cuando escucho eso me doy cuenta de que llevamos muchos años tolerando a mediocres en las instituciones, poniendo a familiares y amigos sin vocación de servicio, sin espíritu de liderazgo y sin honor. Son muchos años escuchando esas frases mientras yo, día a día, me jugaba la cabeza sin tener una nómina abultada, sin tener escolta y sin tener un estatus especial.

Si yo me la juego por la sociedad, por el futuro de todos y por mi honor, no me pidas que entienda que tu no te la juegas.

¡Cuidado que viene el lobo!


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