Revista Psicología

El miedo puede ser borrado de nuestro cerebro

Por Davidsaparicio @Psyciencia

El miedo puede ser borrado de nuestro cerebro

Nuevos recuerdos emocionales pueden ser borrados del cerebro humano. Así sostienen los investigadores Thomas Ågren, Mats Fredrikson y Tomas Fumark de la Universidad de Uppsala en una nueva investigación publicada en el Academic Journal Science (Revista Académica de Ciencia).

Cuando una persona aprende algo nuevo, una memoria de largo plazo es creada para ayudar al proceso de consolidación, que es sustentado por un proceso de formación de proteínas. Cuando recordamos algo, la memoria se estabiliza momentáneamente y luego se restablece mediante otro proceso de consolidación. Lo que significa que no recordamos lo que originalmente pasó, sino más bien se recuerda la última vez que se pensó en lo sucedido. Esto nos dice que se puede afectar el contenido de la memoria al interrumpir el proceso de reconsolidación que sigue al proceso de recordar.

La investigación

Los investigadores le mostraron a los participantes imágenes neutrales y simultáneamente les administraron descargas eléctricas, lo que provocó temor en los sujetos y consecuentemente se  formó un recuerdo del miedo. Para activar el recuerdo de miedo, los investigadores les mostraron  repetidamente la imagen a los sujetos sin aplicar simultáneamente la descarga eléctrica. Al grupo experimental se le interrumpió el proceso de reconsolidación, con la ayuda de presentaciones repetidas de las imágenes. Y al grupo control, se le permitió completar el proceso de reconsolidación antes de que se le mostrará las mismas imágenes.

(Artículo relacionado: El vinculo emocional entre la percepción y la memoria)

Al no completarse el proceso de reconsolidación del recuerdo, la memoria se hizo neutra y el miedo previamente asociado con la imagen se disipó, se eliminó el miedo en el grupo control. Para confirmar que el recuerdo había sido eliminado por completo,  los investigadores utilizaron el IRM (Imagen por Resonancia Magnética)  y fueron capaces de mostrar que las rutas de la memoria también habían desaparecido de la amígdala en el lóbulo temporal (área cerebral encargada de almacenar los recuerdos de miedo).

Thomas Ågren y sus colaboradores creen que  estos descubrimientos son un gran avance para el tratamiento de millones de personas alrededor del mundo que sufren de trastornos de ansiedad, fobias, estrés postraumático y ataques de pánico.


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