Menuda tarde del sábado tuve ayer. Me encontraba yo comiendo en un restaurante de Manhattan con una señorita valenciana y una simple comida se convirtió en una bronca dialéctica monumental entre un españoleitor “losantiano”, reaccionario papista repugnante y yo. Cuando terminamos de comer, nos acercamos a la barra para tomar chupitos y, como es habitual empecé a tratar los temas políticos. Estuvimos hablando sobre el mito del sueño americano (porque es un mito realmente, pese a quien le pese) cuando, de repente, un españoleitor que también estaba en la barra me dijo así: “Hombre eso de que el sueño americano no existe lo dirás tú, pero a mí me va muy bien en Texas”. Los que me conocen saben que yo NO me quedo calladito. Todo lo contrario. Le dije, ¿de qué hablas? ¿De qué Texas hablas, del “milagro” texano promovido por su gobernador Rick Perry, del “Tea Party”? El tipo, un gordito con bastante grasa en la cara (hace fresco en estos días pero los grasientos siempre son cebosos) me suelta un “ahh, ya, tú debes ser del de la coleta”. ¡Inmediatamente me dí cuenta que estaba yo ante un libegal losantiano! Le pregunté que si lee Libertad Digital y me dijo que sí. ¡Ahhh lo sabía! Lo sabía…¡te daba vergüenza decírmelo! (“Ninguna vergüenza, ninguna”, me insistía)…y yo continuaba…”porque tú eres losantiano, tú eres lector de Libertad Digital y has querido provocar soltando las mismas sandeces de siempre, porque representas a los mismos intereses que constantemente agreden al pueblo español”. Ante este escenario, varias personas nos miraban y entonces yo, por interés de que TODA mi audiencia escuchara empecé a soltar mis argumentos en inglés. Le dije que una de las leyes universales es que cuanto más inteligente se es, menos losantiano (menos del “tea party” se es) y los americanos presentes empezaban (la mayoria) a aplaudir y decir “yes sir” (especialmente los afro-americanos, que tienen ese estílo de animar a sus audiencias, como si se tratara de un sermón con música “gospel”). Proseguía yo con mis argumentos (en inglés) le señalé “señores y señoras…este individuo es del tea party español, del carajillo party…de Libertad Digital, un medio indeseable que hace propaganda a los intereses de los hermanos Koch que también tienen sus tentáculos en España”. El tipo también hablaba su inglés, aunque con peor acento que el de Huerta de Soto y me decía “¿qué pasa no quieres debatir conmigo”? Le contesté que NO, rotundamente NO. A mi audiencia le dije “no debato con fascistas, ni con extremistas, ni con racistas, ni con homófobos recalcitrantes, ni con intolerantes, ni con terroristas que pretendan acabar con la democracia y los derechos humanos”. Ante estas declaraciones, la “audiencia” gritaba PREACH ON BROTHER!! (sigue predicando, hermano!!) (recordad que en Nueva York no existe la extrema pasividad política española. Aquí muchísima gente participa en debates y si te oyen decir algo que no les gusta, se meten en tu conversación. No existe el concepto de “educación” ante desconocidos que existe en España). Pues así fue. Yo seguí “predicando”. Repito: NO debato con terroristas, ni con neonazis, ni con ningún individuo que tenga como premisa fundamental cargarse la democracia y nuestros derechos humanos más básicos. Le pregunté que quién le pagaba desde Libertad Digital. El gordo se indignó a estas alturas. “A mí no me paga nadie, asqueroso. Por debatir ese es mi deber como ciudadano libre y tú no eres más que una mierda controladora que pretende dictar a los demás cómo deben dirigir sus empresas en su propiedad privada”. “¿Lo véis señores? Este es de los que defienden que bajo el pretexto de la propiedad privada, se cometan atrocidades contra los indefensos, contra los que menos tienen en este mundo”! En este momento, el tipo pagó su cuenta y se marchaba. Poco le faltó por querer escupirme. Así es el comportamiento de los intolerantes, de los nostálgicos, de los típicos “foreros” que participan en Libertad Digital. El pobre. Está enfermo y nadie se lo ha dicho.
Bueno, si he compartido este relato con vosotros se debe a otro motivo más importante – mucha gente me pregunta por la situación económica y escribo esta entrada para derribar el mito del “milagro texano”. Esta es la realidad.
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¿Es el modelo económico “texano” nuestro futuro? Esa pregunta se lanzó durante los últimos debates presidenciales en EEUU. En esas fechas, el gobernador de Texas Rick Perry gozaba de mucha popularidad en los sondeos. Por todo el país, Perry no paraba de hablar del “milagro tejano”. En las cadenas nacionales, repetía esto: “Desde el 2009, el 48% de los nuevos empleos en EEUU fueron creados en Texas. Ven a trabajar aquí”. Perry atribuía este “gran crecimiento” milagroso a cuatro razones principales: impuestos bajísimos, menos regulación/intervencionismo, reforma del derecho civil para no poder demandar por cualquier cosa a las empresas y “no gastes todo el dinero”.
Sus posibilidades políticas en esa época rápidamente desaparecieron cuando se quedó de piedra en un debate, al ser preguntado sobre cuáles son las tres agencias federales que había prometida eliminar. Como buen miembro del “Tea Party”, no tenía NI IDEA. Quedó en ridículo, como suelen acabar todas estas teteras apasionadas por destruír el estado del bienestar y atribuir todos los males de la sociedad al “malvao estao”.
Sin embargo, persiste el debate sobre si Texas tiene algo de valor que enseñarle al resto del mundo. Una de las razones por este debate absurdo (porque Texas no es modelo de nada, por suerte) son los anuncios pagados que ha puesto Perry en las emisoras nacionales. Estos anuncios han provocado gran revuelo. Uno de los anuncios dice, sobre el milagro texano: “Abrir una empresa es duro, pero me cuentan que abrir una empresa en California es prácticamente imposible”. En otro, Perry dice: “Tengo unos consejos para los empresarios hartos de las leyes miopes en Illinois contra vuestras empresas. Iros de Illinois mientras tengáis la oportunidad. La vía de escape os conducirá directamente a Texas”.
Hace unos años, Perry lanzó otra campaña similar atacando a Nueva York por sus “excesivas regulaciones” e invitando a los empresarios “ir a lo grande” en Texas. No sé de dónde sacará Perry todo eso. En Nueva York tenemos Wall Street. ¿Desde cuando Wall Street obedece todas las “regulaciones” para proteger a los trabajadores? ¿DESDE CUANDO? Que yo sepa, no están muriéndose para instalarse en Texas. No es casualidad.
Esa idea, que millones personas están “buscando la libertad y la prosperidad abandonando zonas como Nueva York para mudarse a Texas” se ha convertido en un casi un evangelio de ciertos sectores ignorantes de la derecha occidental. Algunas voces sí han refutado esos vicios. En particular, Gail Collins, columnista del “New York Times” y autora del libro “Sobre cómo Texas secuestró a EEUU”. Texas es el estado donde menos porcentaje de sus ciudadanos han terminado tan siquiera el colegio secundario y uno de los primeros estados a la hora de emitir químicas que perjudican gravemente al medioambiente. También Texas es “líder” con respecto al porcentaje de su población que no cuenta con seguro médico. Un dudoso honor, ciertamente.
No obstante, persiste el mito. En no pocos artículos, se habla de que los americanos buscan “un coste de vida más barato en un clima de menos regulación a las empresas”. En un libro reciente titulado “Texas lo hace bien”, el autor dice que el espíritu “emprendedor e independiente de Texas” convierte a ese estado en un estado de “emprendedores independientes” que puede contribuir a incentivar la economía de todo el país.
Es verdad que Texas ha creado muchísimos empleos a una velocidad más rápida que el resto del país y que lo ha hecho bajo el control de republicanos ultraderechistas del Partido del té. Pero los liberales, y cualquier otro colectivo honesto que esté buscando generar una economía más justa al servicio de todos debemos enfrentarnos a toda esta fanfarronería texanas y demostrar qué demuestra en realidad.
Aparte del hecho que Texas, después del estado de Misisipí es el estado que más empleos de salario mínimo tiene en todo el país, analicemos que también es verdad otra realidad: Texas ha generado empleos nuevos que pagan salarios bastante altos. Lo que se llaman ahora “empleos de clase media” (cada vez hay menos en Occidente).
La primera cuestión es esta: ¿Cuanto le debe toda esa generación de empleo a la burbuja de la producción de gas y petróleo en Texas? Lo cierto es que el petróleo y el gas son los elementos principales detrás de este falso crecimiento tejano.
Gracias al “fracking” y otras nuevas tecnologías, la producción petrolífera tejana aumentó un 126% entre el 2010 y el 2013. Gracias al fracking, Texas ya produce más petróleo que Venezuela y está a punto de convertirse en el noveno productor global, por encima de Kuwait, México e Irak.
Ya, ya. Solamente el 8% de los nuevos empleos en Texas están relacionados directamente con el petróleo o la extracción de gas. Pero los efectos de la burbuja energética genera empleos para contables, abogados, médicos, constructores, jardineros, niñeras….en fin, decir que Texas no depende mucho del petróleo y el gas solamente porque la mayoría de tejanos no trabaja en esos sectores sería como decir que Nueva York no depende mucho de Wall Street porque solo un puñado de neoyorkinos trabaja en finanzas.
Aún con esa burbuja petrolífera, lo que NO nos dicen los propagandistas y cantamañanas como el español gordo que arremetió contra mis ideas liberales, es que a pesar de que muchos americanos sí se están mudando a Texas, una cifra casi idéntica de americanos nacidos en Texas SE ESTÁN MUDANDO fuera del estado. Según las fuentes del “Census Bureau”, se dice que 441.682 americanos nacidos aquí se mudaron a Texas de otros estados entre el 2010 y el 2011. Pero ese mismo censo dice que 358.048 tejanos de nacimiento SALIERON del estado. Eso significa (es matemática simple) que la migración doméstica, neta, de americanos mudándose a Texas solo asciende a un 83.634 – como comprenderán los lectores, en un país de más de 300 millones de habitantes, eso ni siquiera cuenta como una mancha en el mapa. Es el equivalente demográfico a un pueblucho como Lawrence, Kansas o Happyville en algún estado que nadie conoce.
Eso por no hablar de los impuestos regresivos — en Texas, los impuestos sobre la propiedad y el “sales tax” (IVA) es bastante regresivo para las familias que no cobran mucho dinero al año…mucho más notable que la media nacional. El estado también cobra impuestos a las clases medias con porcentajes tan altos como California…incluso más altos. Según la “Institute on Taxation”, en California una familia de clase media pagaba un 8,2% de sus ingresos en impuestos…mientras que en Texas asciende a 8,6%. Así que ese cuento de que hay cantidades masivas de neoyorkinos y californianos emigrando a Texas no se lo cree nadie excepto los propagandistas de Perry. Igual hasta contratan al cerdito tetero españoleitor que me insultó. Ya tendrá entonces su “sueño americano” al 100% cumplido mientras dure la burbuja petrolífera.
¿Un estado de emprendedores? Tampoco. Tampoco. No.
Texas puede ser un sitio excelente para una gran empresa petrolífera o para una mega empresa favorecida políticamente para no pagar impuestos (porque ya sabemos que “libertad” para estos extremistas significa NO pagar impuestos de ningún tipo, especialmente si eres una mega empresa). Las leyes tejanas también son hostiles a los sindicatos y sus sueldos son más bajos que el noreste “progre”. Pero para la gran mayoría de las empresas pequeñas, sin conexiones políticas, sin padrinos libegales, Texas NO ofrece ninguna ventaja fiscal y en muchos aspectos es más difícil hacer negocios. Esto va en armonía con los datos del censo. Esos datos demuestran que un porcentaje más reducido de tejanos tiene sus propios negocios.
Texas tiene una historia interesante. Antes de los años 80, era uno de los estados con más protecciones fuertes a los consumidores y a los propietarios de PYMES. Bajo la Constitución estatal de 1876, Texas protegía a los consumidores contra las aves de rapiña en los bancos que pretendían hipotecar a familias de forma insostenible. Por eso durante la gran crisis del 2008, hubo muy pocos desahucios en Texas. En 1889, Texas aprobó una ley contra los monopolios. Dos años después, intervino para regular las grandes empresas para proteger a los pequeños productores de petróleo y regular la industria energética. Pero desde los 80, ser “pro empresario” en Texas significa simplemente ser “pro mega empresa”. Son cosas distintas, pero hoy se confunde todo, desgraciadamente.
Texas no tiene un alto nivel de espíritu emprendedor. Por eso se explica el bajo nivel de ascenso profesional y económica en la última generación. En un excelente estudio, Raj Chetty de Harvard analiza la mobilidad y la igualdad de oportunidades para niños nacidos de familias pobres en distintas partes de EEUU para determinar qué porcentaje pudo salir de su pobreza y realizar su “sueño americano” cuando adulto. Los resultados son esclarecedores.
En la zona de San Francisco y su bahía, por ejemplo, los niños que se criaron en familias pobres solo tienen un 12,2% de probabilidad para ascender en la vida. Los que nacieron en Los Angeles o San Diego lo tenían más negro todavía, con un 10,4% y un 9,6%, respectivamente. Es deprimente que para tantos niños californianos, exista tan poca probabilidad de conseguir el dichoso “sueño americano”. Sin embargo, California parece a la tierra de oportunidades en comparación con Texas.
En la zona de Austin (capital de Texas), los niños pobres solo tienen un 6,9% de ser “ricos” cuando sean adultos. En Dallas, solo el 7,1%; en San Antonio, solamente un 6,4%.
¡Con razón tan pocos americanos quieren mudarse a Texas! La vivienda en Texas será mucho más barata que en Nueva York, pero también tiene porcentajes más bajos de mobilidad económica, los servicios públicos prácticamente no existen, y, salvo que seas rico, los impuestos son tan altos como casi el resto del país. Y lo peor de todo es que a pesar de tanto dinero petrolífero circulando por Texas, ese estado ya no está ganando puntos en los ingresos per capita, sino que se está empobreciendo más y más.
La población de Texas ha crecido mucho gracias a dos factores: 1. La brutal inmigración mexicana y, 2. Una tasa de natalidad altísima en consecuencia.
Los dos factores presentan retos. Texas lidera al país en el porcentaje de hembras con múltiples hijos y el ingreso per capita en Texas se reduce cada vez más por los efectos de contar con una población de inmigrantes jóvenes sin formación educativa.
Este modelo de desarrollo económico, con un sistema fiscal altamente regresivo y con niveles mínimos de inversión pública NO ha permitido que Texas pueda competir con los estados que gozan de altísimas rentas per capita (“curiosamente”, esos estados son liberales, pero liberales dedicados al progreso…es decir, lo que en España los libegales llaman “progremierdas” sin tener ni pajolera idea de lo que hablan). Y precisamente, cualquier economista serio, cualquier liberal realmente comprometido con la economía lo que quiere es AUMENTAR LA RENTA PER CAPITA de su localidad. El verdadero milagro aquí es que haya tanta gente tonta que se crea en los cuentos de esos cantamañanas como Perry. Son vendedores de humo, de un modelo fracasado burbujista que tiene de liberal lo que yo tengo de papista.