A través de experimentos pioneros con base en Cophenague, el científico danés Henrik Svensmark plantea una nueva forma de química atmosférica que determina la magnitud de las nubes en nuestra atmósfera, todo un paradigma meteorológico que puede tener influencia en las variaciones climáticas actuales de la Tierra, lo que haría necesario reevaluar las teorías actuales sobre las causas del calentamiento global.