Con el Black Pearl el ruso Oleg Burlakov busca revolucionar el transporte marítimo en base a energía solar y eólica. La nave pretende desafiar los enfoques establecidos al ser la primera embarcación que combine el uso de las velas con la acumulación de energía solar. La principal innovación del proyecto es la integración de los paneles solares flexibles dentro del tejido de las velas..
Por Alberto Mas
Ha sido uno de los proyectos más misteriosos de la industria náutica de la última década. Tanto en el astillero holandés Oceanco como en los estudios de arquitectura y diseño involucrados trabajaron durante cinco años ocultando cualquier detalle. Fue botado en septiembre de 2016 y a lo largo del 2017 fue sometido a diferentes pruebas de navegación y ha sido bautizado como Black Pearl. Con 106 metros de eslora y con permiso del Sailing A, es el velero privado más grande del mundo. Su tamaño, sin embargo, no es lo más sorprendente de la embarcación.
Muy poco a poco, las incógnitas sobre la Perla Negra se van despejando. Un vídeo de ocho minutos de duración explica a modo de documental cómo fue la compleja construcción del barco. "No es un experimento, es un auténtico desafío para la industria porque todo lo que se ha puesto a bordo no se había hecho antes", resume el director general de Oceanco, Marcel Onkenhout.
Los números del Black Pearl, de casco de acero y superestructura de aluminio, dan buena muestra del reto que supuso para ingenieros y diseñadores su construcción: además de los 106 metros de eslora, tiene una manga de 15 metros, siete de calado y un desplazamiento de 2.986 toneladas. Respecto a los mástiles, los tres son autogiratorios para ajustar los ángulos de las velas, miden 75 metros de altura y soportan 2.877 metros cuadrados de superficie vélica.
En las velas se encuentra una de las innovaciones principales de la nave: al tejido de dracon (material convencional en velerías) se han añadido paneles solares flexibles para generar energía a bordo que alimenta el sistema eléctrico. También las enormes hélices proporcionan energía cuando el Black Pearl avanza, incluso cuando no se utiliza el motor (dos unidades MTU 12V 2000 GT). Y es que la eficacia de un barco de grandes dimensiones propulsado por energía solar y eólica era el objetivo del armador. Dicen que la embarcación podrá cruzar el Atlántico con sólo 20 litros de combustible, lo que sería todo un hito de la navegación.
Alojados en seis camarotes, hasta 12 invitados podrán pasar la noche en esta maravilla de la arquitectura naval. Entre las tres cubiertas los diseñadores creadores ubicaron zonas sociales como ' beach club', plataforma de baño o terraza y un garaje donde guardar desde embarcaciones auxiliares a un arsenal de juguetes acuáticos. Del interior no ha trascendido hasta la fecha ningún dato ni imagen.
¿Quién es el propietario del 'Black Pearl'?
Si bien no hay confirmación oficial, la edición rusa de la revista Forbes publicó en octubre una entrevista con el magnate Oleg Burlakov, de quien apenas existen imágenes ni información sobre su vida privada, asegurando que en 2005 empezó a interesarse por los paneles solares flexibles con la intención de emplearlos como velas. Poco después, coincidió con el diseñador Ken Freivokh, responsable del trazado del fascinante The Maltese Falcon -cuyas líneas recuerdan a la Perla Negra-, quien compartió la visión del empresario y empezó a dibujar los primeros bocetos. Al proyecto fueron sumándose los estudios Dykstra Naval Architects (arquitectura naval), Nuvolari Lenard (diseño exterior e interior) o Gerard P. Villate (interiores) y el velero fue tomando forma.
Burlakov no ordenó construir el velero como capricho con el que navegar por los puertos más exclusivos de Europa y del Caribe, sino que lo hizo como negocio. El Black Pearl es "un proyecto piloto que nos permite obtener nuevos conocimientos. Podríamos haber hecho un carguero pero, en primer lugar, un yate es estéticamente agradable y, en segundo lugar, es más fácil promover un proyecto de este tipo", explica Oleg Burlakov. La idea del empresario es transformar el transporte marítimo con buques que se desplacen eficientemente con energía solar y eólica. Burlakov asegura que se ha gastado más de 250 millones de dólares en su gigante flotante y que es un buen negocio, puesto que ya le están ofreciendo el doble de lo invertido por la misteriosa Perla Negra.
Fuentes: Expansión