Revista Opinión

El mito de la eutanasia

Publicado el 09 mayo 2018 por Vigilis @vigilis
Se aproxima el debate en el Congreso sobre la eutanasia y la pereza que provoca es infinita. Ni siquiera sé por qué hay que hacer un debate cuando todo "está debatido". Ahorrémonos lo embarazoso de ver desfilar mito y superstición por la cámara. Es que solo de pensarlo ya me está dando vergüenza. "Muerte digna" pero para quién: para el que matan o para los que miran. Eutanasia es "buena muerte", ¿buena para quién? ¿buena en qué sentido? Asimismo la mera idea de muerte va a deambular como un monigote entre las bancadas de sus señorías. ¿Sabemos qué es la muerte? ¿Tenemos una conclusión final sobre el significado de esta idea? Me temo que no pero sus señorías actuarán como que sí.
El mito de la eutanasia
Eu-tanasia. "Buena muerte" o "dulce muerte". Creo importante que averigüemos para quién es buena. La primera vez que aparece esta palabra es en la Vida de los doce césares de Suetonio Tranquilo. Suetonio nos comenta a través del océano del tiempo que a Octavio le preocupaba morir de forma rápida e indolora. El bereber nos dice en el libro que ese era el tipo de muerte que deseaba para sus amigos y que la palabra que usaba era una composición griega: eutanasia (los romanos eran mucho de tomar préstamos griegos igual que nosotros lo hacemos con los romanos, por eso nos sentimos tan identificados con ellos. Por eso y por los embotellamientos de tráfico que eran un problema cotidiano en el mundo romano). También sabemos que en el momento de morir a sus allegados les preguntó en griego si había representado bien la farsa de la vida y que si era así aplaudieran (como solía hacerse en el teatro si la obra gustaba. Costumbre griega, por cierto).
Ya aquí en esta primera aparición de la eutanasia se nos presentan numerosos problemas de interpretación. La eutanasia bien puede ser que te aplaudan en el momento de morir por haber tenido una buena vida. Incluso que te recuerden y te hagan funerales (ya no digamos estatuas y templos) sería el homenaje a la buena vida que estaría ligada a la buena muerte del término "eutanasia". Sin embargo el muerto ya no disfruta de esos homenajes. La eutanasia es para los demás.
Inmediatamente puedo ligar esto con el confuso concepto de "muerte digna". ¿Dignidad para quién? ¿Para el que muere? Ya seas cartesiano o cristiano (o animista) un cuerpo sin vida es un saco de patatas (porque no tiene alma). ¿Qué dignidad hay en un cadáver? Ninguna. La dignidad es siempre para los demás. Curiosamente en España tenemos una tradicional distinción de la dignidad en la muerte: el garrote noble y el garrote vil. En el momento de ser ejecutado no siempre se otorgaba la misma dignidad (trato) al reo.
Como con Octavio que pedía que le aplaudieran si la farsa había sido buena, con nuestros métodos tradicionales de ejecución ocurre algo parecido: se trata de una representación. La diferencia de "dignidad" dependía en origen de la cuna del reo: a los nobles se les llevaba al cadalso a caballo y morían por decapitación por espada. Los villanos (o plebeyos) no tenían caballo y se les mataba de un garrotazo (¡o de varios! Curiosidad: el nombre "garrote" se mantuvo posteriormente para designar otros métodos de ejecución: estrangulamiento, trepanación, etc). En cierto sentido podemos decir que el garrote noble era un caso de eutanasia: se representaba públicamente el espectáculo de la muerte. La representación podía ser buena para el público, dudo que alguna vez lo fuera para los que mueren.
—¿Qué tal la ejecución pública de hoy?
—Estuvo bien. Me gustó.
—Ah, entonces fue una eutanasia.

El mito de la eutanasia

No hay mayor liberación que la negación de la predestinación. Abajo pues el paganismo y el luteranismo. :D

La otra pata del término "eutanasia" es la de "muerte". Parece que todos tenemos muy claro lo que es la muerte porque no pensamos mucho en ello pero en realidad se trata de un concpeto muy complicado, con muchas aristas. Como aquí se trata del ámbito político habría que hablar de la muerte civil: proceso por el que una persona deja legalmente de ser persona (ya sea porque desaparece o porque se transforma en otra cosa, por ejemplo un cadáver). El problema es que para determinar la muerte civil de una persona solemos acudir a la muerte biológica y la muerte biológica es mucho más elástica que la exigencia civil. Respecto a la ley solo caben dos opciones: vivo o muerto. Respecto a la medicina la muerte es un proceso múltiple, inexacto y con un margen temporal. Estamos intentando meter el triángulo en el agujero del cuadrado.
La vida de un ser humano sería imposible sin los millones de bacterias que aloja en sus tripas y con las que tiene una relación simbiótica. Ahora bien, se nos puede considerar muertos aunque esas bacterias sigan vivas. Se nos puede considerar muertos aunque millones de nuestras células sigan vivas. Se nos puede considerar muertos aunque respiremos (muerte cerebral). Es más, se nos considera que somos nosotros mismos aunque hayamos sido trasplantados o aunque estemos amputados (para que veamos que la definición de persona ya es un problema y no hay que ir tan lejos).
Pero la ley no entiende de estas cosas y exige una respuesta binaria: vivo o muerto. Y en nuestro contexto de la eutanasia se trata de determinar no solo la muerte de una persona sino su buena muerte (la bien representada, la que deja en buen lugar a la sociedad, la que colma el narcisismo, la que sacia el egoísmo de los vivos, la que hace honor a la castiza expresión "el muerto al hoyo y el vivo al bollo"). En puridad se trataría de hacer coincidir la muerte civil con la muerte biológica, cosa que actualmente creo que es imposible (o es posible en las actuales circunstancias pero tal como se plantea me parece una hechicería confusa y oscura: la persona que abandona el país y no vuelve estaría muerta a todos los efectos legales. No tiene mucho sentido este desarrollo pero lo digo para que conste lo absurdo de la cuestión).
El mito de la eutanasia

Al margen de lo que suceda en la habitación de un hospital con la puerta cerrada, en España está despenalizada la eutanasia pasiva (lo que se llama "documento de instrucciones previas" o "de voluntades anticipadas" por los que gente sin conocimientos médicos le puede decir a los médicos cómo quieren ser tratados, una cosa que viene muy bien cuando hay que matar a ancianos y personas sin recursos intelectuales que suelen coincidir con los que tienen escasos recursos económicos), esto es, la práctica que mata per accidens (como las bombas en las guerras actuales: tu intención no es matar civiles sino ganar la guerra pero acabas matando civiles per accidens) y está perseguida la eutanasia activa (si alguien se entera, claro) y lo que se promueve hoy sería la despenalización de esta última. En realidad podemos pasarnos la vida haciéndonos trampas al solitario: la distinción entre estos dos tipos de eutanasia es funambulismo moral (y jurídico: a la hora de juzgar un tratamiento médico entra en consideración la intención del doctor cosa que en otras partes del CP no se tiene en cuenta porque lo que cuenta son las consecuencias de los actos pero aquí patatas).
El caso es que la despenalización de la eutanasia activa (cosa que ya existe para seres humanos en estado embrionario y seres humanos que cierran la puerta de la habitación) es el primer paso en un camino que nos lleva a un lugar muy oscuro. He comentado de pasada lo complicado que es definir la persona, la muerte y lo que es bueno. Esto solo nos traerá problemas porque estos conceptos se pueden ir modificando según las modas futuras. ¿Y si vamos a otras definiciones de persona? ¿Y si la tecnología avanza? ¿Y si los jueces acaban juzgando en función de la popularidad del caso como desean todos los idiotas del país tal como sucede con el célebre juicio de la violacion de los San Fermines? Yo no quiero que nadie tenga ese poder.
Un conocido argumento contra la pena de muerte (estoy en contra de la pena de muerte pero a mí particularmente no me atrae este blandengue argumento) es que cabe la posibilidad de matar a un inocente y la muerte es irreversible. Sin embargo no se emplea aquí este argumento con la eutanasia activa. Es decir, en el caso de la pena capital nos podemos equivocar pero en el de la eutanasia activa no. ¿Por qué? La respuesta que imagino es que en la eutanasia activa hay un deseo expresado por parte del moribundo. Ah, pues si esa persona no se equivoca esperad un momento antes de matarla y que me diga los números de la lotería.
Mejora la cosa con aquello de "que decidan los parientes más cercanos". Esos parientes no solo son igual de falibles que el moribundo sino que hay casos en los que existe el odio puro dentro de la familia pero la ley cae igualmente como una losa. Pues que decida un juez. Ok, volvemos a los argumentos contra la pena de muerte.
Aunque de todo lo que se escucha el argumento que más me gusta (#ironía) es aquel que dice que uno "es dueño de su propia vida". Esta parida es muy propia de nuestro tiempo. Confundiendo el modo de discurrir de la vida con la condición de ser un ser vivo. En otras palabras, haciendo la equivalencia entre hacerse un tatuaje y cortarse las venas como si fueran lo mismo. "Soy dueño de mi mismo" es el narcisismo químicamente puro. Qué queréis que os diga, yo defiendo el usufructo sobre la vida propia pero no su enajenación.
Seguiremos hablando del tema. Vale.

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