De pequeña mi hermana jugaba con este carrito de la compra. Medio recuerdo que alguna vez lo llevó al mercado y que mi madre le echaba alguna patata o algo de poco peso.
Yo también jugué con él y cuando esa etapa pasó se guardó en lo alto de un armario junto a la cómoda de la Nancy, el Baby Mocosete y los puzzles de Educa.
Tenía pensado desde hace tiempo restaurarlo para usarlo como costurero o bolsa para las lanas. De estas Navidades no lo he querido posponer y preparé los materiales para cuando un día propicio me pusiera a ello.
Compré una tela de Veronique Requena, pintura a la tiza en color verde samba y un pincel. Desarmé el armazón, lo lijé y pinté. Tomé las medidas de la cesta original y la reproduje lo mejor que pude.
Mi hermana se llevó una gran sorpresa cuando se lo regalé, yo más cuando en un primer momento ella pensó que era un carrito nuevo que había comprado recordando el suyo de pequeña.
Pienso que ha sido un acierto y me he quedado con ganas de recuperar más objetos de ese alto del armario. Ya una cesta que sirvió de canastilla la tengo en casa. Haré lo mismo: prepararé los materiales para cuando los astros sean propicios y dedique una tarde a forrar la cesta.
Os dejo una foto del carrito de la compra antes de su nueva vida, se me ocurrió hacerla cuando ya tenía las piezas desmontadas, pero se ve bien.
¡¡¡Sed felices y gracias por vuestros comentarios siempre amables!!!