El monstruo, la sirena y el Doctor MengeleIan Watson (trad. de Cristina Macía)Dolmen | FrederRústica con solapas | 100 páginas | 16,90€
La llegada a las librerías de El monstruo, la sirena y el Doctor Mengele es toda una celebración para el lector de género fantástico, ya que desde esas recopilaciones conocidas como Watsonianas (allá por el lejano 2016, en Ediciones Gigamesh) que traían de vuelta alguna de las obras más emblemáticas como Incrustados (antiguo Empotrados) o El kit Jonás, no habíamos podido leer en español nada nuevo de Ian Watson, emblema de la ciencia ficción, en español. Sin embargo, aquí esta la Colección Freder de Dolmen con su segundo título para darnos El monstruo, la sirena y el Doctor Mengele, una disfrutable y ligera novelita corta que funciona como muestra de todo lo que es capaz de imaginar esa mente de Ian Watson, quién recordemos, trabajó nueve (supongo intensos) meses con Stanley Kubrick en lo que sería el guion de la película A.I. Inteligencia artificial (Steven Spielberg, 2001).
El monstruo, la sirena y el Doctor Mengele
Tras el rimbombante título que preside el libro encontramos nada menos que una fusión del espacio en blanco — y casi mitológico— que existe en la biografía del Doctor Josef Mengele (el famoso oficial y médico alemán que realizó crueles experimentos con los prisioneros del campo de concentración de Auschwitz) y si el monstruo de Viktor Frankenstein tiene fortuna en su propia historia y obtiene esa novia/compañera que tanto ansiaba y fue prometida durante la novela. Sin embargo, para fabricarle la novia que el monstruo exigía, Frankenstein se fue hasta una solitaria isla de Escocia, donde lo que tenía mayormente a su disposición eran, sobre todo, partes procedentes del mar. El monstruo, la sirena y el Doctor Mengele nos lleva siglos después, directamente a las selvas de Sudamérica, cuando Mengele oye hablar de un monstruo tarzanesco y de su compañera, una sirena, decide emprender la marcha para capturarlos y poder hacer experimentos que (espera) le devuelvan la reputación entre los científicos europeos.
Richard Baer, Josef Mengele y Rudolf HößFiccionando la realidad
Es curioso como la novela, que ha salido ahora en español, lo ha hecho casi justo a la vez que un cómic llamado La desaparición de Josef Mengele (Planeta Cómic, 2024), adaptación de la novela de Olivier Guez, que nos sitúa en 1949, con un Josef desembarcando en Buenos Aires, que vive oculto, bajo seudónimos, huyendo por Paraguay (donde situamos esta novela) y luego Brasil, sin tregua, hasta su misteriosa muerte en una playa en el 1979. Lo genial aquí es ,por supuesto, como convive la novela de Ian Watson con esa capa de realidad, como encuentra una plausible explicación tanto a lo que ocupa en la novela corta como a lo que le ocurre al Josef Mengele real. Una de las cosas interesantes de El monstruo, la sirena y el doctor Mengele es que probablemente, el que tiene el nombre menos terrorífico del título, sea el más monstruoso de todos. Watson divide a Mengele como si fuera una especie de doctor Jekyll y Mr. Hyde, con una aparente doble personalidad (mítica y humana) que nos deja ver todo el mal que atesora en su interior y refuerza cada una de sus acciones. Los humanos casi siempre son los peores monstruos.
Ideas por doquier
Si nunca habéis leído nada de Ian Watson, basta con decir que tiene un estilo que es para dar de comer aparte (y cuesta digerir varias veces de lectura), con frases repletas de ideas y complicaciones que (se de buena tinta) nuestra querida Cristina Macía en la traducción se ha debido de tirar de los pelos más de una vez (como bien asegura en la nota final) para dejar este buen (y complicado) resultado. Dice ese famoso poema de Emily Dickinson que dicen algunos que una palabra muere cuando es dicha. Yo en cambio opino que comienza a vivir justo ese día. Pienso en que Watson es uno de los ejemplos perfectos de ello, a nivel escrito. Las ideas aquí (y el humor) se tiran sin cinturón de seguridad, sin miedo a lo que ocurra después, y siempre queda a predisposición del lector coger el guante y atrapar todo cuanto quiera. Las ideas están más vivas que nunca, en cada línea, en cada frase, y es probable que una sola pasada por ella no consiga todo el efecto deseado. Mengele y su caza os esperan.
Otros enlaces de interés:Presentación en Gigamesh