Revista América Latina

El Mundial, Telesur, “la mano de Dios” y un par de tramposos

Publicado el 19 junio 2014 por Ángel Santiesteban Prats @AngelSantiesteb

chavez la mano de dios

El canal Telesur se ufana de exponer una decena de veces al día la conversación entre el difunto Hugo Chávez y el ex jugador Diego Armando Maradona en la que este explica la jugada que se llamó “la mano de Dios” y es interrumpido por Chávez para aclarar que se trataba de un gol con la mano. Diego lo acepta y explica, entre risas de los presentes, cómo lo hizo.

c5n MARADONA EN VENEZUELA

Cierto que el fútbol, desgraciadamente, tiene una porción muy fuerte de trampa; algunos jugadores, podemos decir la mayoría, han desarrollado un talento para la actuación buscando confundir a los árbitros y conseguir una trampa que, a su vez, provoca una injusticia. No tengo duda de que la trampa es antideportiva –se asemeja al dopaje– aunque en el futbol se la acepte como parte del espectáculo. Pero deja mucho que desear que ese futbolista luego haga alarde de lo que realmente le debiera avergonzar.

El colmo de ese desparpajo es que un Presidente en funciones haya jugado con tal acontecimiento y, con tono de broma, se haga partícipe de tal desvergüenza, acotando jocosamente y dejando claro que aprueba la mentira, el fraude, que el medio justifica el fin y que eso aplica para todos los aspectos de la vida.

En el caso del mismo Maradona, es un ejemplo digno de una vida falsa, sumida y apegada a las peores bajezas humanas. En Cuba conocí a un joven a quien, según me comentó y así lo reconoce todo el vecindario, se le veía acompañando al gran futbolista. Presumía de ser la persona que le conseguía la droga, en momentos en que precisamente el argentino se encontraba en un sanatorio supuestamente para desintoxicarse. Recuerdo que el eminente médico Ricardo González, director de la Clínica de Desintoxicación, al ver que Maradona no se disciplinaba, planteó a las autoridades cubanas su decisión de renunciar al puesto si el “astro” argentino se mantenía allí, luego de que el deportista lo increpara y le echara en cara su fama, su dinero, y el hecho de ser apadrinado por Fidel Castro.

Lo cierto es que, además de considerarse un amigo del futbolista, ese joven, a quien conocí exactamente en el barrio habanero llamado Caballo Blanco, aseguraba haber tenido una relación homosexual con Diego. Comentó que en reiteradas ocasiones se quedaba sin dinero, pero tratándose de un buen cliente, constante y abundante, los proveedores de la droga le fiaban, y luego, cuando Maradona recibía el dinero, el joven se encargaba de pagarle la deuda a los narcotraficantes. En una ocasión quedó una cuantía pendiente de una droga consumida, y justo en ese tiempo el muchacho y Diego discutieron y aquella cuenta quedó sin saldar. Por mucho que intentó localizarlo, Maradona siempre rechazó recibirlo. Entretanto, los maleantes, pensando que el joven se había burlado de ellos, lo sorprendieron y le encajaron un punzón en el cráneo, provocándole serios problemas motores, entre ellos, un brazo y una pierna que apenas puede mover. Como dato jocoso, las muchachas del barrio lamentaban haber perdido un ejemplar de tal belleza física y entendían que Maradona se hubiese enamorado del Adonis.

Esa es una leyenda en aquel barrio de las afueras de la ciudad. Quizá sea cierta o falsa, o tenga parte y parte, pero ver a Maradona junto a Chávez, me trajo a la memoria esta anécdota y me hizo sentir pena por el par de tramposos que ambos han sido.


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