En la experiencia vital de cualquier ser humano, hay por defecto una serie de axiomas establecidos e irrefutables dispuestos a mantenerse contra viento y marea: la lluvia moja, el viento sopla, los truenos suenan y los rayos caen. Siempre ha sido así y nadie lo va a cambiar, tan sólo estaría bueno que a estas alturas los mandamientos meteorológicos fueran inexactos. Todo parece correcto a simple vista, aunque con una pequeña objeción, los rayos no caen más bien suben. Menuda decepción en toda regla ¿no?.
Lo bueno es que después de tanto tiempo equivocado, la explicación coloquial del fenómeno aparenta ser muy sencilla. El proceso es el siguiente:
En primer lugar, tras acumularse una considerable cantidad de carga negativa en las nubes, baja a superficie una carga conductora (rayo) atraída por una carga de captura (positiva) originada en la superficie de la tierra.
En un segundo término, antes de que la carga negativa llegue al suelo, la carga de captura (positiva) se une a esta provocando en altura (oscila según el caso) el relámpago (emisión de luz, lo que percibimos realmente). Es decir, que las cargas positivas de la nube atraen a las negativas provocando el relámpago, una descarga principal que aunque no te lo parezca tiene origen en la tierra y va con dirección a las nubes.
A continuación, dos video donde se puede apreciar como la "luz" tiene su origen en la superficie: