El mundo femenino de soey milk

Soey Milk es una artista con sede en Pasadena, California con un notable gusto por lo oscuro y lo romántico que representa con hermosas mujeres con un alto contenido sensual y erótico. Tanto en sus dibujos con grafito, como en sus pinturas al óleo o acuarelas, el nivel de detalle es exquisito, mostrando una gran técnica hiperrealista que combina con una extraña ternura en sus creaciones para transportarnos a su particular mundo...

Soey Milk nació en 1989 en Seúl, Corea. En el 2000 se trasladó a EE.UU., estableciéndose en el sur de California, y aunque su pretensión inicial era seguir una carrera en el ballet, pronto descubriría el dibujo y la pintura, haciéndola replantearse el camino a seguir. A pesar de continuar siendo estudiante en el Art Center College of Design de Pasadena, se las arreglaría para viajar a Inglaterra y dar a conocer su trabajo en agosto del 2012 y enero del 2013.

Las obras de Milk, tienen una inclinación hacia el fotorrealismo, sin embargo Milk se desilusionó con el perfeccionismo cuando una de sus pinturas le llegó devuelta por correo completamente dañada, una sucia huella de zapato sobre la cara pintada en la que había estado trabajado la totalmente decepcionada. Ese momento fue una llamada para despertar: Milk comenzó a hacer más trazos de pintura y grabados sobre sus cuadros y comenzar a experimentar con nuevos estilos.

El trabajo de Soey Milk posee una gran dicotomía entre la mujer tradicional y la mujer moderna. Inspirada completamente en la forma femenina, sus mujeres rebosan sofisticación y elegancia, y a pesar de lo sugerente que resultan muchas de sus piezas, su obra también evoca la vulnerabilidad, la angustia y el éxtasis.

Soey Milk creció cerca de montañas y arroyos, algo que le ayudaría a reconocer, aceptar y apreciar las distintas formas de belleza, a prestar atención a las pequeñas cosas y a desarrollar toda la sensibilidad que respiran sus obras. El trabajo se puede seguir a través de su blog personal, su Instagram o su página de Facebook.

Fuentes: Cóctel de Mente // OldsKull