Esta semana os traigo la reseña de otro regalo de cumpleaños, en este caso de una novela que mi hermana, tras leer varias recomendaciones, me regaló por sorpresa, pues, la verdad, yo ni siquiera la conocía: El muñeco de nieve de Jo Nesbo.
Una vez lo tuve entre mis manos, descubrimos que era la quinta entrega de las aventuras del detective Harry Hole, pero eso no afectó a la lectura. Sí, hablaba levemente de hechos ocurridos en las novelas anteriores, aunque tampoco dificulta la lectura, ni mucho menos, ya que es una aventura auto-conclusiva y, encima, el autor se refiere a ellos de tal manera que, en general, te haces una idea de lo ocurrido. Pero, vamos, esos hechos son más anecdóticos que otra cosa, no tienen que ver con la trama. Así que podéis leer El muñeco de nieve perfectamente sin conocer los libros anteriores.
¿Y de qué trata El muñeco de nieve?
Noviembre llega a Oslo y, con él, el terrible muñeco de nieve. Una serie de mujeres, todas esposas y madres, desaparecen de sus casas, donde aparece un inquietante muñeco de nieve. El comisario Harry Drole, junto a su equipo, se hace cargo de la investigación, pese a que su vida personal no se encuentra en el mejor momento.
He de decir que El muñeco de nieve es un cliché de cabo a rabo, aunque eso no tiene por qué ser malo y, en este caso, no lo es. La novela cuenta con elementos muy típicos de novela negra: el detective alcohólico con una vida personal un tanto desastrosa, un misterioso asesino en serie, el ir de puerta en puerta hablando con personas para recabar información... Sin embargo, pese a dichos tópicos, El muñeco de nieve es una buena novela negra, que se lee con bastante facilidad.
Tiene algún defecto que otro, como que se toma cierta calma para ir colocando cada elemento en su sitio, pero se le perdona porque las virtudes ganan.
En primer lugar, está muy bien escrita. Quizás Jo Nesbo, a veces, se excede con las descripciones, pero a mí me ha gustado su estilo. Es muy cinematográfico, las imágenes que evoca son muy fuertes y sabe transmitir muy bien lo que se estaba imaginando al escribir. De hecho, era muy sencillo imaginárselo todo como si, en vez de leer un libro, estuvieras viendo una película.
En segundo lugar, el caso está muy bien llevado. Además, es un buen caso, muy interesante y Jo Nesbo logra que tenga escenas de lo más inquietantes (el prólogo pone el vello de punta, por ejemplo). Eso sí, pese a que tiene algún giro un poco más sorprendente, la resolución del caso me pareció un poco predecible. De hecho, no sé si es que tuve suerte, si mi intuición es la leche, pero adiviné la identidad del asesino desde el primer momento. Por otro lado, eso me hizo sentirme la leche, vamos, que ni la mismísima Veronica Mars, pero es otra cuestión.
Finalmente, lo que más me gustó de El muñeco de nieve fueron sus personajes. No todos están tan desarrollados o tienen la suficiente personalidad, pues algunos secundarios pecan un poco de pasar desapercibidos, pero el autor lo compensa con un protagonista muy bien escrito y con un personaje femenino muy interesante.
El protagonista es el comisario Harry Hole, un buen policía, un buen investigador, que también es alcohólico y tiene una personalidad bastante complicada, lo que no facilita que tenga una vida sentimental, digamos, normal. Pese a que parece un detective de novela negra de manual, Harry logra tener su propia personalidad y cautivar al lector, pues resulta de lo más humano y es muy fácil comprenderle, entender cómo y por qué actúa como lo hace y, sobre todo, apreciarle.
No sé si ha evolucionado mucho o no, aunque tengo en mente leer el resto de novelas poco a poco, así que a ver qué tal.
El otro personaje con el que me quedo es Rakel, que es la ex de Harry y, en este caso, el autor no nos da un personaje tópico, que habría sido muy sencillo. Rakel no es la típica loca histérica que se queja del trabajo de su pareja, que le echa cosas en cara, sino una mujer fuerte, que intenta tener una vida que ella considera adecuada y que, pese a que se adivina que hubo problemas con Harry, le aprecia y le respeta, llegando incluso a insistir en que Harry tenga relación con Oleg, el hijo que ella tuvo en una relación anterior y alguien que quiere mucho a Harry.
De hecho, han sido las escenas con esa especie de dinámica familiar las que más me han gustado y donde más brillaba Harry, donde parecía mucho más humano. Otro motivo por los que tengo curiosidad por leer las entregas anteriores: conocer la relación entre Harry y Rakel.
El muñeco de nieve de Jo Nesbo es una buena novela negra, entretenida y de lectura fácil con un caso potente y un protagonista más humano y cálido que otros que he leído en novelas escandinavas. Jo Nesbo no pretende revolucionar el género, ni darle algún giro original, sino que emplea los recursos típicos de la novela negra con muy buen tino.
El próximo lunes (esta vez sí que lunes, lo prometo) literario estará dedicado a... La selección de Kiera Cass.