Puesto porJCP on May 10, 2013 in Economía
Una de las cosas más interesantes de la crisis inmobiliaria española ha sido la revelación de que algunos ministros españoles conocían la bomba de relojería sobre la que reposaba el “España va bien” de Aznar. Y en el sector financiero y en el gobierno alemán no existía conciencia sobre los riesgos bancarios antes de la crisis. Si la hubiera habido no se habría enviado dinero a manos llenas a España….
Un informe del Handelsblatt dio cuenta en 2003 de una reunión de los directivos de la banca alemana con el canciller Schröder y su ministro de finanzas en el año 2000 para, textualmente, “estudiar la creación de un banco malo que sirviera para empaquetar los malos créditos y volverlos a vender”. Aquella reunión no hizo referencia especial a los países europeos. Ni siquiera se habló de ellos. Se trataba de los malos activos que la banca alemana tenía en Europa del Este y en Estados Unidos…
Desde 2005 había informes en la prensa económica sobre los riesgos del mercado inmobiliario en Estados Unidos, Reino Unido, Irlanda y España, pero no se tomaba muy en serio. Antes del 2008 no había una conciencia sobre el tema.
En España algunos ministros y altos funcionarios confesaban la inviabilidad del asunto, pero no informaban, o si lo hacían el pastel era demasiado gordo como para que los políticos se atrevieran a hacer algo… Es como un conjuro: si no hablamos de ello, no ocurrirá. Demasiado dinero atonta. Había una euforia colectiva, todos pensaban que iba a continuar para siempre. Si uno ha ganado muchísimo dinero durante unos años, ¿por qué parar?, ¿solo porque algunos economistas críticos dicen que no es sostenible? Así no funciona la naturaleza humana.
Entre 2008 y 2009 el gobierno alemán rescató a sus bancos con casi medio billón de euros. Cuando estalló la crisis todos estaban abrumados. El ministro de finanzas Peer Steinbrück no tenía ni idea de lo que ocurría. Estaba allí y dijo ante el Bundestag, “no hará falta salvar a la banca como en Estados Unidos porque el sistema alemán es robusto”, y al día siguiente comenzaban las negociaciones para salvar al Hypo Real Estate (HRE) con 100.000 millones. Si el ministro no entendía nada, los diputados aún menos. Se dijo que si se dejaba quebrar al HRE caería todo el sistema financiero alemán y la economía nacional se pararía, así que había que hacerlo. El Bundestag no solo fue arrollado, también fue desposeído de todo poder, pero como formalmente se exigía un control parlamentario, se formó una comisión secreta de nueve diputados de todas las fuerzas políticas. La comisión no tenía ningún poder, no podía exigir declaraciones ni documentos, solo podía invitar a miembros del gobierno o del fondo de rescate y entrevistarlos. Si algo no les gustaba no podían hacerlo público, ni siquiera informar a sus colegas de grupo parlamentario….Fue tan democrático como el papel de La Asamblea Nacional en la Revolución francesa.
¿Cómo pudieron aceptar los diputados dar cantidades de dinero del contribuyente con los ojos cerrados? Por miedo. Sí, por miedo, pues se sugirió que caso contrario la alternativa era un hundimiento. Por ignorancia sobre todo. Y también por lo que se había visto en Estados Unidos, donde el gobierno ya había puesto 750.000 millones por lo de Lehman, que al final fue mucho más. Pensaron, “si se asustan los americanos….” Pero lo más extraordinario no fue la frenética reacción del gobierno o que el Bundestag se dejara pisotear: lo que más estremeció fue la pasividad de la población ante, por ejemplo, el caso del Commerzbank. Pusieron 18.000 millones de dinero público en un banco que en la bolsa no valía más de 3000 millones y ni siquiera el Estado se quedó con todo el banco, solo con el 25%. Ocurrió con nocturnidad, entre Navidad y Año nuevo, sin ningún control parlamentario. Se hizo para proteger de las pérdidas a Allianz, el verdadero poder financiero de Alemania, ríase usted del Deutsche Bank, quien cuenta allí es Allianz. El jefe de Commerzbank, Blessing podía haber dicho en octubre que no compraba el Dresdner Bank, porque estaba lleno de valores americanos y era un pozo sin fondo, pero lo hizo. Steinbrück le dijo a Blessing que si salía mal el contribuyente apoyaría… Fue un proceso demente y opaco. Imagínense que los intereses eran 20.000 millones. Todo esto bajo el mayor de los secretos.
Alguien dijo, “ya que damos tanto dinero, queremos saber quiénes son los beneficiarios”, pero todo era secreto. Cada documento que se entregaba a un diputado llevaba un sello de “Secreto” El sentido de mantener esa información en secreto era evitar el debate sobre quiénes eran los beneficiarios, a quien se protege de las pérdidas. Es lo que pasa ahora en España.
Lógicamente tiene sentido para las instituciones implicadas y también para el gobierno. Se quiso evitar a toda costa ese debate. Si en el momento de tomar la decisión se conociera la lista de a quiénes se salva con ella, no habría habido mayoría en el Parlamento alemán. Estoy seguro de que el parlamento español no habría votado a favor si hubiera sabido quien tenía cuentas que cobrar en Bankia……o habrían dicho, “vale, lo hacemos pero luego nos cobramos el dinero de los beneficiarios de una u otra forma”. Hasta el día de hoy desconocemos quiénes son los acreedores no garantizados de Bankia.
¿Cómo se supo que el Deutsche Bank tenía 12600 millones atrapados en la quiebra de la aseguradora americana AIG? Se supo porque el Senado de Estados Unidos le exigió a la Reserva Federal la publicación de los datos de las transferencias. Cuando consiguen liberarse de los intereses creados que financian sus campañas, los diputados americanos son increíblemente fuertes. ¿Ha leído los informes del Senado sobre la crisis financiera? Son una fuente increíble. El papel del Deutsche Bank en Estados Unidos nunca se hubiera descubierto sin el Senado de EE.UU!.
Lo que le habría pasado al Deutsche Bank si AIG no hubiera sido rescatada por el gobierno de Estados Unidos es que se habría hundido: 12.000 millones era casi la mitad del capital propio del banco. El año se habría cerrado con pérdidas y eso habría costado tanto dinero que el Deutsche Bank no habría podido cumplir las reglas de la supervisión bancaria, lo que no impidió al jefe del Deutsche Bank, Josef Ackermann, alardear de que su banco no había necesitado dinero público. En fin una mentira más, y no solo por la AIG. El Deutsche Bank se benefició de todas las demás operaciones de rescate, por ejemplo recibió más de 2000 millones en la salvación del Hypo Real Estate.
Todos esos rescates y los rescates de países son, en realidad rescates de bancos interrelacionados por el casino internacional. Y la gran parte de su éxito se encuentra en haber conseguido mantener a la opinión pública al margen de esta obviedad. La mayoría de los periodistas no ilustran ni decen la verdad al público, sino que se limitan a ser meros transmisores de informaciones que dan otros. El problema aparece cuando la mayoría de las instituciones implicadas están de acuerdo en no explicar lo que está pasando.
Por otro lado, en Irlanda se debatía la cuestión de la identidad de los que estaban endeudados con la banca irlandesa. El ministro de finanzas dijo que no lo sabía porque los bonos se negociaban en mercados anónimos. Era una mentira flagrante. Un insider le dio a un blogger irlandés en Londres – no se fiaba de la prensa irlandesa- la lista de los propietarios de bonos del Anglo Irish Bank, uno de los bancos en quiebra con una deuda de 30.000 millones. La lista solo mencionaba a grandes acreedores del lugar, pero se podía ver que la mayoría de los acreedores eran de Alemania, Francia e Inglaterra. En la lista de 80 direcciones de acreedores de la deuda de Irlanda, 50 eran alemanas o francesas.
En España los bancos alemanes más expuestos podemos obtenerlo diciendo que entre 2005 y 2008 bancos alemanes y franceses colocaron 320.000 millones en España, gran parte en inmobiliaria. Juan Rodríguez, ex jefe de Caja Granada explicó en su día lo fácil que era recibir dinero en Alemania. “Prestaban dinero sin preguntar a donde iba”, Lo mismo me dijo el directivo de Caja Madrid, Tierno Galván: “las ofertas llovían por todas partes”. La gente ni preguntaba lo que se iba a hacer con el dinero, solo les interesaba si podría cobrar un 1,5% de interés más que en casa. Es obvio que en un negocio de locura la responsabilidad es tanto de quien pide dinero como de quien lo da sin mirar. Los nombres de los acreedores alemanes no se publican, son secreto.
Preguntado el ministro de finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, en relación con la cuestión de la responsabilidad en España no entendió la pregunta. Nunca había oído que en la contratación de un crédito la responsabilidad está en los dos lados, el que lo recibe y el que lo da. Dijo, “no obligamos a los españoles a aceptar nuestro dinero por la fuerza de las armas”. Schäuble es abogado, pero para un banquero la pregunta es obvia. A de Guindos, como banquero, esa misma pregunta no le pareció tan rara, pero le incomodó más. Dijo que la lista de los tenedores de la deuda de Bankia, “no es una información esencial, aunque sabemos que la mayoría son inversores extranjeros”. De Guindos reconoció que los inversores tienen responsabilidad, pero dijo, “no nos podemos permitir exigirles que la asuman porque se perdería la confianza en España”. Jörg Asmussen, directivo del BCE, fue el único que admitió que aunque esas listas son secreto empresarial, en el momento en que entra en escena dinero público para rescatar la gente tiene derecho a conocer los datos. De todos los entrevistados fue el más constructivo, quizá porque ya no es político.
¿Soluciones para remediar el desbarajuste bancario de una manera decente en Europa? Habría que hacer una unión bancaria europea, pero solo podría funcionar si también se creara una garantía de depósitos europea en la que los países se responsabilizaran conjuntamente de que el cliente de un banco no tenga perjuicio si el banco quiebra. Debería haber un sistema europeo para lidiar con los bancos en quiebra financiado por el propio sector financiero. Por un lado el impuesto sobre transacciones financieras y por otro un impuesto adicional sobre bancos. Si se realizara de manera consecuente sería un programa racional.
En cuanto a los desequilibrios entre países Lo primero sería que las empresas italianas o españolas no tuvieran que pagar un 3% o un 4% más de interés por el mismo crédito que una empresa alemana, como ocurre pese al mercado único, la moneda común y la ausencia de fronteras. El problema es que en la zona euro se sigue pensando en términos nacionales y los peores en esto, hay que decirlo honestamente, están siendo los alemanes. La vía correcta sería comunizar las deudas de Estado que sobrepasen el 60% del PIB para acabar con las diferencias de tasas de interés. Pero llegan los alemanes y dicen, “pero entonces nosotros tendríamos que pagar más interés”. Pues claro que sí, lo contrario es perverso y absurdo. Según el cálculo del Instituto de Economía Mundial de Kiel, si Alemania hubiera tenido los mismos intereses promedio que tuvo hasta 2007, entre 2008 y 2012 habría pagado 80.000 millones más. Es decir con la crisis Alemania ya se ha ahorrado 80.000 millones. Lo mínimo sería devolver ese dinero a los estados en crisis, no de golpe, pero sí paulatinamente. Es injusto aprovecharse de los beneficios sin hablar de ellos y decir a los otros que tienen que mejorar. Que Alemania tenga éxito porque los demás se endeudaron, es algo que no puede funcionar porque no es creble. Tiene que haber un equilibrio, sino la eurozona se romperá.
En cuanto a la Merkel, lo trágico es que su popularidad se debe a una política equivocada. Cuando empezó lo de Grecia no lo entendió y metió al gobierno y al electorado en una vía equivocada de la cual no sabe salir. Si cambia el rumbo ahora perdería las elecciones, así que tiene que aguantar por lo menos hasta otoño. Después de las elecciones la única esperanza es que dé un giro de 180 grados, como hizo con la energía nuclear.
Harald Schumann