Como ya apuntaba en un ensayo anterior, no podemos hablar correctamente de la existencia de "un movimiento animalista" puesto que dentro del ámbito animalista encontramos varias posturas singulares y diferentes entre ellas, con lo cual habría en realidad varios movimientos animalistas.Lo que sí podemos es hablar de un negocio animalista. Es decir, hay organizaciones cuyo activismo no está enfocado en concienciar a la sociedad, sino que su propósito es organizar campañas con el objetivo de recaudar dinero para auto-financiarse a sí mismas y que sus miembros dirigentes puedan vivir profesionalmente de esta actividad. Uno de las más conocidos negocios animalistas, y que sirve de modelo para los demás, es PeTA.
¿En qué consiste este negocio? Es bien sencillo. Por ejemplo: ellos te muestran un "acto de crueldad" contra los animales nohumanos, de forma aislada (tauromaquia ; matanza de delfines ; granjas peleteras,...), con el fin de conmover las emociones del público, y te piden dinero diciendo que ellos ya se encargan de solucionar ese problema. Lo presentan como un caso de violencia puntual, y no como una consecuencia directa más, entre otras muchas similares, del especismo.Ellos no te van a hablar de especismo ni te van a pedir que te hagas vegano. No. Porque conseguir la liberación animal no les daría dinero. Por tanto, esto no es un movimiento activista; eso es un negocio a costa de explotar la desgracia de inocentes.
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Este negocio no está limitado a unas pocas o determinadas organizaciones, sino que es algo habitual dentro del ámbito animalista; en el cual apenas hay un pequeño movimiento activista de base, con algunos colectivos dispersos e individuos independientes, mientras que la mayoría de activistas se convierten en dóciles y obedientes seguidores de las órdenes que dicta la cúpula de la organización en la que entran, hasta el punto en ocasiones de rozar el fanatismo. Tienen casi todo en común con los partidos políticos oligárquicos y nada que ver con lo que en realidad se supone que serían organizaciones sociales de voluntariado.
El principal fin que tienen estas organizaciones es el de crear un negocio rentable, del cual vivir, aprovechándose de la compasión de la gente. Para conseguir esto tienen que recopilar numerosos socios y donaciones económicas, vendiendo "victorias" y "logros" de prohibiciones o reformas en la explotación de los animales. Pero estas supuestas "victorias" no son más que arreglos superficiales que en nada afectan al problema del especismo y la esclavitud de los nohumanos.
Podría poner muchos, muchos, ejemplos, pero escogeré uno reciente que me parece representativo: la organización denominada Igualdad Animal (IA) publicitaba una supuesta "victoria" alegando que ellos habían conseguido que en la India se prohibiera la importación de foie-gras.
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Sin embargo, no hay ninguna prueba objetiva de que sus acciones haya conseguido promover esta medida. El boletín ministerial que ponen como prueba no dice nada al respecto. Y, además, prohibir la importación de foie-gras (paté de hígado de pato o de oca) no implica prohibir la importación de patés hechos, por ejemplo, con los cuerpos de cerdos o de atunes. ¿Nos está queriendo decir IA que está mal utilizar patos (u ocas) para hacer paté con sus hígados pero que en cambio sí estaría bien hacer lo mismo con otros animales?
¿De qué sirve rechazar la compra/venta de paté de oca (o de pato) si luego compras/vendes paté de cerdo (o de atún)? Esto no ayuda en nada a los animales esclavizados. Lo único para lo que sirve es para potenciar el consumo de otros productos especistas. Cuando los consumidores no encuentran una determinado producto animal por lo general lo que hacen es consumir a otro animal en su lugar
Puede que a algunos nos cueste comprender cómo es posible que alguien se crea aquella publicidad engañosa. Pero lo cierto es que esto sucede. Muchas organizaciones animalistas, sobre todo las más conocidas y presentes en los medios informativos tradicionales, practican el engaño de forma sistemática en sus campañas y la mayoría de gente cree ciegamente en lo que dicen, sin más investigación.
El esquema de actuación es siempre idéntico:
1) Presentan ante la sociedad un caso muy específico y minoritario de violencia contra los animales nohumanos - aislándolo del contexto de opresión especista del que forma parte - y lo denoniman "maltrato" o "crueldad".
2) Afirman que ellos van a solucionar ese problema, o que ya lo han solucionado, mediante alguna regulación o prohibición legal.
3) Te piden dinero para que ellos le pongan remedio y para poder seguir solucionando otros casos similares.Por supuesto, en realidad toda estas campañas tiene como única finalidad la de conseguir dinero. El 99% de todas las iniciativas que promueven estas organizaciones corporativas es motivar a la gente a que les dé dinero a ellos. Su objetivo, obviamente, no es concienciar contra el especismo ni promover el veganismo. De hecho, más bien provocan el efecto contrario: la gente no se hace consciente de la explotación sistemática y masiva que ejercemos sobre los demás animales y piensa que la violencia contra otros animales es algo puntual y causado por la "crueldad" de unos pocos.
El criterio que determina sus acciones no es llevar a cabo lo que es justo o lo que es efectivo para acabar con la explotación animal; su criterio se basa en hacer aquello necesario para conseguir dinero con el cual mantener económicamente su organización y hacerla crecer. Fucionan exactamente igual que una empresa comercial. Por eso hacen campañas especistas y promueven la regulación de la esclavitud (y no su abolición). Si una empresa quiere crecer como tal debe adaptarse a los intereses y preferencias de los consumidores, y si estos consumidores tienen una mentalidad especista, y asumen el prejuicio bienestarista, entonces los negocios animalistas les darán productos adaptados a esa mentalidad.
Cuando hablo de organizaciones me refiero a las organizaciones corporativas. Obviamente no hablo de cualquier asociación entre personas o activistas. Estoy hablando en concreto de grupos que adoptan una estructura jerárquica (unos pocos deciden y mandan; mientras el resto obedece) y buscan perpetuarse a sí mismas mediante la recaudación de dinero y la auto-publicidad. Esto no tiene nada que ver con el hecho de que un grupo de individuos se junte a nivel local con el único objetivo de difundir el veganismo.Que algunas de esas organizaciones hayan supuestamente ayudado a promover algún tipo conciencia sobre el problema de nuestra relación con los demás animales no justifica su existencia. Sobre todo teniendo en cuenta que esa concienciación promueve el prejuicio especista o se realiza bajo un enfoque bienestarista. De hecho, casi todas las organizaciones animalistas han marginado deliberadamente al veganismo y han promovido la idea de que la solución es una esclavitud más "humanitaria".
Nada de esto que expongo es nuevo ni mucho menos, y otros activistas, como Gary Francione, ya denunciaban hace décadas cómo el movimiento animalista se había convertido en el negocio animalista.
¿Qué podemos hacer los veganos ante esto? En primer lugar, no desanimarnos. En segundo lugar, enfocar nuestros esfuerzos en difundir el veganismo tanto a nivel individual como a nivel colectivo con otros activistas.El veganismo se ha extendido en parte gracias a la existencia de Internet. Es Internet lo que ha permitido que en los últimos 15 años el número de veganos haya crecido exponencialmente y que por primera vez en su historia el veganismo aparezca mencionado, o incluso promocionado ocasionalmente, en los medios de comunicación generalistas. Internet ha supuesto la aparición de un espacio informativo libre, no controlado por las empresas ni por las corporaciones animalistas.
Es decir, ha sido el activismo independiente (fuera de las organizaciones) - el activismo cibernético, el activismo individual, el activismo de colaboración libre - el que ha conseguido ese progreso. No las organizaciones corporativas. Al contrario, estas organizaciones ponen todo su esfuerzo en acabar con el auge del veganismo y perpetuar el canon bienestarista para evitar que el abolicionismo pueda convertirse en un movimiento mayoritario.
Por último, y por si acaso alguien malinterpretara, debo aclarar algo que me parece obvio: no está en mis palabras, ni es mi propósito, el atacar a nadie - a ninguna persona. Lo que hago que es explicar y denunciar públicamente una serie de acciones y de ideas que considero erróneas y perjudiciales; con la intención de que la gente reflexione sobre ello y voluntariamente decida rechazar lo que está mal. Las organizaciones corporativas - al igual que la industria de explotación animal con la que a menudo tienen complicidad - se sostienen principalmente porque la gente las apoya. Si dejan de apoyarlas, se acabó.