Revista Comunicación
La historia es obstinada y a veces se empeña en repetirse. Si hace unos años se recriminaba a la empresas que no tenían web que por el hecho de no estar estaban desaprovechando las enormes oportunidades que les brindaba internet, hoy hay quién opina lo mismo de las que no tienen página de Facebook o cuenta en twitter.
Que los medios sociales han cambiando la manera de relacionarse entre empresas y consumidores, nadie lo discute. Cada vez se precisan menos argumentos para convencer a las empresas de la necesidad de tener una presencia digital.
Lo discutible es que dicha presencia se justifique como una finalidad en si misma. Y lo complicado es que las empresas estén dispuestas a asumir los cambios, organizativos y de procesos que supone convertirse en un negocio social.
Y seguramente esto es así porque las personas que han de tomar la decisión de apostar por internet y los medios digitales, no acaban de tener muy claro qué va a obtener la empresa a cambio de dicha apuesta.
Probablemente, si en vez de dedicar tiempo a buscar fórmulas magistrales para encontrar el famoso ROI, centráramos los esfuerzos en explicar a los responsables de las empresas que contribuir a conseguir los objetivos de negocio y facilitar información relevante para tomar decisiones estratégicas son los principales valores que aporta lo digital, la situación sería diferente.
Al diseñar una estrategia digital hay que definir unos objetivos alineados con los de negocio de la empresa. Debe haber una relación directa entre ambos que establezca en qué medida cada uno de los objetivos digitales contribuye a los de negocio.
Los medios digitales son grandes facilitadores de información. Es posible medir casi en tiempo real el resultado de todas las acciones que se llevan a cabo en ellos pero si no se escoge bien qué medir y para qué, lo que se obtendrá será un conjunto de datos que además de ser poco relevantes para la toma de decisiones pueden llevar al error de considerar que se están haciendo bien las cosas.
Identificar la información que necesitan los directivos de la empresa para tomar decisiones estratégicas de negocio y determinar cuál es la combinación de métricas y KPIs más adecuada para ser analizadas teniendo en cuenta el negocio de cada compañía, es una de las claves del éxito de una estrategia digital y la base sobre la que empezar a construir un negocio social.
Y para conseguirlo es fundamental que exista una estrecha colaboración entre aquellas personas de la empresa que conocen el sector, los clientes, la competencia y el modelo de negocio, y expertos en los medios digitales ya sean internos o externos.