Sobre Canet, playa del sur de Barcelona, el NYT nos cuenta que durante años estaba vacía, otra víctima da la burbuja inmobiliaria que dejó el país sembrado de pueblos fantasmas y la evolución a medio terminar que nadie iba a comprar. Los bancos, que han permanecido impasibles sobre una montaña de activos inmobiliarios, están empezando a recortar los precios, deseosos de salir del negocio de ser propietarios.
Algunos expertos temen que simplemente se están repitiendo los errores del pasado, cuando se entregaban hipotecas del 100%. Aún así, los españoles más atrevidos - aquellos que todavía tienen trabajo - están haciendo cola para entrar en el negocio.
El país cuenta con más de 1,2 millones de viviendas nuevas sin vender, y España está lejos de conseguir poner orden en sus finanzas. Pero, para sorpresa de muchos, los españoles no han perdido su pasión por la compra de la propiedad, a un precio adecuado, y algunos prefieren poner sus ahorros en los ladrillos y el mortero en lugar de cualquiera de los bancos inestables del país.