La terapia de aceptación y compromiso (ACT) está ganando rápidamente el reconocimiento de las instituciones de salud más importantes del mundo. Primero la OMS la recomendó para el dolor crónico en niños, y ahora el NICE (National Institute for Health and Care Excellence) la incluye en su guía de manejo del dolor crónico, como un tratamiento de primera linea.
En el documento explican la razón de su inclusión:
La mayor parte de la evidencia mostró que la terapia de aceptación y compromiso (ACT) mejoró la calidad de vida y el sueño, y redujo el dolor y la angustia psicológica. Aunque la evidencia clínica proviene de un número bastante pequeño de estudios, la evaluación económica también mostró que ACT es rentable. El comité estuvo de acuerdo en que era probable que la ACT ofreciera un buen equilibrio entre beneficios y costos, por lo que recomendó que se la considerara como una terapia psicológica para el dolor primario crónico. No hubo evidencia suficiente para apoyar una preferencia por ACT sobre la terapia cognitivo-conductual (TCC) o TCC sobre ACT.
La publicación de la guía representa un giro de 180 grados. Ahora los médicos deben recomendar tratamientos psicológicos y en algunos casos antidepresivos, y deben abstenerse de recetar analgésicos, opiáceos o benzodiazepinas, porque no hay evidencia suficiente que pruebe que dichos fármacos mejoren la calidad de vida de las personas que sufren dolor crónico e incluso hay evidencia que sostiene que incrementan el riesgo de dependencia.
El Dr. Paul Christ, director de desarrollo de guías del NICE, explicó de la siguiente manera:
”Según la evidencia, para la mayoría de las personas es poco probable que algún tratamiento farmacológico para el dolor primario crónico, aparte de los antidepresivos, proporcione un equilibrio adecuado entre los beneficios que puedan proporcionar y los riesgos asociados con ellos”. Y añade: “Pero la gente no debería preocuparse de que les pedimos que simplemente dejen de tomar sus medicamentos sin brindarles opciones alternativas, más seguras y más efectivas. En primer lugar, las personas que están tomando medicamentos para tratar su dolor primario crónico que no se recomiendan en la guía deben pedirle a su médico que revise su prescripción como parte de la toma de decisiones compartida. Esto podría implicar acordar un plan para continuar tomando sus medicamentos si brindan un beneficio en una dosis segura y pocos daños, o apoyo para que reduzcan y suspendan el medicamento si es posible. Al tomar decisiones compartidas sobre si dejar el tratamiento, es importante que se discuta y se aborde adecuadamente cualquier problema asociado con la abstinencia”.
ACT es un modelo terapéutico que se ha caracterizado por ser puesto a prueba en el laboratorio y en la actualidad cuenta con más de 300 estudios aleatorios controlados. Este esfuerzo de investigación es necesario para saber hasta qué punto los tratamientos funcionan y es requisito indispensable para ser considerado en las guías de tratamiento.
Fuente: NICE; The Guardian