Revista Sociedad

El nicho 1.501

Publicado el 02 noviembre 2013 por Soniavaliente @soniavaliente_

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Hoy es día de difuntos. Según la tradición católica, el objetivo de este día es orar por aquellos que ya no están, especialmente, por aquellos que están en el Purgatorio. Sea exactamente lo que sea eso y esté donde esté. Ha de confesar que ha tenido que buscar la diferencia entre el día de Todos los Santos. Porque ella en estos rituales no está muy puesta. Sólo sabe que su madre está más triste por esta época y no le gusta.

Ayer, cientos de valencianos cumplieron con el ritual y, como manda la tradición, salieron dispuestos a dejar las lápidas -que hacía meses que no visitaban- como una patena. Y cambiaban las flores y charlaban con sus muertos. Ella hace siglos que no pisa un cementerio si no es por trabajo. Le debe a su padre una conversación desde hace dos años y medio. Cómo pasa el tiempo.

Recuerda cómo fue la primera vez que acudió a un cementerio de niña. Fue en 1984. Lo recuerda porque fue el año del videoclip “Thriller”, de Michael Jackson. Cuando fue al Cementerio General, le pareció un lugar precioso. Lleno de flores. Y su madre la miró con desaprobación al expresar su entusiasmo, más fruto del alivio que de una real admiración arquitectónica.

El nicho 1.501

Con los años, ha aprendido a admirar los panteones del cementerio General de Valencia. Uno de los más amplios de Europa y que, con su ruta del Museo del Silencio, diseñada por el estudioso Rafael Solaz, no tiene nada que envidiar a los camposantos de París o Berlín. Por cuanto a personajes ilustres se refiere. Verán el cementerio y a sus residentes sin pase pernocta de otra manera. Conocerán sus anécdotas, sus anhelos, sus aires de grandeza, sus tumbas masónicas. Pero, sobre todo, sabrán de sus pasiones.

El nicho 1.501

Gracias a este recorrido totalmente gratuito que sale cada sábado a las 11 de la mañana, ha conocido la maravillosa historia de amor del nicho 1.501. La de un dramaturgo valenciano, Vicente García Valero, de finales del siglo XIX, que perdió a su novia, Emilia, y no dejó de enviarle flores ni un solo día de su vida. Nunca consiguió olvidarla. A pesar de que se casó con sus dos hermanas. O quizá precisamente por ello.

 


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