Daniel Monzón, exitoso autor entre otras de la justamente aclamada Celda 211 desata de nuevo su talento para sacar de la chistera un thriller fronterizo original, rodado con el nervio y el sentido del riesgo necesarios para que un proyecto de este calibre, teniendo posibilidad de estrepitosa cutrez, acabe convirtiéndose en referencia del género en nuestro país. Y ya tiene que gustarme una película para que la encumbre con esta seguridad reproduciéndose aún en las salas de cine y sin recurrir al normalmente necesario periodo reflexivo para valorar algo en su justa medida.
El argumento coloca a dos amigos que suplen con imaginación y adentrándose en el peligroso camino del tráfico de hachís la falta de otros medios económicos; ambos deberán pasar por mil circunstancias tan peligrosas como atractivas para el espectador. Por otro lado transcurre una importante operación policial en busca de algún pez gordo en este mar de tiburones que es el tráfico de estupefacientes que se mueve en el Campo de Gibraltar; entorno y formato narrativo a saltos de una historia a otra que aportan personalidad y un aire diferente de lo que acostumbramos a ingerir cuando se habla de cine policiaco de acción. Porque este trabajo es bastante más que una acción bien ensamblada y técnicamente impecable: es un ejercicio de ambición profesional alejado de todo complejo ante el cual no cabe otra opción que admirarse.
Historia que destila verosimilitud en casi (debido este "casi" a algún momento previsible que no llega a enturbiar el emocionante desenlace) todos sus detalles y pone su fundamento en un serio, intenso y efectivo trabajo de documentación. Y aseguro que resulta especialmente peliagudo arrancar la admiración de alguien como quien suscribe, nacido en los escenarios que explora esta cinta, ya que la dificultad de respirar verdad en cada aspecto es mucho mayor. De ahí el éxito a la hora de mostrarnos una cinta que no necesita recurrir al documentalismo para contar lo que cuenta sin artificios.
Añadamos a lo dicho que confluyen los astros escénicos con el pie derecho de este rodaje, ya que a un repartazo de lujo en el que nos encontramos con Luis Tosar (siempre estupendo), Eduard Fernández (siempre estupendo), Sergi López (casi siempre estupendo), Bárbara Lennie o Ian McShane. Y a la lista de algunos de los mejores actores que puedes encontrar en España hay que sumar la una pareja protagonista con enorme química formada por Jesús Carroza (lo mejor de la cinta) y el debutante Jesús Castro (intento de crear un nuevo sex simbol del cine patrio que despierta nuestra desconfianza), que solventa bastante bien el Mihura que le toca torear. ¿Se puede pedir más? Una muy notable banda sonora del gran Roque Baños. Mucho están ustedes tardando en ir al cine a verla antes de que desaparezca de la cartelera…
Dirección: Daniel Monzón. Países: España y Francia. Duración: 130 min. Género: Thriller. Intérpretes: Luis Tosar (Jesús), Jesús Castro (El Niño), Sergi López (Vicente), Ian McShane (El Inglés), Bárbara Lennie (Eva), Eduard Fernández (Sergio), Jesús Carroza (El Compi), Said Chatiby (Halil), Mariam Bachir (Amina). Guión: Jorge Guerricaechevarría y Daniel Monzón. Producción: Álvaro Augustin, Ghislain Barrois, Javier Ugarte y Edmon Roch. Música: Roque Baños. Fotografía: Carles Gusi. Montaje: Mapa Pastor. Dirección artística: Antón Laguna. Vestuario: Tatiana Hernández.