Hoy os traigo una novela que para mí es muy especial. Porque a pesar de haberse publicado en diciembre de 2011, yo la leí por primera vez en abril de ese año, cuando solo era un manuscrito. Fue el primero de los cuatro manuscritos que he corregido hasta ahora, y también el primero que se ha publicado. No os imagináis la ilusión que me hizo recibir el libro en casa el lunes 23 de enero y tenerlo en las manos, olerlo, tocarlo y volver a leerlo por tercera vez, ya no como correctora, sino esta vez como lectora, disfrutando de cada palabra, poco a poco, saboreándolo lentamente.
Esta novela, la tercera que leo de Luis Heredia Barragán después de La luz entre las tinieblas y Sandalio el silencio de los inocentes, es un cuento infantil para adultos, o quizá una novela de adultos para niños. O probablemente sea ambas cosas. El protagonista de esta historia es Jazel, un niño musulmán de catorce años que vive en Srebrenica (Bosnia) junto a sus padres y sus tres hermanos: los gemelos Crim y Crem, de siete años, y el pequeño Bassan, de solo tres años. Su vida es tranquila, apacible, como la de cualquier niño de su edad. Disfruta aprendiendo, escuchando y contando cuentos, jugando. La masacre o el genocidio de Srebrenica consistió en el asesinato de aproximadamente unas 8.000 personas de etnia bosnia en la región de Srebrenica en julio de 1995 durante la Guerra de Bosnia. El asesinato masivo, llevado a cabo por unidades del Ejército de la República Srpska, el VRS, bajo el mando del general Ratko Mladic, así como por un grupo paramilitar serbio conocido como Los Escorpiones, se produjo en una zona previamente declarada como segura por las Naciones Unidas ya que en ese momento se encontraba bajo la supuesta protección de 400 cascos azules holandeses. Aunque se buscó especialmente la eliminación de los varones musulmanes bosnios, la masacre incluyó el asesinato de niños, adolescentes, mujeres y ancianos, con el objetivo de conseguir la limpieza étnica de la ciudad. Pero toda la vida de Jazel cambia, todo su mundo se desmorona y toda su felicidad termina de golpe el 13 de julio de 1995, durante la Noche de la Intolerancia, cuando Los Escorpiones llegan a la aldea de Jaglici. Él se ve obligado a huir al bosque camino de la ciudad de Tuzla junto a su padre y sus hermanos, dejando atrás a su madre a merced de Diente de oro, el líder de Los Escorpiones. En el bosque Jazel y su familia se verán obligados a sobrevivir, a luchar, a enfrentarse a sus fantasmas y sus miedos. Acompañados únicamente de otros musulmanes bosnios que, como ellos, son perseguidos, desterrados, humillados, tratados como animales, violados y asesinados. Jazel se convertirá en la mano derecha de su padre, en un niño de catorce años obligado a crecer y a madurar de golpe, a cuidar de sus hermanos. Pero, sobre todo, él es el encargado de hacerles olvidar el infierno que están viviendo. Y todo únicamente con ayuda de su imaginación. Contándoles un cuento detrás de otro. Así, el libro intercala la injusticia, el dolor, la tristeza, el miedo, el horror, el sufrimiento, la soledad, la angustia, la muerte con la alegría, los sueños, el colorido, las risas, la diversión, las aventuras, la esperanza, la magia y la imaginación del mundo de los cuentos. Un mundo al que Jazel, sus hermanos y sus acompañantes viajan cada vez con más frecuencia. Para refugiarse, para sentirse seguros y protegidos, para volver a ser felices. Para sobrevivir. Para no dejar de ser niños. Pero pronto Jazel aprenderá que la vida no es un cuento y que las moralejas y la magia de los cuentos no se pueden aplicar en el mundo real, el de los adultos, un mundo en el que el hombre es un lobo para el hombre. Aun así, Jazel no se rinde y apuesta por la imaginación y por los cuentos para seguir adelante. Para salir del bosque, para dejar atrás el horror, para olvidar el pasado, para entender qué secreto, qué relación une a su padre y a su madre con Diente de oro, con ese monstruo que les odia y que lo único que desea es ver sufrir a toda su familia y matarlos, lentamente, uno por uno. En su camino, Jazel entenderá el gran amor que siente por sus padres y por sus hermanos, pero también descubrirá la intensidad del primer amor, la fuerza de la verdadera amistad y el poder de contar cuentos para poder soñar y vivir. Para poder ser feliz. Para no sufrir, para no odiar, para olvidar. Para ser feliz y hacer felices a los demás. Para ser él mismo. Para crecer, para madurar. Para convertirse en un adulto sin dejar nunca de ser un niño.Revista Cultura y Ocio
El niño que contaba cuentos y soñaba con vivir, de Luis Heredia Barragán
Publicado el 14 marzo 2012 por Goizeder Lamariano Martín
Título: El niño que contaba cuentos y soñaba con vivir Autor: Luis Heredia Barragán Editorial: Círculo Rojo Año de publicación: 2011Páginas: 216ISBN: 9788499916033