Hoy, un día común, las flores están un poco más marchitas, los chocolates probablemente se terminaron, la cena acabó, los regalos cesaron, y todo volvió a ser igual.
¡Sí, cinco después!
Hace apenas unos cinco días atrás todos te miraban, pero no como lo hacen siempre, era una mirada de "orgullo" como si por ser mujer merecieras toda la dicha del mundo. Eras el centro de celebración, te felicitaron, te llevaron a cenar, te compraron flores, chocolates o te hicieron sentir que eras especial, que era un privilegio ser mujer, te daba "valor", te hacía sentir bonita, orgullosa de ti, pero vamos, si lo pensamos un poco, a veces has sentido que esa realidad dista de ser lo que vives en el día a día.
Como hoy, hace cinco días atrás mientras una mujer se preparaba para un discurso, otra preparaba a sus hijos para el colegio, otra se preparaba para ir al trabajo o a la escuela, otra para asistir a algún evento, alguna marcha, otra más para un día cualquiera.
Hoy regresaste a lo habitual, a lavar los platos, a limpiar la casa, a correr haciendo el desayuno, llegar temprano al trabajo o a la escuela, a procurar tener todo listo en casa, bueno, a decir verdad aquel día también lo hiciste pero eso no importó, porque seguro escuchaste una conferencia que te hizo sentir empoderada, leíste alguna reseña, o simplemente te reconocieron. Te sentiste escuchada, alzaste la voz y todo el mundo calló para oír tu mensaje, para oír lo que tenías que decir.
Hoy también el mundo ha callado, para no exhibir la otra cara de la moneda, de las condiciones en las que trabajas día a día, de las desigualdades a las que te enfrentas, del acoso que soportas, de la violencia en la que vives, del miedo que te aterroriza cuando sales a la calle.
El 8 de marzo pintaba de esperanza para ti, para tus hijas, para tus hermanas, para tu madre, para tus amigas.
Muchos cuestionaban el hecho de conmemorar un día así, y es que a decir verdad, nuestra historia no ha sido nada fácil, hemos tenido que abrirnos paso desde casa hasta el ámbito laboral y político, no siempre se nos han reconocido nuestros derechos, incluso existen muchas mujeres en el mundo que siguen sometidas sin tenerlos. ¿Por qué? Por ser mujer.
"Ser mujer nos pone en desventaja" una desventaja tal que según datos de la ONU en cuestiones de igualdad de género, al ritmo actual de cambio, se necesitará la asombrosa cifra de 108 años para cerrar la brecha de género mundial y de 202 años para lograr la paridad de género económica.
Según datos de investigación:
740 millones de mujeres actualmente se ganan el sustento en la economía informal con un acceso limitado a la protección social, los servicios públicos y la infraestructura que podrían aumentar su productividad y seguridad de ingresos.
Las mujeres realizan 2,6 veces más trabajo doméstico y de cuidados no remunerado que los hombres; además, a nivel mundial sólo el 41 por ciento de las madres con bebés recién nacidos recibe prestaciones de maternidad.
La probabilidad es de que una de cada tres mujeres se enfrente a la violencia a lo largo de su vida, y, sin embargo, los servicios públicos, la planificación urbanística y las redes de transporte raramente se diseñan teniendo en cuenta la seguridad y la movilidad de las mujeres.
Así que hoy no sabes si regresas con vida a casa o serás parte de las cifras de desaparecidas o de feminicidios de tu país. Fue en Argentina, Bolivia, Chile y México donde ocurrieron los primeros casos de feminicidios del 2019.
Tan solo en México, cada día 9 mujeres son asesinadas, en 2018 tuvo el récord de feminicidios contra menores, 86 niñas fueron asesinadas por violencia de género.
Según datos de la ONU una de cada tres mujeres sufre violencia física o sexual, principalmente por su pareja sentimental.
ONU Mujeres considera que existen razones de género cuando concurra alguna de las siguientes circunstancias:
I. La víctima presente signos de violencia sexual de cualquier tipo.
II. A la víctima se le hayan infligido lesiones o mutilaciones infamantes o degradantes, previas o posteriores a la privación de la vida o actos de necrofilia.
III. Existan antecedentes o datos de cualquier tipo de violencia en el ámbito familiar, laboral o escolar, del sujeto activo en contra de la víctima.
IV. Haya existido entre el activo y la víctima una relación sentimental, afectiva o de confianza.
V. Existan datos que establezcan que hubo amenazas relacionadas con el hecho delictuoso, acoso o lesiones del sujeto activo en contra de la víctima.
VI. La víctima haya sido incomunicada, cualquiera que sea el tiempo previo a la privación de la vida.
VII. El cuerpo de la víctima sea expuesto o exhibido en un lugar público.
Hoy, la lucha continúa, no queremos ser reconocidas, escuchadas y respetadas una vez al año. Somos fuertes, valientes, aguerridas y decididas todo el año. Cada día que salimos de casa, lo demostramos al mundo.
No queremos que nos cedas el asiento, que nos dejes pasar primero, que nos regales flores, que nos hagas sentir especiales un día. Queremos que luches con nosotras por nuestros derechos, que no seas participe de las injusticias, que puedas ayudarnos cuando estamos en peligro. No es una lucha de hombres contra mujeres, es una lucha contra una cultura patriarcal que nos oprime, contra las desigualdades. No es una lucha de las mujeres buenas contra los hombres malos, es una lucha de las personas buenas contra las malas.
No me des flores un día, mejor ayúdame a saber que no estoy sola y que mi causa también es la tuya.
¡Ninguno menos!