El nuevo Código Penal y el vector delincuencial

El nuevo Código Penal y el vector delincuencial

Cuando, a instancias de CiU, se presentó la propuesta en el Congreso de tipificar la difusión de "convocatorias violentas" a través de redes sociales como delito, muchas fueron las voces que saltaron contra la entrada que publicamos al respecto, tachándola de sensacionalista, exagerada, etc... 
Tres meses después, tenemos esto:
  

En la noticia explican que en el apartado de redes sociales no hay referencias a "movilizaciones", sino a "alteraciones graves del orden público". Lo cual nos lleva a dos conclusiones evidentes:
- Que la comunicación en red ya está metida, aunque sea con calzador, en el Código Penal, lo cual es muy alarmante.
- Que la consideración de "alteraciones graves" por parte de la Justicia puede alcanzar un espectro tan amplio que cualquiera podría ser sospechoso de esta actitud, y más teniendo en cuenta las últimas actuaciones a raíz del 25S, donde se solicitaron direcciones iP, domicilios, NIF, e incluso se persiguió a ciudadanos por la calle, cuando su actividad se limitaba a la convocatoria de asambleas abiertas, al aire libre y anunciadas con días de antelación.
Aquí es donde entra la aplicación de lo que Milan Kundera llamaba el "vector delincuencial", que pasa del prohibicionismo a la criminalización, y de esta a la condena; una vez incluidas una serie de actitudes como susceptibles de ser penalizadas, basta con ir ajustando el vector hasta conseguir el objetivo final, que no es otra cosa que el grado de control deseado por el Poder.
¿No ha sido siempre el 15M un movimiento "violento" y "golpista" para los medios de la ultracaspa? ¿No ha presentado Manos Limpias más de una denuncia en éste sentido? ¿Qué camino, por tanto, se abre con éste Código Penal para la censura y la persecución del ciudadano en la redes sociales?
Cuando el vector de lo que se considera violencia y alteración del orden público vaya ajustándose al nivel de control exigido por el Poder Financiero y su brazo ejecutor, quizá baste un insulto, un comentario sarcástico, una queja en voz alta en un muro de Facebook para que la maquinaria de la injusticia amplíe su margen de fuerza contra personas a las que, con otro vector de ajuste, el de los recortes, se les está robando lo poco que tienen día tras día.