Revista Cultura y Ocio

El olor a pintura, la ilegalidad y el arte (Reseña de 'El francotirador paciente' de Arturo Pérez-Reverte)

Publicado el 06 febrero 2014 por Jdmora
Juan Diego Mora (@Juandi_mora)
Todos buscamos un ídolo, o alguien a quién odiar. Es como el peso necesario que hace equilibrar la balanza de nuestra vida o al menos de un momento determinado de ésta. La búsqueda permanente a veces es inapreciable, pero existe y no hay ninguna tan emocionante como la que no puedes conseguir. 

El olor a pintura, la ilegalidad y el arte (Reseña de 'El francotirador paciente' de Arturo Pérez-Reverte)

'El francotirador paciente'
Arturo Pérez-Reverte
Editorial: Alfaguara

De un modo similar comienza 'El francotirador paciente', la última novela de Arturo Pérez-Reverte. Lex Varela, Alejandra para los no amigos, recibe un encargo de un editor: buscar y convencer al escritor de paredes más buscado del mundo de abandonar la clandestinidad y vender sus obras.
'Sniper' - así se hace llamar este grafitero que firma con una mirilla todas sus obras- es un guerrillero de la noche, un hombre que pocos conocen, todos admiran y sus amigos cubren. Una sombra con un spray en cada mano. Un líder de opinión desde sus muros manchados de pintura. Un agitador. 
La búsqueda hace recorrer al lector Lisboa, Verona y Nápoles. Esta vez las bonitas localizaciones de 'El tango de la guardia vieja' se oscurecen para pasear de noche por Europa con el objetivo de encontrar al grafitero del que muy pocos conocen su cara. 
Ella, Lex Valera, es una mujer aguerrida, experta en arte y con un pasado del que poco nos cuenta, pero mucho tiene que ver su objetivo. Un perfil de mujer revertiana. Fuerte, dura, valiente y con muchos recursos. Sin embargo, esta vez algo menos creíble. Ya sea por el desconocimiento de un servidor sobre el mundo del grafiti o por el número de recursos y contactos que es capaz de juntar la protagonista de la novela. 
A pesar de esto, el interés por conocer a Sniper hace que no dejes la lectura ni un momento y callejees con la protagonista. Los intereses de Lex se mezclaran con otros muy diferentes del señor Lorenzo Biscarrués, un hombre adinerado, mafioso y con cuentas pendientes con el escritor de paredes. (Aragonés, por cierto. Creo que algún día haré un repaso de mis paisanos por las novelas de Reverte)
Todos quieren conseguir dar captura a un fantasma capaz de orquestar una macro actuación grafitera por la ciudad de Verona 'atentando' contra el mismísimo balcón de Julieta Capuleto o en Lisboa en el Museo José Saramago. Sniper solo cree en lo ilegal, en ser el azote a lo establecido. En dejar claro que todo aquel grafitero que cobra por ello, no es un artista sino un vendido. 
Un libro trepidante, pero sin duda una obra menor de Pérez-Reverte. Una novela sin pretensiones. Con algo de crítica social, de snobismo y anarquismo cultural y, sobre todo, con un final sorprendente. 

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