La física moderna, en especial la física cúantica,, ha formulado teorías válidas para el conocimiento de la esencia de la conciencia humana, y así encontrar una explicación al problema de la fragmentación de la conciencia.
Uno de estos científicos es David Bohm,. Entre sus múltiples aportaciones en el campo de la física cuantica como el modelo holonómico del funcionamiento cerebral, la interpretación de Bohm , ha sido el creador de la teoría del orden implicado. que ahora nos ocupa.
Bohm, estudiará en paralelo la física relativista y la física cuántica, llegando a la conclusión de que tanto una como la otra coinciden en la necesidad de mirar el mundo como un todo continuo, en el cual todas las partes del universo, se mezclan y se unen en una totalidad ordenada según un orden prestablecido o explicado. Pero debajo de ese orden, subyace lo que el científico llama el orden implicado, un orden plegado sobre sí mismo que mientras no se despliegue no podremos conocer.
Para explicar esto, Bohm nos propone el siguiente experimento, y que me he permitido adaptar a la técnica para hacer papel marmolado:
Colocamos en un recipiente provisto de un rotor agua con suficiente gelatina como para hacer de ella un líquido viscoso. En un cacharro disolvemos pintura al óleo con aguarrás. Ponemos en marcha el rotor y dejamos caer una gota de óleo disuelto en aguarrás. La gota se irá transformando gradualmente en una hebra que se irá extendiendo por todo el fluido. Al final, aparecerá como distribuido más o menos “al azar” de modo que se verá como una cierta sombra. Pero, si hacemos girar ahora el rotor en la dirección opuesta, la transformación se hará a la inversa, y la gota de tinta aparecerá de repente, reconstituida.
Si nos sumergimos en el orden implicado, vemos que en cada átomo está contenida la información holográfica de la totalidad, pero si nos sumergimos más a dentro, hacia partículas más pequeñas que los átomos encontraremos que este orden implicado, esa información holográfica es multidimensional es decir, que se repite en dimensiones desconocidas.
Si entendemos la conciencia humana como la suma de nuestros pensamientos, deseos, sentimientos, encontraremos que en ella hay también un orden explicado, y otro implicado. Los pensamientos, los deseos, hasta la propia conciencia son fracciones de una totalidad multidimensional y por tanto desconocida.
El ser humano tiende a busca en el otro el orden implicado que le lleve a la totalidad. Pero esa búsqueda de la totalidad a través del otro nos aleja inevitablemente de la totalidad ya que todos somos fracciones. Únicamente, cuando seamos capaces de tomar consciencia de nuestro estado fraccionado de conciencia, cuando seamos capaces de centrar nuestra atención en el corazón, en el átomo que contiene el holograma de la totalidad, seremos capaces de desplegar el orden implicado que se encuentra en nosotros y formemos parte de la totalidad, de la unidad, de Dios.
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Saber mas:
La totalidad y el orden implicado. David Bohm. Ed Kairós
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