El Orgullo y la Humildad
El Mago ha de vencer el sentimiento de orgullo y de ambición. Vemos aquí otra expresión característica del exclusivismo individual de la que no se libran siquiera los cualificados discípulos que reciben entrenamiento espiritual en los Ashrams de la Gran Fraternidad Blanca, pues, frecuentemente y a medida que crece el impulso espiritual y el yo va ejerciendo cada vez más poder sobre sus vehículos, el sentimiento de este poder se apodera del alma del discípulo y la sumerge en unas zonas de ilusión mental y de espejismo astral de autosuficiencia exagerada, que sutilmente lo vuelven soberbio, egoísta, orgulloso e intolerante al comparar sutilmente las elevadas zonas de interés mental donde se mueve con el campo mental corriente de los demás seres humanos. Ahí, en este punto crucial, es donde el discípulo ha de librar la última gran batalla, la que decidirá la victoria del Bien sobre el Mal y en donde habrá de gestarse aquella sutilidad de conciencia que le permitirá “lavar su Espíritu en la Sangre del Corazón” y vencer las postreras tentaciones humanas.
En este punto -situado entre las dos orillas de la separatividad humana- es donde se aquilatan definitivamente los poderes espirituales del Mago, obscurecidos por el orgullo de la autosuficiencia y la autoglorificación individual y en donde se gesta la ambición que dará lugar al estacionamiento del Mago en su camino espiritual, con la eventualidad de perder de vista la noble y correcta orientación de la Magia organizada del planeta y de retomar al pasado con el consiguiente peligro de convertirse en un Mago negro.
El orgullo surgido en ciertas elevadas etapas de evolución indica, sin lugar a dudas, las últimas escorias que habrán de eliminarse, los restos de un pasado marchito de los cuales habrá que desprenderse. Le indicarán también al clarividente iniciado la localización dentro del aura etérica del discípulo, de ciertas zonas de interés vital dentro de las cuales no han logrado penetrar todavía suficientemente las luminosas energías del propósito espiritual, o donde por razones kármicas o efectos sutiles consubstanciales con la vida personal del discípulo, existe una acusada resistencia a abandonar determinados hábitos establecidos. Debido a su extrema sutilidad, es difícil que el discípulo, el aprendiz de Mago, se de cuenta del orgullo y de la soberbia que van enseñoreándose de su alma al rebasar ciertas zonas realmente críticas de expansión espiritual.
Solamente el Maestro o algún discípulo Iniciado dentro del Ashram, podrán indicarle la existencia dentro de su aura psíquico-física de estos focos de tensión negativa que sutilmente y sin que se dé cuenta le van apartando del Sendero espiritual, tan cuidadosa y difícilmente elegido. Le señalan el peligro y al propio tiempo le advierten de la necesidad de volverse humilde y misericordioso en relación con los demás.
El Mago negro, por el contrario, encuentra en esta fase de orgullo y de soberbia, el gran aliciente de su acción mágica, puesto que tales defectos robustecen sus actividades mágicas en los tres mundos y es más grande su aliciente para seguir practicando el mal y más poderosa su influencia sobre los seres humanos a los que ha decidido mantener adheridos a su nefasta aura magnética. Pero, le predisponen también más profundamente a proseguir en la senda de mal emprendida que le llevará fatalmente a su perdición espiritual y destrucción causal.
Desde el ángulo oculto, las fronteras que separan el mago blanco del mago negro son extremadamente sutiles en ciertas fases de entrenamiento espiritual, al llegar a aquel delicado punto de tensión psicológica en el que el sentimiento de la propia evolución alcanzada puede predisponer el alma del discípulo hacia el más temible de los enemigos, “el orgullo espiritual”, la excesiva confianza en sí mismo y la devaluación de los méritos de los demás. La HUMILDAD , el aspecto positivo de este exaltado estado de conciencia, debe hacer su aparición cuando más pronto mejor, y es frecuentemente la bondadosa intercesión del Maestro la que libra al discípulo de este estado negativo de orgullo espiritual, sometiéndole a ciertas pruebas difíciles en su vida personal o restándole valores espirituales y poder mágico en ciertos momentos claves de su existencia kármica, que le mostrarán en toda su desnudez los aspectos negativos de su naturaleza psicológica.
Estos son, esotéricamente hablando, casos extremos en la vida de un discípulo, pero que pueden surgir inopinadamente y como frutos de desconocidas reacciones individuales al Poder moldeador del Espíritu. La exposición de los mismos debe ser considerada sólo como una fraternal advertencia para los aspirantes del mundo que recién ahora están iniciando su trabajo de entrenamiento espiritual como Aprendices de Mago en el difícil arte de crear.
Ampliando algo más esta idea, deberíamos añadir que para utilizar correctamente los poderes en el supremo Arte de la Magia se precisa ante todo lo que místicamente podríamos definir como “un santo criterio”, establecido desde lo más profundo del corazón, no solamente “sanas advertencias” intelectuales que no siempre llegan a penetrar profundamente en los sagrados retiros internos del discípulo.
Como se ha dicho en multiplicidad de ocasiones, los poderes mágicos no deberían ser utilizados sin haber adquirido antes la suprema virtud de la Responsabilidad espiritual, una responsabilidad que tiene en cuenta por encima de todo el bien del conjunto, el cual exige en todas las ocasiones el sacrificio de la parte, aquella parte individual de la cual el discípulo es enteramente responsable ante DIOS y ante su propio karma.
El poder mágico -por muy desarrollado que esté- dependerá siempre de estas áreas de responsabilidad, de este supremo tacto y circunspección al utilizarlo. Bien mirado, el desarrollo de la Responsabilidad debería preceder al del desarrollo de los poderes psíquicos y mentales de la invocación mágica.
Tengamos en cuenta, además, que todos los poderes mágicos al alcance del ser humano en esta cuarta Ronda dependerán mayormente del fuego de la Materia , es decir, de KUNDALINI o Fuego de BRAHMA, y éste es un fuego sumamente peligroso al que no hay que osar despertar o desarrollar prematuramente. De ahí el sentido de la espiritual Responsabilidad al que hacemos referencia. Antes de que ascienda a lo largo de la columna vertebral y de los conductos etéricos, han de haber sido convenientemente desarrollados y purificados los centros etéricos de recepción de la energía, llamados ocultamente “CHACRAS”, y de haber asentado en el trono del corazón aquel santo criterio que allega estabilidad emocional, humildad y circunspección mental.
El arte de la Magia que tratamos de poner al alcance de los verdaderos y sinceros aspirantes espirituales de nuestros días, ha de asentarse naturalmente en el correcto desarrollo de los centros o chacras etéricos, lo cual exigirá de ellos un tremendo esfuerzo de juicio y voluntad y una fuerte dosis de amor impersonal, así como el humilde reconocimiento de que poder alguno alcanzado ha de redundar en provecho individual, sino que ha de ser una aportación inteligente a la evolución del conjunto de la Raza.
La responsabilidad espiritual dependerá enteramente de este reconocimiento; es el primer aspecto a desarrollar en el arte sacrosanto de la Magia. Después vendrá -por añadidura- el verdadero poder mágico con la consecuente invocación de las energías dévicas o fuegos internos, que facilitarán la ascensión del fuego de KUNDALINI a lo largo de los conductos etéricos y de los centros desarrollados. El arte de la invocación dévica es esencial en el desenvolvimiento de la actividad mágica... Para ello habrá que prepararse convenientemente, mediante largos y sostenidos procesos de silenciación mental y estabilidad emocional y grandes y sinceros esfuerzos de humildad y comprensión.
La vida cotidiana del discípulo debería conllevar ya estos actos espontáneos de humildad y comprensión que son consubstanciales en el devenir del místico Sendero de aproximación espiritual. Es por tanto la persistencia en los mismos lo que traerá como consecuencia el desarrollo armónico del poder y de la responsabilidad, que forman la doble e inseparable vertiente de la Magia organizada en nuestro mundo. Debería disponerse pues para dar cumplimiento a las exigencias del Arte mágico, de una mente muy clara y muy potentemente organizada, así como de un criterio muy justo -que es la obra mística del corazón para poder organizarse internamente para la Magia , tal como la practican los grandes Responsables del Plan planetario.
La organización inteligente de la civilización y de la cultura de los pueblos de la Tierra es una obra mágica, un resultado de las actitudes humanas con un saldo equivalente de lo que es justo, proporcional y conveniente para el desarrollo futuro de las nobles cualidades de la Raza. Utilizando unos insospechables mecanismos de organización social, que están mucho más allá de la inteligencia de las mentes más claras del planeta, los Adeptos y Entidades dévicas adscritas a la Obra de MAHACHOHAN, el Señor de la Civilización , suman las cualidades desarrolladas por los seres humanos y les restan los defectos acumulados en sus auras etéricas. Lo que resulta de esta increíble operación mágica de reajuste es aquello que en términos esotéricos llamamos “energía dinámica en acción”. Sobre esta energía descansa siempre el poder transmutador de la existencia; aquél que a través de las edades ha convertido a muchos discípulos espirituales en verdaderos Magos.
A esta energía dinámica, que surge directamente del propósito espiritual, se le añadirán la luz de la mente y el santo criterio del corazón al cual hemos hecho cumplida y necesaria referencia. Todo ello nos indica la verdadera Senda del Mago, la cual, si es examinada profundamente, nos revelará el exacto cumplimiento de la Ley , que unifica la mente y el corazón del Sabio para convertirle en un verdadero Mago blanco, en un perfecto Servidor del Plan de Dios, de aquel Plan que sólo los Maestros conocen y sirven...
Por Vicente Beltrán Anglada
Fuente: Magia Organizada Planetaria
http://www.sabiduriarcana.org/libro-mop-esp.htm