El origen de la Feria de Abril

¿Cuándo nace la Feria? ¿Cómo? ¿Por qué? Son muchas las preguntas que nos debemos de hacer para disfrutar verdaderamente de la Feria de abril de Sevilla. Vamos a hacer un breve recorrido histórico para dar respuesta a ellas.

Para ver el origen de la Feria nos tenemos que remontar hasta la Edad Media. El rey Alfonso X, el Sabio, otorgó en 1254 el permiso de celebrar dos ferias al año en Sevilla, cada seis meses, una en primavera y otra en otoño. Hay que decir que en esta época, la posibilidad de celebrar una feria era un enorme privilegio. Las ferias medievales consistían en una confluencia organizada de numerosos mercaderes, comerciantes, agricultores, ganaderos… en una localidad determinada (normalmente en lugares ubicados en vías de comunicación o con una posición geográfica ventajosa) que durante una serie de días establecían tratos comerciales. Estas ferias reportaban un gran beneficio económico a la ciudad que la organizase.

Seis siglos después, Sevilla pasaba por un momento económico muy difícil e intentaba levantar cabeza. Dos concejales del Ayuntamiento de Sevilla, el vasco José María Ybarra y el catalán Narciso Bonaplata, se les ocurrió una idea para revitalizar la economía de la ciudad: rescatar aquellas ferias medievales.

El pleno municipal lo estudió, lo aprobó y tramitó la solicitud de autorización a la reina Isabel II, quien lo aceptó. El Ayuntamiento aprobó el día 18 de septiembre de 1846 los días en los que se iba a celebrar (18,19 y 20) y el 18 de abril de 1847 se inauguró la primera Feria moderna de Sevilla en el prado de San Sebastián.

En aquella ocasión hubo 19 casetas, éxito de público (más de 75000 visitantes) y mayor de negocio. Para celebrar esta nueva feria ganadera se celebró una corrida de toros el 17 de abril en la que se lidiaron seis ejemplares de la ganadería de Taviel de Andrade y dos de Francisco Arjona, para los diestros Juan Lucas Blanco de Sevilla y Manuel Díaz de Cádiz.

Para el año siguiente, los comerciantes pidieron mayor presencia de la autoridad ya que “los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos”.

Detalle de las 19 casetas y al fondo de la Puerta de San Fernando como portada del recinto.

Sobre aquellas primeras casetas debemos decir que desde el primer año se servía vino, aguardiente, comida, etc. La primera caseta “municipal” fue en 1849, reaprovechando la que se levantó en la Cruz del Campo un año antes para alojar a los Duques de Montpensier a su llegada a la ciudad. Estos, la Infanta María Luisa Fernanda y D. Antonio María de Orleans, quisieron desde primer momento involucrarse con la ciudad (entre otros motivos para hacerla su propia corte) e impulsaron esta nueva feria cediendo terrenos para la celebración de los tratos comerciales, dando premios económicos a los mejores ejemplares e incluso asistiendo a la parte más social y folclórica del evento. Para ello se paseaban en coche de caballos e instalaron su propia caseta. Sería la primera caseta familiar.

Y poco a poco la Feria fue evolucionando y cogiendo fama. En 1864 se tiran los primeros fuegos artificiales; en 1866 se instala luz de gas en el recinto ferial (sustituyendo al de petróleo); en 1874 se derriba la puerta de San Fernando que servía de portada de entrada y se cambia por un arco efímero que sirviese de entrada, en 1896 se sustituiría por la famosa Pasarela y habría que esperar hasta 1949 para conocer las portadas de hoy en día; en 1877 llegan los farolillos de papel; en 1894 se realiza el primer cartel de la Feria; en 1972 se traslada el recinto ferial a Los Remedios; y así hasta hoy en día.

Ahora, después de conocer un poco de su historia y curiosidades, ya podemos disfrutar de una de las semanas más representativas de Sevilla, la Feria de abril.