Revista Ciencia

El origen de las especies... y sus picos

Por Naturalista


El origen de las especies... y sus picos

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¿Por qué la abubilla tiene ese pico tan largo y fino? Es una sonda, para hurgar en el suelo a la caza de larvas subterráneas. ¿Y el alcaudón, por qué su pico termina insinuando un gancho? Porque lo necesita para desgarrar, como el milano real, a sus menudas y ocasionales presas. El alcaraván, con su pico robusto, captura numerosos grillos. Y así, cada pico parece adaptado al uso que su dueño le da. Incluso dentro de los granívoros hay sutiles diferencias: el corto pico del pardillo es muy bueno para extraer las pequeñas semillas de la lechuga y de otras herbáceas, mientras que el pico largo y puntiagudo del jilguero le permite acceder a las semillas de los cardos sin pincharse la cara.
El origen de variedades de picos perfectamente adaptadas a la dieta ha fascinado a los naturalistas desde tiempos de Darwin. El propio Darwin comenzó a plantearse la idea de evolución de las especies en gran parte a causa de sus observaciones sobre la forma y función del pico en los pinzones de las islas Galápagos. En estos pájaros, de varias especies, parecía como si una sola especie ancestral de pinzón hubiera sido modificada en distintas islas con el fin de adaptarse a las diferentes dietas disponibles, desarrollando de manera acorde diferentes picos. Hoy sabemos que esto fue exactamente lo que sucedió. Más aún, cuando surge una nueva especie, ese tipo de cambios son habituales. Es decir, cada especie que evoluciona a partir de otra suele desarrollar ciertas características nuevas que le permiten explotar un nuevo nicho ecológico: un pico distinto, diferentes preferencias de hábitat... ¿Por qué sucede así?
En el caso mejor estudiado, el de los propios pinzones de Darwin, el matrimonio Grant nos explica en su libro "How and why species multiply" (2008) que al parecer esas nuevas características, ese cambio a otro nicho ecológico, surgen a medida que la nueva especie se adapta a las peculiaridades de su entorno de origen. Por ejemplo, volviendo a nuestro matorral, imaginemos que una población de jilgueros queda aislada en un valle sin cardos. La selección natural los forzará a cambiar de dieta y por tanto seguramente modificará la forma del pico. Si ese cambio de forma se fija y es acompañado de otros cambios genéticos, entonces podría surgir una nueva especie de jilgueros de pico corto, por ejemplo. Su aspecto piquicorto en principio no tendría nada que ver con la competencia con otras especies, como a menudo se piensa. La competencia puede pulir las diferencias entre especies, haciéndolas más distintas aún para evitar que compitan por los recursos. Pero la base para ese pulido son aquí las diferencias surgidas por adaptación a diferentes entornos, no por competencia. Y es que la competencia no tiene por qué ser siempre la clave para entenderlo todo en la naturaleza. A menudo es más interesante buscar otros caminos...

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