Como es costumbre en nuestro blog, nos preguntamos por el origen de las cosas… hoy investigamos sobre el velo de la novia. Si te casas en los próximos meses, seguro que te creará curiosidad saber desde cuándo se utiliza este complemento nupcial y a qué es debido.
Hoy por hoy, el velo lo asociamos a las bodas religiosas fundamentalmente en las culturas cristianas y judías. Es un signo de pureza o virginidad, al igual que el color blanco del vestido… otra cosa es que la realidad se ajuste a la tradición, pero ese debate lo hacemos otro día.
Pero… ¿cuándo fue la primera vez que alguien se puso un velo para celebrar el matrimonio? Cuentan que ya en la civilización Mesopotámica las mujeres nobles utilizaban velo, y sólo las prostitutas tenían prohibido su uso. También nos han llegado evidencias del velo en la época griega y romana. El velo de la novia era un elemento más supersticioso que religioso. Protegía a la novia de envidias y malos espíritus que le desearan un desgraciado matrimonio durante la misma ceremonia. Esta tradición se extendió hasta la época medieval.
Hasta el siglo XIX no se considera el velo como un elemento de pureza como marcan las directrices de la religión cristiana. Es en este momento cuando la novia se ve obligada a cubrirse la cara como muestra de su virginidad ante el novio y los invitados.
Y luego está internet para encontrar cosas tan curiosas o increíbles como que el velo se utilizaba en los matrimonios concertados en la antigüedad para asegurar que el novio no se arrepentía antes de finalizar la ceremonia si veía la cara de la novia y no le gustaba. Una vez finalizado el sagrado sacramento no podía echarse para atrás… ups!
Los velos antiguos solían cubrir por completo el rostro de la novia, lo que forma parte de la idea de sumisión de la mujer en el matrimonio. Él destapa la cara de ella mostrado su autoridad en la pareja, mientras que si es ella quien descubre su rostro, da muestras de independencia.
Afortunadamente, el velo en la actualidad tiene otras connotaciones más estéticas que religiosas, en muchos casos. La novia actual piensa en el velo más como un complemento a su peinado que demostrarle al universo si llega virgen al matrimonio o no.
De hecho, hay toda una clasificación del velo de la novia en función de su longitud y diseño. Hacemos un repaso:
Fuente de la imagen: etsy.com
Si eres de las que siguen la tradición como Dios manda y quieres cubrir tu rostro hasta llegado el momento del beso, tu diseño es el llamado “blusher”. Una pieza corta que cubre la cara totalmente y llega hasta los hombros.
Para las que utilizan el velo como acompañante a la melena y lo remarcan en el recogido del pelo, está el modelo largo que llega hasta la cintura.
El velo de capa es uno de los diseños más espléndidos por su caída en cascada .
Capilla y catedral son los nombres que reciben los velos más largos que suelen acompañar al largo del vestido. En estos casos cobran una importancia mayor al llevar bordados, encajes o pedrerías que destacan sobre el mismo vestido.
Fuente de la imagen: etsy.com
Y aparte surgen casos en los que la tradición, la religión, la estética y el significado de los elementos se dan la vuelta y pierden todo su sentido. ¿Recordáis el velo de Angelina Jolie? No representaba su virginidad, ni su pureza, ni cubría su cara para ahuyentar a los malos espíritus, ni siquiera le daba sentido del buen gusto al vestido… simplemente puso una tela en el salón de casa y le dijo a sus hijos… “Hale! A pintar, chicos!” Otras madres se ponen a hacer cupcakes con los niños, pero ella es diferente, es Angelina Jolie
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