Foto: Burladero.com
Llevaba años esperando un reportaje como éste. No exactamente así, pero algo parecido. Con José Tomás. Sin más cámaras que la mía. De cerca. Observando sus ojos, la manera de mirar a quienes le rodean, su sonrisa, su voz tímida pero segura. Su sencillez. Y todo para contar cómo es el héroe fuera del ruedo. Lejos de ese terreno donde se juega la vida. Al otro lado de ese filo donde corta la respiración de quienes le admiran y despierta las más enervadas críticas de los que intentan desacreditarle asegurando que el toreo no es suicidio -como si ellos supieran la distancia que media entre la cobardía del ahorcado y la verdad tomasista-.
Ayer lo conseguí. Y hoy se ha emitido en laSexta. Habrá quien diga que soy una "tomatósica" -la expresión es de mi querida Carmen Esteban, la persona que quizá sepa más de JT que él mismo-, o sea, una fan radical pro-José Tomás. Pero no. Cierto es que le considero un genio, pero no es menos cierto que, cuando he tenido que darle palos, se los he dado... y bien caros me costaron, por cierto.
Sin embargo, hablar de su faceta solidaria no puede hacerse sin signos de admiración. Regateando elogios. Sin reconocer que los mimbres de su fundación son, sencillamente, magistrales.
Si no me falla la memoria -que me falla mucho, he de reconocerlo-, creo que ninguna otra fundación puesta en marcha por figuras del toreo tiene como objetivos principales iniciativas sociales. Tanto la Fundación Joselito como la Fundación Taurina Internacional El Juli han perseguido siempre fines culturales y de desarrollo de la Fiesta, muy loables, sí, pero con poco alcance en la sociedad más allá del estricto ámbito taurino.
Habrá quien diga que es lo suyo que lo que se gane en la plaza se invierta en la plaza. Que quien es figura del toreo dedique sus dineros a la Fiesta que lo ha hecho grande. Y en parte tienen razón. Lo que sucede es que el toreo es mucho más que la endogamia que le oprime y, si queremos demostrar que, en contra de los discursos manipuladores y maniqueístas de taurinos/independentistas, tenemos mucho que aportar a la sociedad, hemos de salir de los tendidos, del ruedo y del callejón, para empezar a hacernos visibles al otro lado de la Puerta Grande.
José Tomás lo sabe y por eso se ha implicado personalmente en un objetivo fundamental: la educación en valores y, sobre todo, los proyectos para fomentar la igualdad de género entre los alumnos de Secundaria y Bachillerato.
Para conseguirlo tiene una mano derecha que se me antoja inmejorable: un hombre culto, asequible, cercano, cabal y serio: Rogelio Pérez Cano. Juntos llevarán la Fundación José Tomás más allá de la gloria: a ese terreno intangible donde se construye una sonrisa.
Pincha aquí para ver el vídeo del reportaje (laSexta Noticias).
P.D.: A todo esto, Rogelio Pérez Cano -que, además de dirigir la fundación, es el médico personal del galapagueño- me confirma que la recuperación del torero va viento en popa a toda vela. Después de la operación a la que fue sometido hace mes y medio, los músculos de la pierna herida en la grave cornada de Aguascalientes están cogiendo fuerza de nuevo y en unos tres meses José Tomás podría estar listo para volver a coger los trastos.