Recientemente han caído en mis manos tres libros, de geografías y tiempos lejanos, que sin embargo, más allá de una lectura superficial, contienen en esencia mensajes que se solapan.
La Rusia zarista, el Brasil colonial de finales del siglo XIX y los primeros meses de la segunda guerra mundial en Polonia, son los escenarios donde se enmarcan las vivencias de tres hombres dedicados a la psiquiatría en ambientes opresivos e injustos, que terminarán siendo parte esencial de sendos procesos de transformación personal.
Pero vayamos por partes...
EL PABELLÓN NÚMERO 6 es una narración escrita en 1892 por A. Chejov. El aludido pabellón es el edificio destartalado y miserable de un hospital rural donde se albergan a los escasos locos de la aldea. La narración nos adentra en la vida rutinaria y desesperanzada del Doctor Andrei Efímich Raguin y su relación con Ivan Dmitrich, recluido en el pabellón número seis del psiquiátrico por padecer una mania persecutoria, con el prepotente y brutal Nikita, guarda del pabellón, y con algunos otros paisanos y coetáneos. El protagonista, de filosofía estoica y amante del desarrollo intelectual, echa en falta la existencia de inquietudes en las personas y considera que la sociedad en que vive es triste y pobretona. Sólo una persona será capaz de deslumbrarle con su elocuencia y su fascinante visión de la vida: Ivan Dmitrich, uno de los internos de aquel inhóspito lugar. El desenlace del relato es anunciado por una descarnada frase del médico protagonista: "Mi enfermedad sólo consiste en que en 20 años no he encontrado más que a una persona inteligente en todo el pueblo, y éste es un lunático". El autor remata la historia con un final desconcertante pero ineludible y leal a la trama: "Ahora todo, incluso el sincero interés de mis amigos, me arrastra sólo a una cosa: a mi perdición . Es el final y tengo el valor de reconocerlo".
EL ALIENISTA de Machado de Assis no es sólo una obra muy divertida, además de poseedora de un sutil humor e inteligente sátira de la escena costumbrista del Brasil colonial del siglo XIX, sino una brillante metáfora sobre muchos de los despropósitos de la psiquiatría, sus confusiones y también sus miserias. Esta historia muestra en sus pocas páginas un resumen de las principales preocupaciones no exteriorizadas de Machado de Assis: la identidad, la separación entre lo normal y lo anormal, la lucha y los trasfondos políticos, la relación matrimonial, la amistad, las preocupaciones sociales, el dinero, el status.La obra, en su línea central, resulta graciosa y simple: un médico brasileño, graduado en Lisboa, rechaza las propuestas de ser médico de la corte o catedrático universitario para regresar a su pueblo natal y dedicarse al estudio y la experimentación científica. Su especialidad es la psiquiatría. Con el fin de estudiar y remediar los males de la locura, construye un manicomio, la Casa Verde, en la más bella calle de Itaguaí, y se le abren cincuenta ventanas, pintadas de verde en cada cara del edificio. Con la subvención del Ayuntamiento y el pago de los internados pudientes, se inicia la gran obra que comienza, como era de esperar, con la reclusión de cualquier persona que exteriorizase el menor signo de anormalidad. Estos límites se van ampliando y llega un momento en que prácticamente la totalidad de la población debería ser internada. De ahí el psiquiatra, el sabio Simão Bacamarte, llega a la conclusión de que la anormalidad es la normalidad, y libera a los primeros locos para internar a los supuestos cuerdos. El final lo dejamos en el aire, aunque ¿qué otra cosa podría hacer Simao al ver derrumbadas todas sus teorías?
EL HOSPITAL DE LA TRANSFIGURACIÓN es la primera novela de Stanislaw Lem, inédita hasta ahora en castellano; una obra demoledora sobre la ocupación nazi de Polonia. Terminada en Cracovia en septiembre de 1948, y ambientada en los primeros meses de la invasión de Polonia por los nazis, El hospital de la transfiguración narra la historia de Stefan Trzyniecki, un joven doctor que encuentra empleo en un hospital psiquiátrico enclavado en un bosque remoto, un lugar que parece «fuera del mundo». Pero, poco a poco, la locura del exterior va filtrándose entre los muros del hospital. Una serie de sádicos doctores, compañeros de Trzyniecki, se entregan a atroces experimentos con los enfermos mentales internados en el centro, mientras los nazis, que peinan los bosques en busca de partisanos, deciden convertir el sanatorio en un hospital de las SS. Lem, uno de los más indiscutibles maestros de la narrativa europea del XX, evoca en esta novela todo lo que hay de monstruoso en el espíritu humano A lo largo de esta historia, el protagonista, gracias al contacto con diversos personajes, como la bella y misteriosa doctora Nosilewska o el poeta Sekulowski, inicia un acelerado aprendizaje vital que recuerda al del protagonista de La Montaña Mágica, de Mann. Pero cuando las tropas de las SS que persiguen a los partisanos se acercan al sanatorio los acontecimientos dan un cruel giro…
Dice Sekulowski en una de sus largas charlas con el doctor:
"—No sabemos más sobre nuestro cuerpo que sobre la estrella más lejana —dijo el poeta en voz baja.
—Vamos conociendo las leyes que lo rigen...
—Y resulta que la mayoría de las tesis biológicas tienen sus antítesis. Las teorías científicas son un verdadero chicle psíquico ".
Aparte del disfrute de estas tres lecturas, me quedo con éstas y otras muchas preguntas:
- ¿ dónde está el límite entre lo diferente y lo patológicamente diferente?
- ¿ quién pone ese límite?
- ¿ la ciencia es omnipotente? ¿ lo somos los profesionales?
- ¿ en qué hemos mejorado en el ámbito de la salud mental y qué resquicios del pasado arrastramos?
- ¿ hemos avanzado tanto como nos esforzamos en evidenciar?
- ¿ son los errores y arbitrariedades del pasado un tema zanjado?
Texto escrito por Esther Sanz ( Psicóloga Clínica Área Externa salud Mental Tenerife).
Muchos de los datos de esta entrada han sido recogidos de artículos de Lizardo Cruzado, autor del blog Desde el manicomio. Desde aquí mi agradecimiento por su trabajo y un saludo. Esperamos tu pronta vuelta a la blogosfera.