EL PAÍS DEL FIN DEL MUNDO, de Terry Pratchett.

Escribir sobre una novela de Terry Prachett es complicado. Mejor habría sido hablar de todo su conjunto, el fabuloso universo de Mundodisco. Sin embargo, hoy quería hablarles de una novela que, personalmente, me desencantó y casi me hace renunciar a leer a el superventas de novela fantástica.Nos encontramos ante la novela número 22 del mundodisco de Prachett. Sin embargo, nos es la mejor, ni siquiera está entre las más destacables.
"El país del fin del mundo" (1998) fue la primera novela que leí de Prachett, empujado por leer algo nuevo y diferente del género fantástico. Sin duda no me defraudó en ese aspecto, pero por otro lado no sonreí ni una sola vez, algo que había entendido sucede inevitablemente en las obras de este prolífico escritor.
"El país del fin del mundo" se me presentó como una novela confusa, con infinidad de añadidos que no llevaban a ninguna parte y, poco a poco, se me hizo pesada. Desconozco si fue debido a la poca familiaridad con los personajes, pues al ser ya la novela 22 de la saga, seguro que me habría perdido muchos elementos por el camino. Pero no me sirve de excusa. No hay ninguna trama reconocible más allá que el protagonista se vaya enfrentando a los tópicos australianos que se suceden uno tras otro, con lo que nos encontramos ante una novela completamente lineal, una serie de secuencias humorísticas con mayor o menor fortuna.
Si recuerdo, en cambio, el buen sabor de boca que me llevó el momento en el que los magos de la Universidad Invisible se enfrentan al Dios Poderoso. Sinceramente, ese momento (un atisbo de lo que se supone el buen Prachett) merecía una novela por si sola, descartando todo lo demás. Y es este brillo de luz lo que me hace sospechar que empecé mal, que Prachett es mucho Prachett, y que se merece una segunda oportunidad.