Título: El país escondido
Autor: Martín Abrísketa
Editorial: Planeta
Año de publicación: 2018
Páginas: 192
ISBN: 9788408194361
He terminado de leer el libro hace menos de cuatro horas y me han entrado unas ganas locas de reseñarlo y recomendarlo. Porque es una auténtica delicia. Publicada en octubre de 2018, es la segunda novela del escritor bilbaíno tras La lengua de los secretos, que ya logró muchísimo éxito en 2015. En ella narraba la Guerra Civil vista desde los ojos de un niño, su propio padre. Y ahora vuelve a la visión infantil, esta vez de Maggie, una niña que no sabe nada de su madre ni de su padre y que vive con su abuelo, al que cada día le afecta más la demencia. Ambos tienen que hacer frente al acoso de la Policía Municipal y de dos funcionarias que quieren separarlos.
Ellos se atrincheran en su casa, su castillo, para aislarse del mundo.
Maggie no tiene amigos, hasta que conoce a un fantasma que vive en la pared de su dormitorio y a su vecino, un niño que, como ella, está dispuesto a no rendirse y a luchar contra las injusticias.Y todo ello en un escenario, el Bilbao de los años ochenta, en el que el terrorismo de ETA o la lucha de los trabajadores de los astilleros llenaban las calles de manifestaciones, disturbios y sangre un día sí y otro también.Pero Abrísketa tiene el don de narrar el sufrimiento, la muerte, la desesperación o la soledad con ternura, inocencia, esperanza y dulzura.
Toda la que nos transmite en poco menos de 200 páginas sus personajes y los dibujos que ilustran la novela, obra de una niña con Síndrome de Down, Isabel Holgueras, muy especial, como es Maggie y la niña que inspiró este personaje, que sufre un trastorno psicológico fruto de la falta de afecto que sufrió durante su primer año de vida en un orfanato.Pero no hay sufrimiento que Maggie no pueda arreglar con sus rotuladores mágicos. Hasta es capaz de encontrar un país escondido. Una novela que no os podéis perder. Aunque también tengo que reconocer que tengo debilidad por este autor que me fascinó con La lengua de los secretos. Tanto, que el nombre de mi segundo hijo surgió de esa novela.
Y así se lo conté emocionada a Martín Abrísketa cuando en diciembre tuve la suerte de conocerlo en la Durangoko Azoka y de que me firmase sus dos novelas. Él se quedó sorprendido y emocionado. El poder de la literatura nunca deja de sorprendernos ni a escritores ni a lectores.