El palacio de Knossos, en la Isla de Creta, es uno de los mas notables Yacimientos arqueológicos del mundo. Fue descubierto y excavado por el arqueólogo británico Arthur Evans, que estuvo dedicado durante 30 años de su vida a recuperar civilización perdida.
Evans estaba familiarizado con los antiguos mitos y , leyendas griegas, y la historia que más le fascinaba era la de Minos, el legendario hijo de Zeus, rey de los dioses. Minos nació en Creta y se convirtió en rey de la isla. Su esposa, Pasifae, se enamoró de un magnífico toro y como resultado de sus amores dio a luz al Minotauro, un monstruo con cuerpo humano y cabeza de toro. El rey Minos dejó al Minotauro en un laberinto oculto en las profundidades de su palacio.
Descubrimiento y excavación de Knossos
Evans tenía 51 años cuando finalmente pudo ir a Creta, en 1899, e investigar la verdad de la leyenda. Ese año Creta obtuvo su independencia de los turcos otomanos y Evans pudo comprar un trozo de tierra en un monte llamado Kefala (que la gente de la zona llamaba Knossos). Evans comenzó a excavar en serio en marzo de 1900.
Sus tierras se encontraban en el lateral de un ancho valle, a unos 5 km al norte de la costa de Creta. La excavación comenzó el día 23 y, cuatro días después, Evans anotaba en su cuaderno de campo que estaba convencido de que la ciudad que desenterraban "llega como mínimo bastante más allá del periodo pre-micénico". Evans y sus colegas fueron encontrando bloques de roca grabados con extraños e irreconocibles símbolos. Al cabo de unas semanas estaba claro que esos bloques formaban parte de un gran edificio prehistórico. Además, según se iban descubriendo frescos y decoraciones, se observó que el toro era un motivo recurrente en ellos.
Evans estaba eufórico, pues no tenía duda de que había descubierto el palacio del rey Minos y bautizó a la civilización que lo había construido con el nombre de este soberano cretense.
Según avanzaba la excavación, Evans pudo ver que el palacio era amplísimo. En algunos puntos tenía cinco pisos de altura, así como 1.200 habitaciones, incluidos almacenes, salones conectaban las habitaciones, todas ellas agrupadas en torno a un gran patio central. La disposición de las habitaciones, bastante aleatoria, debió recordarle a Evans la leyenda del laberinto. Parecía como si estancias y salones se hubieran añadido al palacio según se fueron necesitando, sin que nadie tuviera en cuenta un diseño equilibrado.
Mientras la excavación progresaba, se descubrieron las bases de los muros y puertas, así como muchos objetos hechos por los artesanos minoicos. Algunos restos aparecían justo unos pocos centímetros por debajo de la superficie moderna y ello sugería que el edificio había sufrido una gran catástrofe. Evans escribió: "Desde el día de su destrucción hasta ahora el yacimiento ha estado por completo desolado. Durante tres mil años o más no parece que ni un solo árbol se haya plantado aquí; sobre una parte del terreno ni siquiera ha pasado un arado. En el momento de la gran caída, sin duda el palacio fue metódicamente saqueado en busca de objetos metálicos y los caídos escombros de las habitaciones y pasajes revueltos y registrados en busca del precioso botín [...]. Pero los muros de arcilla y yeso todavía se conservan intactos".
La Restauración de Knossos
Mientras trabajaba, Evans decidió unir las piezas del gigantesco rompecabezas en un trabajo de restauración que llamó reconstitución. Desde entonces algunos arqueólogos han criticado su trabajo, pero es innegable que el visitante moderno consigue una mejor imagen del palacio y el mundo minoico gracias a él. Evans decía que una cierta restauración era esencial, porque los trabajadores tienen que consolidar lo que han descubierto antes de excavar más profundamente.
El palacio tiene gruesos muros de piedra y muros más delgados de ladrillo; muchos contaban con un armazón de madera, probablemente para ayudar al edificio a soportar los terremotos. Los muros se habían derrumbado, la paja y arcilla de los tejados estaban caídos y gran parte de la madera se había podrido. Evans reemplazó los troncos estropeados por hormigón que luego pintó de color beige para que pareciera madera. Seguidamente reconstruyó los muros utilizando las piedras originales.
La parte occidental del palacio tenía como mínimo dos pisos, pero sólo el primero de ellos se conserva. En un patio cerca de la entrada oeste se han encontrado tres grandes pozos redondos. Originalmente puede que fueran para almacenar grano o para las ofrendas sagradas de las ceremonias religiosas. La entrada principal desde el oeste conduce, mediante un porche columnado, hasta un amplio corredor cubierto con una procesión de brillantes y coloridos frescos, de tamaño natural, de hombres jóvenes llevando jarras. Evans encontró otros frescos en Knossos, que nos cuentan mucho sobre cómo vivían los minoicos. En una antecámara junto a la gran escalera había un fresco de una figura llamada sacerdote-rey, aunque puede que en realidad sea una sacerdotisa.
El 13 de abril de 1900, Arthur Evans vio por primera vez la extraordinaria habitación que conducía hasta el patio central. Dentro había un trono de piedra de respaldo alto guardado por grifos pintados. El salón del trono puede haber sido el lugar donde el rey Minos recibía a sus visitantes importantes, aunque algunos expertos piensan que era utilizado por los sacerdotes para adorar a la deidad suprema minoica.
Evans encontró vasos esparcidos por la estancia, por lo que pensó que cuando el desastre llegó a Knossos se estaba realizando algún tipo de ritual. En un corredor cercano se encontró una pila de piedra de gran tamaño. Evans la trasladó a la antecámara del trono porque creía que los minoicos la habían utilizado para purificarse antes de entrar en la importante habitación del trono.
La mayor parte del resto del primer piso estaba ocupado por estrechos almacenes, en donde se guardaba grano, aceite de oliva, vino, pescado seco y judías en inmensas jarras. El piso superior probablemente contenía las principales habitaciones para recepciones y amplios salones columnados, utilizados por el rey en las audiencias públicas.
Las habitaciones reales
La parte oriental del palacio probablemente tuviera cinco pisos de altura, algunos de los cuales han sobrevivido porque estaban excavados en una ladera de la colina. Los diferentes pisos, que estaban conectados por una gran escalera, contenían las habitaciones reales. Evans llamo a la habitación del rey el Salón de las hachas dobles, porque este símbolo apareció grabado en algunas de los bloques de piedra de esas estancias. Esta habitación doble tenía un pozo de luces en un extremo y una ancha galería que miraba hacia el este. Iodo el palacio estaba inteligentemente construido para recibir luz, permitir que circulara el aire y ofrecer protección contra el feroz calor del verano. Durante el invierno, las puertas se cerraban y los hogares proporcionaban calor.
Las cercanas habitaciones de la reina contenían bellos frescos de delfines y una chica bailando. En un rincón, rodeado por un muro a media altura, había un cuarto de baño con una bañera de barro cocido. El baño probablemente fuera llenado por una sirvienta y vaciado mediante un agujero en el suelo que conecta con el desagüe.
La habitación de al lado era un retrete. En el suelo del vestidor había un agujero, por el que se habría hecho correr el agua para tirar de la cadena. El desagüe del retrete conducía las aguas de albañal hasta un arroyo que corría bajo el palacio. Evans escribió: "El elaborado sistema de desagües del palacio y las disposiciones para la salubridad excitan la imaginación de cuantos los ven. Las tuberías de terracota, con sus secciones científicamente conseguidas, bellamente conectadas, que datan de los primeros días del edificio, se ajustan bastante a los estándares modernos".
Además del rey, la reina, los nobles y los sacerdotes muchas otras personas vivían en el palacio de Minos. Había gran número de sirvientes y esclavos para atender las necesidades de la familia real y sus cortesanos. Mercaderes, escribas y contables organizaban y llevaban un registro de las grandes tiendas. Había alfareros, joyeros, albañiles, carpinteros y pintores (se han encontrado muchos de sus almacenes). Fuera de los muros de palacio, que no estaba rodeado por fortificaciones o una muralla defensiva, había edificios más pequeños. Desde el palacio partían caminos que conducían a la ciudad de Knossos.
A partir del trabajo de Evans y otros, sabemos que el palacio fue construido en torno a 1900 a.C. Fue destruido, probablemente por un terremoto, unos 200 años más tarde. Tras ser completamente reconstruido y quizá ampliado, el palacio puede haber resultado dañado por la erupción del volcán de la cercana isla de Thera (la actual Santorini) en torno a 1500 a.C. Unos 100 años después, el palacio fue destruido por un fuego y no volvió a ser reconstruido. La ciudad de Knossos fue tomada por guerreros micénicos y se convirtió en una importante ciudad-estado griega, hasta que los romanos conquistaron Creta en el año 67 a.C.
El salto del toro
Uno de los frescos más conocidos encontrados en la palacio de Minos representa a un joven que salta sobre el lomo de un toro. Una joven espera para recogerlo y otra está a punto de saltar por encima de los cuernos del animal. Distintas escenas de toros y saltadores de toros han aparecido en sellos minoicos y estatuillas de bronce. En Knossos también se han encontrado símbolos en forma de cuernos de toro, así como vasos y copas con forma de cabezas de toro.
Los historiadores creen que el salto del toro puede haber tenido lugar en el patio central del palacio, que mide 50 por 25 metros. Este deporte puede haber sido parte de un ritual religioso, además de un entretenimiento, al final del cual es posible que el toro fuera sacrificado. El salto del toro puede haber dado lugar a la leyenda del Minotauro, la criatura que era el Toro de Minos.