Revista Regiones del Mundo

El paraíso escondido de Lençóis

Por Elainn

Bueno, «paraíso escondido» para los argentinos para quienes Brasil es sólo sinónimo de playa, no para los brasileros. Lençóis es uno de los pueblos que permiten visitar la hermosa Chapada Diamantina, llamada así porque durante años fue centro en la recolección de diamantes. El desarrollo turístico de la región empezó a mediados de la década del 70, pero recién se hizo un nombre gracias a las telenovelas muchos años después. Hoy recibe turistas de todo el mundo y no es un destino económico, si lo comparamos con otros del mismo país (es similar a los costos de viajar a la Patagonia). Sin embargo, vale la pena cada centavo gastado. Yo me alojé en Lençóis porque es la localidad más turística y tiene más alojamientos y agencias. Al ir sola me pareció preferible. Además es muy pintoresco.

Es importante que no vayan durante la temporada de lluvias (entre noviembre y abril) o no van a poder disfrutar de muchos de los sitios. Yo fui en la estación seca y aún así llovió bastante.

Actualmente sólo es posible llegar a Lençóis por autobús o transfer (desde la pandemia no funciona el aeropuerto). La empresa de micros de llama Rápido Federal/ Real Expresso. Como extranjeros no podemos pagar el pasaje directamente a través de su página porque no aceptan tarjetas de crédito de no residentes. La alternativa, aconsejada por la propia página, es Brasil By Bus. Esta página tiene una comisión inferior de compra a Plataforma 10 (donde también pueden abonar el pasaje).

El paraíso escondido de Lençóis

En mi última mañana en Salvador, aproveché para recorrer la playa e inundarme de sol y mar. Luego tomé un Uber (25 reales) a la terminal. Podría haber ido en colectivo (que paraba a metros de mi alojamiento), pero al final me decidí por la comodidad y la seguridad. Llegué temprano así que pude ir tranquila a la boletería en el primer piso e imprimir mis pasajes (cuando comprás online te dan un voucher que es necesario validar en la empresa). Los micros se anuncian a Seabra.

Salimos puntuales a las 13hs y debíamos llegar a las 19:25 pero nos retrasamos y llegamos a las 20:15. La ruta es horrible, llena de pozos y camiones. Tiene varias paradas (Feira de Santana -14:30-, Santo Estêvão -15:30-, Itaberaba -17:30). Asimismo hubo una parada para comer en Portal do Sol, a la salida de Itaberaba (comí un pão de queijo, como chipá pero más grande) . Por suerte al acercarme a Lençóis tuve señal en el celular y pude comunicarme con mi alojamiento así que me pasaron a buscar. La verdad se los agradezco mucho porque si bien no están lejos de la terminal, están en subida y hubiera sido imposible con mi valija (y más sin conocer la zona).

Me hospedé en la Pousada de Lurdinha por precio y buenas reseñas de Tripadvisor. Estuve una semana y me sentí muy cómoda, muy cuidada. Mi habitación era amplia, con cama matrimonial, heladera, televisor (que no usé), wifi gratuito, placard y, por supuesto, baño privado. En vez de una ventana, tenía una puerta que daba a un balcón-patio privado con una vista impresionante. Hermoso. Desayuno incluido y se podía utilizar el microondas. Sí, a la mañana había un poco de ruido porque mi habitación estaba frente a la cocina y preparaban el desayuno, pero no me pareció nada insoportable. Además uno no viaja hasta allá para dormir sino para pasear. La zona es tranquila, a pocas cuadras del centro. Si quieren más movimiento, eso sí, deberían quedarse en el centro de Lençóis.

Aunque me dijeron que el agua allá era potable, por las dudas fui a un mercadito cercano (a dos cuadras) y compré una botella de agua mineral. El agua de Chapada contiene muchos minerales y a veces uno se descompone mientras el cuerpo se acostumbra.

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Al otro día tuve mi primera excursión. Había contratado el paquete «3 Días de Aventura» con Cirtur, la empresa de turismo más antigua de Lençóis. Muy buena agencia (siempre puntual). Tienen varios paquetes y pueden ahorrar algo de dinero. Claro que todas las excursiones son caras, pero es muy poco lo que se puede hacer por cuenta propia si uno no tiene auto. Ojo que los guías sólo hablan portugués aunque es posible entenderse sin problemas.

La primera excursión fue la más completa y es imperdible: Grutas con Morro do Pai Inácio.

Me pasaron a buscar a las 8 y salimos hacia la Gruta da Lapa Doce, una de las mejores de Brasil. Es una gruta con salones amplios así que es apta para claustrofóbicos. En la gruta también hay otros recorridos pero al ir con un tour no pude hacerlos (les dejo los datos debajo). Almorzamos en el restaurante del lugar que es tipo buffet y así es que pude probar dos platos típicos de la zona.

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De ahí fuimos a Fazenda Pratinha, un complejo turístico con alojamiento y restaurante donde se pueden realizar actividades varias. La entrada estaba incluida en la excursión, pero no así las actividades extra. De todo lo que ofrecen (flutuação, pequeña tirolesa, kayak, foto sub-acuática, cabalgata), yo contraté la flutuação por la Gruta Pratinha. Los R$100 mejor gastados de mi vida. Nos dieron el equipo de snorkel, chaleco salvavidas y linternas para sumergirnos por media hora en la gruta inundada. Fue una experiencia única. ¿El agua estaba fría? Sí, pero no importó.

Terminado el paseo fuimos a sacarnos fotos en la Gruta Azul que está en el mismo complejo. No se puede bajar a esta gruta, así que es sólo para fotos. Para darles una idea, estas grutas de Brasil parecen cenotes. Así de bellos son.

Luego pasamos un buen rato en el agua que alimenta la Gruta Pratinha y que asemeja una piscina de aguas cristalinas con peces que a veces te mordisqueaban un poquito (son los que usan en algunos spa para comer la piel muerta, no te lastiman).

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¡Pero el paseo no terminó ahí! ¡No! Terminó viendo el atardecer desde la cima del Morro do Pai Inácio con un paisaje de película.

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El otro día despertó con lluvia, y eso que fue en la temporada seca. Eso no suspendió la excursión ya que íbamos a grutas. Primero paramos unos minutos frente a una cascada al lado de la tienda de artesanías Toca do Morcego (Andaraí) aprovechando que en ese momento no llovía (de hecho, el día poco a poco comenzó a mejorar y a la tarde salió el sol). Luego, a metros de llegar a destino, tuvimos que bajar del auto porque había demasiado barro y el vehículo resbalaba por la pendiente (eso pasa por no tener una 4×4). Finalmente llegamos al Poço Encantado.

Dejamos los bolsos y nos dieron cascos y linternas. Bajamos hasta la entrada de la gruta y nos adentramos en la oscuridad. Nos detuvimos frente a otra entrada, cosa de poder vislumbrar la luz pegando sobre el agua de la gruta. Es una especie de cenote aunque no se puede nadar (antes sí) porque el agua no fluye y se contamina. Cuando un rayo de sol penetró en la negrura y convirtió al agua en un azul brillante todo se volvió mágico.

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De ahí fuimos al Poço Azul, un sitio que tiene una mayor infraestructura. Cruzamos un puente de madera y entramos al sitio. Para meterse en el agua había que ducharse antes. Como estaba nublado hacía un poco de frío. Bajamos a la gruta e hicimos un poco de snorkel. Más allá del área medianamente iluminada donde nadamos, han encontrado restos paleontológicos de más de 14 especies de fósiles. Lamentablemente no había mucha luz para disfrutar del todo el snorkel. Más tarde, cuando salió el sol, volví para sacar fotos. Almorzamos allá comida buffet. Sólo me hubiera gustado un poquito más de calor.

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Al día siguiente tenía mi última excursión con Cirtur, pero pasó para otro día porque la tormenta de la víspera hacía que el paseo fuera peligroso. Dediqué ese día a descansar y pasear por la ciudad. No quise contratar otra excursión. Fui al centro de Lençóis a sacar fotos y comprar artesanías. Ahí descubrí que la mayoría de los negocios abre a las 16h. Pasé por una feria donde productores locales vendían frutas, verduras y especias a precios ridículamente baratos. Y todo muy rico y fresco. Comí algo en la posada y salí hacia las piscinas naturales del Parque Muritiba.

El Parque Municipal Muritiba es gratuito (por el momento) y está cerca del centro. Si uno quiere recorrerlo es recomendable ir con guía pero yo sólo me quedé en las piletas do Serrano con los pies en el agua. Estuve horas. Recorrí un poco, pero no quise perderme. Luego conocería más del parque.

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Al volver al pueblo descubrí que habían sacado sillas y mesas a las calles y todo había cobrado vida. De noche es precioso. En ese sentido lamenté un poco que mi alojamiento no estuviera en el centro. Claro que seguramente debe ser muy ruidoso.

La entrada al centro se da a través de un puente de arcos, hay calles de piedras de estilo colonial, casas bajas con tejas y esa sensación de tranquilidad que los citadinos hemos olvidado.

La tercera excursión de esa agencia fue la más larga y la más espectacular. Me pasaron a buscar a las 6 de la mañana para ir a la cascada de Buracão. Para este paseo cambiamos de guía. Al principio llovía pero no fue mucho. Todos los paisajes que veía por la ventanilla me parecieron hermosos. Después de más de dos horas, paramos a desayunar en Ibicoara, en Coffe Chapada. Yo comí un pão do queijo.

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Seguimos viaje hacia el sur. Pasamos el cementerio bizantino y el pueblo de Mucugê donde muchos recomiendan hospedarse para hacer este recorrido. Lo ideal sería realizar algunos paseos desde Lençóis y otros desde Mucugê para tener una visión completa de Chapada Diamantina.

Caminos de curvas, arcoíris, caminos de tierra. Nos unimos a otra guía y paramos en la entrada del camino a la cascada. Desde ahí serían 3km de caminata bordeando el río Espalhado. Antes de llegar a nuestro destino paramos en la cascada de Buraquinho y nos adentramos en el cañón. De repente la vegetación cambió y me sentí como en una película de Indiana Jones. En ese momento nos topamos con la mágica cascada de las Orquídeas. Ahora venía lo mejor.

Nos acercamos al río, nos pusimos los chalecos salvavidas, dejamos nuestras cosas entre las rocas y nos metimos en el agua helada. Como la correntada era intensa por la tormenta del otro día no pudimos nadar hasta la cascada (aunque entré en calor intentándolo). Era imposible nadar contra la corriente así que nos subimos a las piedras del cañón y caminamos por el borde hasta estar frente a la inmensa cascada de Buracâo (en un momento me caí y la guía me subió de nuevo al borde). Era difícil ver por la lluvia intensa que producía la caída de agua. Pero llegamos y fue impresionante. Mientras avanzamos por el cañón la íbamos escuchando y de repente la tuvimos de frente con sus 85m de altura. No hay palabras para describir lo que sentí. Todo el esfuerzo valió la pena.

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Para el retorno sí nos metimos en el agua y dejamos que nos llevara la corriente. Lo único malo es que fue demasiado rápido para mi gusto. Me encantó.

Comimos la vianda y emprendimos el regreso. Esta vez paramos en la cima de la cascada para verla desde arriba. Espectacular para fotos. Desde allí se puede realizar rapel y era tentador, pero estaba cansada y no era económico.

El paseo fue maravilloso. Llegamos de vuelta a Lençóis alrededor de las 19:30. Cansados pero felices. Es una excursión imperdible si les gusta la aventura.

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Para el día siguiente ya no seguiría con la misma agencia de turismo sino que cambiaría a Chapada Adventure Daniel, la más grande e importante de Lençóis. El cambio lo hice porque esta última empresa tenía dos sitios que me interesaban mucho y que no estaban incluidos en la otra agencia. No se armó grupo, pero me cobraron lo mismo. Me pasaron a buscar a las 9 (no fueron tan puntuales como la otra agencia) para ir a Serra das Paridas, un sitio arqueológico con pinturas rupestres de hace miles de años. Me resultó interesante compararlas con las de la Cueva de las Manos. No podían esperar que viajara y no pasara por algún sitio arqueológico. No sería yo. No se sabe mucho sobre esas pinturas rupestres ya que se descubrieron hace menos de 20 años.

Luego almorzamos en Garimpo Gourmet el plato del día (comí postas de pescado) y fuimos al Parque Muritiba. Ahora sí iba con un guía.

Desde las piscinas naturales donde yo había estado antes seguimos derecho bordeando el río hasta la Cascadita. Hasta ahí no es difícil llegar. Me metí en el agua un rato y sí, me resbalé yendo hacia el otro lado. Para seguir a la siguiente cascada el camino se complica. Hay que ir hacia la derecha y luego seguir recto aunque orientándose hacia la diestra. No está señalizado. No fue fácil llegar hasta la cascada Primavera así que preferí no subir al mirador. No hubiera llegado sin guía.

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De ahí seguimos al Pozo Halley. Para eso retrocedimos, tomamos otro camino y cruzamos el río. Allí hay sitios donde meterse al agua así que lo hice antes que se fuera el sol. Avanzamos luego por esa margen del río hasta Arenas de Colores. Esa zona es laberinto. Al final terminamos en las piscinas naturales, pero ya no me metí en el agua porque había bajado el sol y estaba más fresco. El agua del río no es cálida.

No volví hasta el hotel con el guía sino que me quedé en el centro para comprar artesanías y cositas varias.

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Y al otro día haría mi última excursión en Brasil. Primero fui con el mismo guía hasta la Gruta Torrinha que es increíble. La mejor de todo el viaje. Si les gusta la espeleología como a mí no pueden perdérsela. Tiene formaciones únicas. No se por qué no va más gente. Sí, tiene partes más complicadas que la Gruta da Lapa Doce, pero posee rosas de aragonita, algo que no es usual en todas las cavernas. Las flores de aragonita o antoditas son espeleotemas de cristales, básicamente, estalacticas en forma de flor. Estuvimos dos horas en la gruta y me alegro mucho de haber optado por esta visita.

Almorzamos en el restaurante de la Gruta da Lapa Doce que queda cerca.

Después fuimos a la cascada do Pai Inácio, una cascada pequeña cercana al morro del mismo nombre. No había nadie así que tenía la cascada para mí sola. Nadé un poco pero el agua estaba helada y no me gusta el frío.

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Volvimos y yo me dediqué a preparar la valija. Al día siguiente tendría que abandonar Lençóis.

OTRAS CASCADAS: cascada do Sossego, do Mosquito, Pozo del diablo, da Fumaça (la más alta de Brasil con 340/380 m), Riachinho, Fumacinha (difícil recorrido), Mixila, Poção, Capivari, Encantada, Tiburtino, Piabinha.

OTROS SITIOS: Ribeirão do Meio, Aguas Claras, río Mucugezinho, Plantaciones de frutillas, Mirante do Pati, Parque Municipal Sempre Viva, trekking en el Vale do Pati (3 a 5 días).

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DATOS:

  • Gruta da Lapa Doce: ruta 1 R$100 (una persona)-50 (a partir de tres). Gruta Lapa do Sol (ruta 2/ pinturas rupestres): R$60 (a persona)-35 (a partir de tres). El sistema subterráneo de Lapa Doce tiene un total de casi 20 km. ¡Imaginen! Obviamente sólo se recorre una parte minúscula del sitio (850 m).
  • Si tienen tiempo, desde Toca do Morcego pueden ir al Pozo de Donana.
  • Precio de la entrada a Pozo Azul si van por su cuenta: R$ 40 por persona.
  • Otros alojamientos en Lençóis: El primero es un sitio muy cerca de la terminal. Se llama Pousada Orquídea da Chapada (75) 9 82448413. Sólo lo vi por fuera, pero en Booking tenía buenas reseñas. Los otros dos son alquileres y tenían carteles en la terminal. Casa de alquiler por temporada 75998491321/ 999164143; casa de alquiler en el centro (mínimo tres días) 75999904902 (Guille).
  • Mucugê tiene varias cascadas cercanas (Corrego de Pedra, Andorinhas, dos Funis, do Cardoso, Moça Loira, da Matinha, dos Cristais, das Tres Barras, Bate Palmas, etc). También tiene pozos (das Laranjeiras, Redondo, Fogão, etc). Hay pinturas rupestres, senderos en el Parque Municipal, etc.
  • Si quieren realizar rapel en la cascada de Buracâo, avísenle al guía a la ida. No tengo los precios.
  • No recomiendo ir al Parque Muritiba solos excepto que se queden en las piscinas naturales. No está señalizado a propósito porque está pensado para ir con guías. Pueden perderse y el problema es que si hay tormenta el río crece rápido y se vuelve peligroso.
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  • Si contratan dos excursiones con Chapada Adventure Daniel les ofrecen traslado gratuito desde la terminal al hotel o desde el hotel a la terminal. Yo opté por la segunda alternativa.
  • Otras agencias que realizan excursiones son Trilheiros Nativos, Zentur, etc.
  • ¿Qué comprar en Lençóis? Piedras. No necesariamente diamantes. Venden todo tipo de piedras nativas y joyería.
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