por Angelo M. D'Addesio
La derrota del referendum de revisión constitucional, la salida de la disidencia contra el ex jefe del gobierno dimisionario Matteo Renzi y la ilegitimidad de la ley de elecciones proclamada por el Tribunal Constitucional son las razones del colapso del Partido Democratico, después de diez años de existencia y que puede incluir el actual gobierno.
El conflicto entre las diferentes conrientes del más grande partido italiano se despliega en la Asamblea Nacional donde Massimo D'Alema y Pierluigi Bersani, dos fundadores y el mismo tiempo los adversarios principales de Renzi, fueron ausentes y donde el secretario se dimitió, nunciado el desarollo del Congreso, una declaración de guerra contra los disidentes porqué el aún tiene la mayoría de los delegados.
En el partido ya son tres los candidatos oponentes a Matteo Renzi: el gobernador de Apulia, el juez Michele Emiliano, el ex gobernador de Toscana Enrico Rossi, más proximo a la vieja guardia y el diputado Roberto Speranza que ya votó contra la reforma laboral y el referendum juntos con el grupo politico de izquierda del partido, pero el desafio e la casi victoria del actual secretario puede acelerar la fractura del partido.
Mientras que el Partido Democratico riesga la gran fin de la concertación entre los centristas y la izquierda historica del país, otras almas de la izquierda nacen en coincidencia con la ley de elecciones creada por el Tribunal Constitucional que favorece la representación proporcional garantizando la presencia de los pequeños partidos y de facto sea el ex alcalde de Milán Giuliano Pisapia, sea la izquierda radical han fundado nuevas formaciones politicas en estos días.
En la dramatica Asamblea del Partido Renzi declaró que "puede ser derrotado pero no eliminado" y que "la escisión es una tragedia que nadie en el país puede entendir en este momento nacional y global muy particular pero más peor de la escisión son los chantajes", confirmando la voluntad de proclamar el Congreso de manera veloz para volver a buscar soluciones para el país y evitar nuevos regalos a Grillo y Salvini.
El discurso más aclamado fue lo de Walter Veltroni, el primero lider del Partido Democratico y ahora fuera de la politica que habló a los 700 delegados de la necesidad de permanecer unidos y del desatre que provocaron historicamente las rupturars en la izquierda de la victoria de Silvio Berlusconi al triunfo del Movimiento Cinco Estrellas, un grito romantico pero inutil en un escenario donde la dirección del partido y de muchos sus personajes ya está marcada.