Todavía no podemos sacar las botellas de champán para celebrar y decir que “el Tea Party” ha llegado a su fin. Pero con una mayoría en el Senado que el partido podría conseguir, el Partidoo Republicano y sus aliados están utilizando todo el dinero que puedan, posiciones de influencia y otros mecanismos del poder para ir desactivando los retos de campaña que presentan candidatos ultras antes de las elecciones legislativas de este otoño y la campaña para volver a tomar posesión de la Casa Blanca en el 2016. El partido está eligiendo a dedo otros candidatos, incluído algunos legisladores que originariamente venían del “Tea Party” y que consiguieron llegar a la Cámara de represenantes en el 2010. Ahora, esos legisladores están siendo apoyados por el mismo “establishment de neocons malvados” que ellos habian prometido a sus seguidores mas extremistas combatir.
Y es que, le guste o no a los “libertarians” y “paleocons”, la derecha más moderada y financiera tenemos más dinero y al final, hasta el más radical acaba callándose la boca si hay dinero en riesgo. Las cosas no están saliendo como quería Ron Paul.
Yo he estado participando en las conferencias republicanas aquí en Nueva York y he presentado resoluciones al respecto – una de ellas es que es imperativo cargarse la línea que divide las facciones del partido porque eso le costó la victoria en el Senado durante la campaña del 2012 y complicó el nombramiento del candidato a presidente en el mismo año.
“No podemos ganar elecciones si estamos peleando constantemente entre nosotros siempre”, afirmó Matthew Borges, el Presidente del Partido Republicano del estado de Ohio.
Este año, los republicanos necesitan tan solo seis escaños más para controlar por completo el Senado de los EEUU de América. Si ganan el control del Senado y mantienen su mayoría en el Congreso (en la Cámara de representantes populares), Obama se enfrentaría a un infierno legislativo durante sus dos últimos años en el cargo.
El Partido Republicano ha seguido mis consejos y el dinero de millonarios va a llover sobre candidatos más moderados con visión militar de las cosas para la política exterior en Carolina del Norte, Georgia, Michigan y donde haga falta para eclipsar a las teteras. Los líderes republicanos quieren aislar a los ultras y a candidatos de la tetera que consideran sufren defectos mentales e ideológicos. Los mismos locos que provocaron la derrota del partido en estados republicanos en el fondo pero moderados como Delaware, Missouri y Nevada en los últimos años.
Como dice Borge, “tiene sentido tomar control de este proceso”. Esta semana pasada en Memphis, Tennessee, los participantes han redactado las nuevas normas para nombrar a los candidatos presidenciales.
En efecto, lo que hemos contemplado es que lo mejor para el partido será volver a forzar una unión entre las facciones. Eso será tremendamente favorable para el sector bien financiado y moderado del partido y nuestros aliados como la Cámara de comercio en Nueva York — una cámara detestada por comunistas, socialistas y nazis ultraderechistas a la vez. Los mismos compañeros de cama a la hora de la verdad. Desde mi óptica liberal, realmente me cuesta distinguirles por lo mucho que se parecen: odio contra el capitalismo, toda la culpa de todo la tienen los “judios” o los “egoistas protestantes”, todo es una conspiración para esos indeseables.
Al contrario de todo esto, el “Tea Party” es un grupo anárquico, sin mucha organización, de activistas ultraconservadores que se hacen llamar parte del “movimiento de la libertad”. La opinión pública cada vez va más en contra de esos alborotadores demagogos.
Las encuestas demuestran que los votantes se han hartado de la actitud tan extremista de las teteras. Esa actitud de “o recortas ya o te cerramos el gobierno”. Ahora mismo, solo 4 de cada 10 republicanos se identifican con las tetaras, en comparación con un 6 de cada 10 en el 2010.
Creo personalmente se debe evitar sea como sea que un candidato preferido por los moderados tenga que enfrentarse a un candidato ultra de las teteras. Por eso el comité federal del Partido Republicano está cambiando la normativa para reducir el periodo de los nombramientos y castigar a los estados que invoquen primarias sin el permiso del partido nacional. Vamos a acabar con ese cachondeo tan anárquico del partido. En efecto, la nueva normativa hará que sea mucho más difícil para que un “outsider” (un candidato desconocido) o sin mucho apoyo financiero pueda conseguir votos. Creo que esta es la única via para impedir la llegada de extremistas indeseables a la cúpula del partido.
En el 2012, hubo 20 debates en los medios principales. Eso obligó a Romney a tener que defenderse de todo tipo de ultras hasta bien entrado el año electoral en vez de haberse centrado desde mucho antes contra Obama. En el 2016, el objetivo será tener solamente entre 6 y 10 debates antes de febrero o marzo como mucho.
En las últimas batallitas, el Partido Republicano y sus aliados están ganando estas batallitas con los ultras chalados.
En Carolina del norte el martes, el portavoz de la Cámara legislatiiva, Thom Tillis, ganó con facilidad el 40% de los votos necesarios para asegurarse el nombramiento sin tener que enfrentarse a los extremistas, esos indeseables que llaman a todos los republicanos como yo “RINOS” (Republican In Name Only — “Republicano en nombre nada mas”). Esa es la gentuza que ha estado destrozando el partido. No le vamos a dar mas barra libre a chalados, ex-nazis, y otros delincuentes. El minuto que te ven defender algo moderado o razonable, te tachan de “rojo” y “soft” (suave) con los izquierdistas. No tienen ni idea de lo que significa gobernar como estadista. Se parecen a los del partido VOX en España. Como en el fondo se parecen a los izquierdistas , algo que yo he denunciado muchisimas veces, en el fondo son populistas (que no republicanos). Eso de llamarnos el “establishment” es exáctamente lo que hacían los hipis en los años 60 contra la gente de bien. Por eso, siempre les he llamado “hipis”, hipis supuestamente “de derechas”, pero anti-sistema, anti “establishment”, extremistas radicales, nada conservadores.
Ese “establishment” moderado que ellos odian está ganando también en muchos otros estados: en Tennessee, el senador Lamar Alexander sigue bien a pesar de un candidato ultra.
Lo más llamativo de todo esto es que en el propio estado de Kentucky, nada conocido por ser “progre” y de hecho es de donde viene el extremista senadoor Rand Paul (hijo de Ron Paul), el “RINO” Mitch McConnell, senador, está a punto de ganar una mayoria absoluta, una victoria en el Senado contra el ultra Matt Bevin, que quiere legalizar las peleas de gallos en el estado de Kentucky. Vomitivo, señores.
Pero se acerca el fin para el “Tea Party” gracias a gente responsable y razonable en el Partido Republicano que ha decidido poner fin a esa locura y secuestro del partido por un puñado de pistoleros paranoicos que ven “rojos” y “musulmanes” en todos los rincones.