Revista Cultura y Ocio

El pasado capturado para siempre

Publicado el 05 noviembre 2018 por Sofiatura
El pasado capturado para siempreNo soy muy fan de las fotos. Ni de hacerlas, ni de que me las hagan. Soy fotogénica esporádica y no siempre tengo buen ojo para ver el ángulo perfecto desde el que inmortalizar una vivencia. No obstante y de manera extraña y contradictoria, sé apreciar lo sublime de las instantáneas, ya sean de papel o digitales, más aún cuando se trata de fotografías que cuentan historias del pasado. Entonces, se puede decir que las disfruto más después que en el momento de tomarlas. Y es que quién no se ha maravillado al abrir uno de esos álbumes antiguos y verse a sí mismo y a quienes le rodean tan distintos, tan cambiados, tan raros que te preguntas si es real lo que ahí ves. Cuando ojeo esas pequeñas y rectangulares historias perpetuadas de mis padres, mis abuelos y amigos, me asombro no solo por el paso evidente del tiempo, las ropas extravagantes, los peinados imposibles, las infancias y adolescencias comprimidas en un momento concretísimo, sino especialmente por el hecho de que hacer una fotografía esconde una magia, un poder inaudito que, a mi modo de ver, muy pocas cosas pueden igualar. Así, me arriesgaría a decir que este es es el único arte capaz de capturar el pasado para siempre de forma incorruptible. Porque, cuando miras de cerca una imagen, sabes que ese vestido que llevaba tu madre al cumplir 18 años era y será siempre azul, porque el día de la boda de tu primo llevabas una borrachera que el objetivo se encargó de evidenciar para generaciones venideras, o porque sabes que ese ser querido al que nunca conociste tenía una profunda mirada que es capaz de escrutarte incluso ahora, a pesar del tiempo y la muerte, a través del papel desvencijado. No hay posibilidad de manipular la realidad.Son hechos específicos, verídicos y normalmente felices que solo una cámara puede hacer eternos. Y yo, mientras observo este álbum familiar, me asombro por lo mucho que cabe en apenas unas cuántas décadas: nacimientos, fiestas, bodas, viajes, paseos, reuniones, mudanzas, vacaciones, colegios, modas; cientos de secuencias capturadas de una película que se sigue rodando y de la que solo tenemos pequeños fragmentos de certeza gracias a la acción química de la fotografía. Pensándolo bien, tal vez debería dejar de decir que no me gustan las fotos, porque es una auténtica mentira. 

Publicado el 5/11/2018



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