Revista Cultura y Ocio

El penúltimo Cortázar. Sara Rolla

Publicado el 10 noviembre 2011 por Mgm

El penúltimo Cortázar. Sara RollaCartas a los Jonquières  de Cortázar (un diariodel exilio del Gran Cronopio) SaraRolla

Es lo másdelicioso que he leído en los últimos tiempos. Salió a luz en 2010 en “Alfaguara”y consiste en una recopilación de la correspondencia enviada por Cortázar a unapareja de entrañables amigos argentinos, Eduardo y María Jonquières, artistasambos y residentes en Buenos Aires, desde su exilio voluntario en Europa, entrefebrero de l950 y febrero de l983 (termina pocos meses antes de sufallecimiento). Se trata de ciento veintiséis cartas, trece tarjetas postales yun recorte publicitario.Sus editoresson Aurora Bernárdez, la primera esposa del escritor, y el español Carles ÁlvarezGarriga, quien dice en el prólogo: “Además deque estas cartas ofrecen una imagen nueva de Cortázar, las correspondientes alos años de su definitiva instalación en Europa (1951-1955), nos informan conesmero y puntualidad casi semanal sobre un período del que apenas sabíamosnada. Estas cartas valen por el diario que no tenemos; accedemos con ellas aparte de su construcción intelectual porque, a la gran cultura literaria que yatenía, aquí está sumando “el aprendizaje de la mirada”. (p.9)Plenamenteidentificado con su materia, el coeditor confiesa también en el prólogo(incluyendo la opinión de Aurora): “Creo que leenvidiamos un poco al lector la maravilla que le espera cuando asista en estaspáginas al nacimiento de los cronopios, a las peripecias de la traducción de laobra de Poe, al minucioso relato de las visitas a museos, iglesias y galerías,a la crónica de paseos urbanos y de reacciones-reflexiones: un curso dehistoria del arte y del deambular por la ciudad donde el profesor es, ni más nimenos, Julio Cortázar”.  (p. 11)Refieretambién el prologuista que Paco Porrúa, al terminar la lectura de las pruebas, reaccionó así: “Es maravilloso. Se lee como una novela.” Efectivamente, ellector o lectora que se adentra en esta obra de 553 páginas, no suelta el libro(jamás “se le cae de las manos”), queda atrapado por la magia deliciosa deldiscurso cortazariano. Aurora Bernárdez dijo, también, en una conversaciónamistosa que cita el prologuista, algo muy importante sobre el valortestimonial de este epistolario: “… las cartas de Julio son su mejor biografía…”No quisiera,aquí, incurrir en un viejo vicio pedagógico: el de brindar una “reseña”. Elpropio Julio, en una de sus cartas, se burla de ese tipo de expediente, aldecirle a su amigo, en relación con un comentario que hace sobre un libro depoesía de este último: “… y que esto no huela a reseña profesional…” (p. 347) No obstante, estoy segura de que cometeré el error de trazar un panoramaracional y muy “fama” del libro; pero, en fin, hay toda una “trayectoria académica”,para mi desgracia, que me ha generado ese mal irreparable.Para atenuartales rémoras, me limitaré, casi, a citar fragmentos extraordinarios (quecuesta elegir, porque todo lo es), aunque, eso sí, agrupados en (y aquí asoma,inevitablemente, la odiosa-diosa Razón) “zonas temáticas”.He aquí mi “fichaje”personal. Las citas se acompañan del número de página y van, en su mayoría,  sincomentarios,  por ser autoexplicativas.Concepto de carta“Me alegrode que mis cartas-río les gusten. No sé de otra manera mejor para reemplazar eldiálogo, que a ratos me hace tanta falta. Y me gusta escribir largo a losamigos porque es como una operación agresiva contra el tiempo, recortar en eltiempo París dos horas Buenos Aires. No sólo por gusto nostálgico –aunque esoesté, naturalmente- sino por lealtad a las cosas y a los seres definitivamenteelegidos.” (25)“Al fin y alcabo una carta es una operación amistosa, y si se limita a seguir más o menosfielmente un itinerario de viaje o un boletín de buena salud, de poco vale”(420)La amistad“… el tiempoes una buena criba que separa las amistades de verdad de las meras relaciones.” (378)“suelta tusperros, tiempo, y tus halcones,/distancia, encarnizados con mi pecho:/mi corazónya es tantos corazones.” ( terceto final de su soneto “Los amigos”, 369)Concepciónde la literatura, la filología y la crítica“Nunca creíen las “misiones” de los escritores, y entiendo que el escritor trabaja por lasmismas razones hedónicas que el opiómano enciende la pipa o el violinista tocaBach”. (201)“Jamásentenderé que a un señor lo pueda entusiasmar la evolución del sonido “oi” a lolargo de veinte siglos”. (396)“… imposibletomar en serio a un tilingo que comienza con esa frase: Debiera haber cánones establecidospara juzgar la obra de un poeta. ¡Cánones! Sí, claro, la secreta ambición delos retóricos. Pero el sólo desearlos invalida toda comprensión de la poesía,que es anticanónica  por excelencia, si me permitís el dislate filológico.”(468)Actitud filosófica “Es tanhorrible advertir a cada minuto cómo las facultades intelectuales empiétent(desbordan) sobre las intuiciones puras, tratando de esquematizarte el mundo…”(37)“Comosiempre la inteligencia, perra maldita, simplifica y deforma.” (85)“Yo no creoque los ángeles sean felices, hay algo de bobo en la mayoría de ellos que loshacen encantadores pero sin comparación posible con nosotros. Realmente somosgrandes. Cuando pienso en lo que somos capaces de hacer, metidos en este pozode aire, en este saco de carne, en este mar de ignorancia… Creo que a todos lespasa igual después de cumplir el ciclo de las grandes catedrales francesas: unose siente más fuerte y más seguro. Un animal capaz de construir semejantescolmenas espirituales es mucho más que un ángel, que sólo puede celebrar. (Esla diferencia entre el creador y el crítico, ¿no te parece?) (93)“Puede serque Dios exista; pero si realmente existe, creo que no somos su creación;apenas un borrador, un esbozo, una pesadilla antes de despertar y empezar a serde verdad. “ (390)“Ah, nacerde nuevo, inventarse de nuevo y mejor. Creer por lo menos en la inmortalidad…Pero no, no hay inmortalidad: hay fosfatos y neuronas y violentos protones quegolpean  contra los sumicrones y los foutrones….” (392)“Yo, quecreo en ciertas figuras mágicas, en leyes extracausales que nos acercan y nosrechazan….” (398)Humor“… lavagancia es, como la poesía, un lujo necesario” (60)“A veces siento no tener el entusiasmo poligráfico del doctor Capdevila o deGuillaume de Tour (que me jodió una noche en París, enano maldito!)” (61-62)“Cenamos enel Jean, en la Cour de Rohan, y bebimos acentuadamente.” (129)“…les doy lanoticia de que Aurora y yo incurrimos en matrimonio hace dos días…” (172)“Allah esgrande, pero la mierda puede más. Perdóname este comienzo sin elegancia. Noestoy bajo la influencia de Antonin Artaud, ni soy discípulo de Henry Miller.Simplemente navego en un barco de la C.G.T.M…..” (268)“… en elfondo las cátedras son una especie de beca: le pagan a uno por estudiar cosas afondo. Lo de enseñarlas es secundario…” (365)  “En fin, en fin, como decía Dumas  Porque le pagaban por centímetro.  Y, claro, convenía ser lo más punto apar- te posible.”(426)

“…escuchojazz y hasta lo hago yo mismo, con horror de las ranas de la cisterna vecinaque se callan instantáneamente, ofendidas hasta el alma.” (498)“…el 2 deoctubre iré a gastarme en Venecia los dólares ganados en Viena…” (506)Visión de la Argentina y evolución ideológicaConvienerecordar que, hacia fines de la primera mitad del siglo XX, Cortázar sintió elperonismo como una atmósfera opresiva y castrante (de la misma manera queBorges). Esto se aprecia, por ejemplo, en su novela El examen, en el ambientede algunos de sus cuentos y, a mi juicio, de una manera sesgada, en su obrateatral Los reyes. Ese conflicto espiritual lo hizo buscar el exilio. Pero,cuando los regímenes militares y conservadores post-peronistas convirtieron elpaís en el infierno que conocemos, Cortázar, habiendo observado de cerca laexperiencia revolucionaria en Cuba y Nicaragua, tuvo un viraje ideológico muysignificativo, perceptible, en parte, en su obra y, sobre todo, en su conductapública.  Y ahora sí, vamos a los ejemplos:“…unasfrases condolidas sobre la muerte de Evita (gran tema aquí de todo el mundo) mesalieron tan   frías y sin sentido que me ganécensuras universales…” Carta del 30 de julio de l952 (87)“… me he idode la Argentina porque no puedo más.” (88)(Una acotación:en la carta del lunes 19 de enero de 1953, Julio le cuenta a Eduardo que haescrito un poema que se llama “Viaje aplazado”. Éste aparece en el volumen Salvoel crepúsculo, Alfaguara, 2004, pp. 316-7 y contiene un verso que dice “EnBuenos Aires, capital del miedo”).“Si tuvieraveinte años menos, te mandaría una despedida y me quedaría aquí. (…)  Quétipos, che, qué pueblo increíble.” (Desde La Habana, en enero de 1963)“Este textodebe ser ya conocido en París, pero por las dudas te lo mando. Es auténtico:fue transcripto de la cinta magnetofónica registrada en Radio Magallanes”. (Serefiere al último discurso de Salvador Allende, en carta del 5 de noviembre de1973 enviada de Ginebra a París, donde residía en ese momento Jonquières).Lecturas (simpatías y antipatías)“¿Leíste Mémoiresd’Hadrien? (…) Cela vaut le coup”. (¿Leíste Memorias de Adriano? Vale la pena)Se refiere a la novela de M. Yourcenar, que Cortázar se encontraba traduciendo.(188)“Leo TristramShandy, un gran libro. Al final de cuentas, la literatura inglesa me siguepareciendo la más hermosa de todas.” (423)“…iré con ungran gusto, sobre todo para ver a Lezama y pedirle, libro en mano, cien milexplicaciones de su fabuloso Paradiso que es una suma como no conozco otra enLatinoamérica, pero que abunda en oscuridades y macaneos que convendríaliquidar en una segunda edición.” (470)“Pronto temandaré un texto sobre Neruda que estoy escribiendo para Europe. (…) He tratadode decir el efecto (poco conocido en Europa) que causó la poesía de Nerudaentre los jóvenes argentinos, nosotros.El granterremoto de Residencia, la marca que nos dejó.” (521)“A vecespienso que lo más fuerte que he leído en los últimos diez años es la obra dedos brasileños, Clarice Lispector y Lins…” (546)“Devoronovelas ad usum beca como quien come uvas. No comparto en nada todo tuentusiasmo (y el de María) por la última de Greene.” (44)“Acabo deleer Sexto de Wilcock. Uno no sabe si el individuo está loco, si es un imbécildonde a veces se alberga un poeta, o si directamente se entretiene en unaespecie de humorismo reblandecido que me repugna.” (166)“Leo aBerenson. Me parece un inmenso culo.” (207)“Esdivertido ver cómo los sabatistas le sacan el jugo a las ya gastadasreferencias a Camus y Graham Greene (…). Qué lindo sería escribir undiccionario biográfico en joda, y en las entries correspondientes a Camus y aGreene, poner simplemente: “Escritor inglés (o francés) que elogió la obra deErnesto Sábato.”(434)“Terminétrabajosamente Les mots, que me parece un libro acentuadamente inútil…” (Serefiere a Las palabras, de Jean Paul Sartre) (426)CorolarioTermino yaesta “reseña vergonzante” (aunque hubiera querido ejemplificar tantos otrosaspectos, como la gran pasión y el profundo conocimiento de Julio en el ámbitode las artes plásticas,  o los testimonios del proceso de gestación de susobras, o sus preferencias en materia de ciudades y continentes). Pero esto seharía demasiado largo y, de todos modos, ahí está el libro, que, para quienesno lo han leído, se puede buscar (si no está en las librerías) en PDF, en eseformidable Aleph electrónico que es Google.

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