
Parece que cada generación tiene una catástrofe reservada para dejar impresa su huella en la historia del Mundo. A nosotros nos ha tocado el Covid19, pero si lo pensamos bien, peor fue la época de nuestros padres y abuelos, con una Guerra Civil y la Gripe Española. El Corona Virus nos ha pillado en plena era de Internet, con avances médicos que han podido paliar sus efectos y que lograrán vencerlo, confiemos, que a corto plazo. No hemos tenido que correr a refugios al sonar las alarmas sin saber si volveríamos a casa, todo lo contrario, solo con refugiarnos en nuestro hogar, rodeados de comodidades, estamos a salvo.

Hemos aprendido una lección: no somos invencibles, no somos todopoderosos, tenemos que vivir el momento porque nunca sabemos lo que puede ocurrir; han cambiado nuestros valores: hemos entendido que son más importantes las personas que las cosas, los sentimientos que las posesiones; el valor de un abrazo, de un beso, la compañía de un ser querido. Hemos aprendido a estar con nosotros mismos, tal vez nos hemos encontrado y hemos reflexionado, y, probablemente, nunca volvamos a ser los mismos de antes. Ojalá sea así.

Incluso he publicado un nuevo libro.
En esta ocasión, suena superfluo desearos feliz año nuevo sin más. Os deseo fortaleza, salud y buen ánimo para afrontar lo que nos quede y fe en que saldremos adelante y recuperaremos nuestras vidas, por lo menos, tal como eran.