El perejil (petroselinum crispum) es una planta muy conocida por todos, ya que se utiliza en gran cantidad de platos de nuestra dieta habitual. Resulta un acompañamiento excelente que aporta sabor y aroma, pero a su vez es una fuente de beneficios no tan conocidos.
Su cultivo es muy sencillo y no necesita grandes cuidados, por lo que podemos tener siempre una maceta con perejil fresco a nuestro alcance.
Principales propiedades:
- Es el vegetal verde más rico en betacarotenos, es decir, antioxidantes.
- Es rico en vitamina C. Tiene 133 miligramos por cada 100 gramos de perejil, para que nos hagamos una idea, la misma cantidad de naranja tiene 48 miligramos, tan sólo la tercera parte.
- Es una buena fuente de calcio, ya que junto con la vitamina C y el magnesio que contiene, aumenta considerablemente la absorción de éste.
- Contiene vitamina K, que interviene en la coagulación de la sangre, potasio, boro, y más hierro que las carnes rojas.
- Es diurético, por lo que resulta muy beneficioso en casos de infecciones urinarias.
- Combate los gases.
- Favorece la menstruación y reduce sus dolores.
- Masticar sus tallos y hojas reduce el mal aliento.
- El zumo de sus hojas sirve para bajar la fiebre causada por resfriados o gripe.
- Machacando sus hojas y aplicando el jugo resultante sobre la piel, aclara las manchas de la cara.
- Masticar sus hojas abre el apetito.
- En cataplasma, reduce el efecto de los golpes y contusiones.
- Combate la retención de líquidos.
Como diurético, prepararemos una decocción con 30 gramos de hojas y tallos en medio litro de agua.
Para conseguir aporte de vitaminas, lo consumiremos en crudo.
Para aplicación externa machacaremos sus hojas para extraer el jugo, en cataplasmas aplicaremos las hojas machadas sobre la zona a tratar y envolveremos con una gasa.
Nota: En caso de embarazo tomar perejil en dosis muy bajas, no hacer uso medicinal de él ya que puede resultar abortivo.