El periodismo en peligro

El pasado miércoles la empresa Videoreport (pensaba poner un enlace a su web pero lo he pensado mejor, no voy a hacerles publicidad corporativa) ponía de patitas en la calle a 41 trabajadores. Lo hacía después de que los propios trabajadores intentaran negociar una bajada de su sueldo y la eliminación de pluses y estuvieran dispuestos a renunciar a ciertos derechos con el fin de evitar los despidos. Pero a la empresa no le ha parecido suficiente. Recordemos que estamos hablando de una empresa que recibe cada año más de 18 millones de euros gracias al concurso en que le adjudicaron la realización de los informativos de la Televisión Canaria (esa que pagamos con nuestros impuestos para que podamos ver a Paulino inaugurando cosas) y que, según parece, tiene un beneficio anual de 2 millones de euros.

Y como cada vez que hay despidos en un medio de comunicación, surgen como setas los que se rasgan las vestiduras, los que se apenan por los compañeros despedidos, los que se lamentan por la situación del periodismo. Y no pongo en duda que todos esas lamentaciones sean reales pero me parece todo tan oportunista…

Oportunista porque mientras no se despida a nadie, parece que no nos importan el intrusismo laboral, el incumplimiento de derechos laborales o contratar a jóvenes sin preparación para hacer el trabajo de periodistas sólo porque son guapos/as o tienen relación con algún directivo; mientras no hay despidos no se escucha a muchos periodistas protestar por la situación del periodismo, no se nos escucha a muchos técnicos protestar por hacer el doble o el triple de trabajo por el mismo sueldo de mierda. Y me duele ver cómo todavía no nos damos cuenta (o no queremos hacerlo) de que el problema no son los despidos. El problema es la indolencia de los trabajadores que permitimos todas esas cosas que he nombrado unas líneas más arriba; las cartas de despido sólo son las consecuencias. No podemos criticar que un empresario sea avaricioso y quiera más dinero si somos nosotros los que fomentamos en ellos la certeza de que pueden hacer lo que quieran con sus empleados, porque obedeceremos órdenes por miedo a que nos despidan, o pisaremos a nuestros compañeros para poder medrar en la empresa. Nos faltan dos cosas imprescindibles para poder cambiar la situación: AUTOCRÍTICA y CORPORATIVISMO.

Foto tomada de: http://www.granadablogs.com/

Entiendo la situación de los que tienen hipoteca, hijos, deudas y no quieren arriesgarse a perder su puesto de trabajo. Lo entiendo perfectamente. Pero lo único exigible a esas personas es que no pisen a sus compañeros, ya sea por obra o por omisión. Hay otros que lo están arriesgando todo para que los demás tengamos un trabajo digno; hay periodistas que están decididos a no callar y a hacer su trabajo de la manera más profesional posible. Esos son los que hacen periodismo y no los que van a ruedas de prensa a transcribir la palabra del presi o los que copian y pegan notas de agencia.Por eso no me canso de decir que el periodismo tiene una muy buena salud aunque cada vez sean menos los que lo practican. Sobre todo el que se hace en internet y de forma más o menos independiente. Son los medios de comunicación, sus empresarios, directivos y asalariados los que están mal, muy mal. Para los medios de comunicación “tradicionales” es muy válido el dicho: “Entre todos lo matamos y él solo se murió”.