Un estudiante de periodismo llega a un paraje montañoso para hacer un reportaje sobre la vida del lugar. Aborda uno de los aldeanos y le dice: Por favor, cuénteme algo anecdótico de esta región. El aldeano comienza: Una vez se perdió una cabra de nuestro rebaño, y como es costumbre, nos reunimos todos los de la aldea, bebimos todas las botellas de vino y salimos juntos a buscarla al monte. Cuando la encontramos, como es la costumbre, volvimos a beber y uno por uno tuvo sexo con la cabra... El periodista interrumpe:Oiga, este reportaje será público. Mire, mejor me cuenta algo alegre de la región. Bien, una vez se perdió en el monte la mujer de un vecino y como es costumbre, todos bebimos y salimos en su búsqueda. Al encontrarla, como es la costumbre, bebimos y cada uno tuvo sexo con ella.
El periodista no soporto más y con el fin de evadir ese tema, le dijo al aldeano: Mire, mejor cuénteme algo triste. El aldeano, limpiándose una lágrima que comenzaba a salir de sus ojos, continúo: Una vez yo me perdí en el monte...